LA HABANA, Cuba, 26 de enero (Red de Comunicadores Comunitarios, 173.203.82.38) – La señora Ivis María Rodríguez fue víctima, otra vez, de las brigadas de respuesta rápida, cuando el pasado martes 24 se presentó en su vivienda de la calle Cruz Verde, municipio Guanabacoa, un grupo al servicio de la policía política, para vociferar contra ella, y borrar las palabras escritas en la fachada de su casa: “Todo cubano tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”. “Sólo este gobierno hace que los cubanos vivamos de mentiras y sufrimientos”.
El hijo de Ivis María, Javier Aguiar, fue asesinado en mayo del año pasado, mientras trabajaba en su taxi. Los asesinos declararon que su intención era robarle el auto y el celular.
“Los individuos que asesinaron a Javier fueron juzgados hace tres meses. Sólo he pedido una y otra vez que acaben de dictar sentencia, pero nadie hace caso. Las autoridades hasta me han dicho que mi hijo fue culpable de su asesinato, por andar con un celular muy caro. Hay que ser cínico para decirle a una madre algo semejante. Él salió a trabajar esa noche, y nunca regresó” -dijo Ivis María.
Los actos de repudio forman parte de la idiosincrasia represiva del gobierno, como método para intimidar violentamente a quienes se les opongan por una u otra causa.
“No tengo miedo, pueden gritar todo lo que quieran, que no me asustan, y seguiré reclamando mis derechos. No es la primera vez que pongo en la fachada de mi casa artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ellos vienen y tapan los letreros, pero al otro día los vuelvo a escribir. Me dicen que esa fachada no es mía, que pertenece al pueblo. El año pasado, el 5 de noviembre, me organizaron un mitin grande. Movilizan a trabajadores de varios centros de trabajo de Guanabacoa, gente del partido, de la juventud comunista, pero nunca un vecino del barrio se presta para estas cosas; al contrario, la gente se indigna cuando ve lo que hacen. La policía cierra la cuadra, colocan patrullas en las esquinas para evitar que nadie venga a solidarizarse conmigo. Incluso vienen con papeles llenos de consignas ridículas. Pero a mí nadie me va a callar. Seguiré escribiendo en mi fachada porque ellos no me atemorizan, y ya este gobierno está muy desprestigiado y nadie cree en lo que dice”.
Nota: Las fotos y videos que acompañan esta información fueron suministradas por la activista Marta Beatriz Roque.