LA HABANA, Cuba, 23 de octubre de 2013, Juan Carlos Linares Balmaseda/ www.cubanet.org.- Poco después de las siete de la mañana de ayer 22 de octubre, varios agentes de la policía política allanaron la vivienda de Lilvio Fernández Luis, coordinador de Juventud Activa Cuba Unida. Se llevaron consigo objetos de valor y también al opositor, en calidad de detenido.
Los agentes, aunque mostraron la orden para registrar, nunca dejaron copia del acta de decomiso de las pertenencias que se llevaron, por lo que es una violación de la ley y por tanto un robo. Además, durante todo el día se desconoció el paradero del detenido, otro acto violatorio de la ley, y por tanto se entiende que es un ciudadano desaparecido.
Lilvio, de 39 años de edad, dirige la Comisión Martiana. Tenían previsto realizar un Congreso Juvenil, con tres días de duración, que comenzaría hoy 23 de octubre. 40 participantes, del oriente, centro y occidente, abordarían variadas temáticas a enfrentar por las nuevas generaciones de jóvenes cubanos.
Los objetos robados por la policía política son: 2 computadoras portátiles, 2 cámara fotográficas, una impresora, un disco externo de memoria, más de 30 memorias flash que iban a repartirse entre los participantes, varios discos de DVD grabados con programas noticiosos relacionados con la vida de los cubanos; documentos personales de Lilvio, incluida su libreta de notas privada y dinero para gastos de la actividad.
Una docena de sus compañeros estuvieron indagando durante el transcurso del día en distintas unidades de la policía, en las que presumiblemente pudieran tenerlo desaparecido, pero sin resultados.
En horas de la noche, unos policías se presentaron en la vivenda del detenido para buscar los medicamentos que necesariamente toma. La esposa le pidió que la llevaran con su esposo, a verlo, y los guardias accedieron. Lo tienen en el denominado “El Vivac”, una pequeña prisión de la cual se dice será para presos políticos, ubicada en el municipio Boyeros.
Desde anoche, Lilvio dejó de ser un desaparecido; sin embargo, el robo de sus pertenencias se mantiene.