ARTEMISA, Cuba. -Desde el 11 de mayo se desarrolla un operativo de Tropas Guardafronteras, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) en la costa norte de la provincia para intentar detener la pesca furtiva y el tráfico de carne de caguamas y otras especies marinas.
El operativo incluye la retirada en alta mar de prácticas de pesca prohibidas, por una nave de Tropas Guardafronteras apoyada por buzos, en su recorrido entre playa Baracoa hasta Bahía Honda, por la costa norte al oeste de la capital, según informó una fuente que pidió no ser identificada.
Otra fuente de esta información, Miguel Rodríguez, presenció el registro de varios trailers (viviendas remolcables) de pescadores en la playa La Herradura, municipio Mariel, guiados por un informante. Ocuparon trasmallos, nasas, escopetas de pesca submarina y más de una decena de embarcaciones rústicas de poliespuma, entre otros medios que cargaban en un camión acompañado por 3 jeeps de la policía.
Afirma Miguel que escuchó a un agente de la PNR contar que varios individuos huyeron al ver a los agentes y dejaron abandonados sacos con el producto de su pesca ilegal y que se habían además ocupado alrededor de 500 libras de carne de caguama en un auto en que pretendían trasladarlas.
El pasado 13 de febrero, informó el periodista René Tamayo León en el diario Juventud Rebelde que “La única arte de pesca que en lo adelante podrá utilizarse en el área marítima al frente de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) será cordel y anzuelo; es decir, la ‘línea de mano’, como se dice en el argot de los pescadores.”
Explicó el porqué de la normativa al mencionar que “el desarrollo de actividades en las aguas de la plataforma marina de la zona costera de los municipios de Mariel, Caimito, Bauta y Bahía Honda de la provincia Artemisa puede interferir en el buen desenvolvimiento de las operaciones comerciales”.
Este operativo sigue a la demolición de construcciones cercanas a la costa que contravenían las regulaciones, a las prohibiciones de nuevas construcciones y ampliaciones de viviendas así como el control estricto de la entrada de nuevos residentes al municipio Mariel, por ser enclave de la ZEDM.
Dichas acciones de “ordenamiento” anteceden a las planeadas inversiones en el litoral de la ZEDM en momentos en que se ha iniciado el movimiento de tierra para la carretera que se construirá paralela a dicho litoral y a lo largo de la cual, según un persistente rumor, se construirán hoteles y otras instalaciones para el turismo.
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