VILLA CLARA, Cuba. (Damaris Moya Portieles) -Ricardo Soto Carvajal de 45 años de edad, es un paciente de VIH-SIDA desde hace 25 años. Él se mantiene atendiéndose desde hace un año en el Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro de Santa Clara, Villa Clara, en la Sala de Medicina B, cama 7.
Cuando su hija tenía 2 años, su esposa falleció de esta misma enfermedad. En aquel entonces vivían con la abuela materna. Hoy la niña ya tiene 7 años y ha tenido que mandarla con unos amigos para el poblado de Esperanza, perteneciente al municipio de Ranchuelo, ya que la abuela es alcohólica y la maltrata constantemente.
Ellos no tienen dónde vivir, a Ricardo le pasan una pensión de 157 pesos cubanos mensuales para él y la niña, que equivalen a apenas 6 dólares.
Las preocupaciones de Ricardo llegan a raíz de que está ingresado en una sala donde hay pacientes con enfermedades contagiosas, como la neumonía y él tiene muy bajas las defensas.
Ricardo dice que su vida ha sido una tragedia, máxime por haber contraído esta enfermedad, por la muerte de su esposa y ahora sin vivienda. Con tan pocos recursos, tiene que mantenerse alejado de su hija.