CIENFUEGOS, Cuba. – Por primera vez en más de catorce años autoridades de la provincia de Cienfuegos hicieron mención pública y explícita del derrame de arsénico acaecido en la zona norte de la bahía de Cienfuegos en diciembre del año 2001.
En días recientes durante el programa radial Aquí el Pueblo, que transmite la emisora provincial Radio Ciudad del Mar, se abordó el tema, teniendo como invitados a especialistas del CITMA y el Ministerio de la Pesca; el programa contó además con la presencia de Esther Brunet Nodarse, primera secretaria del Partido Comunista en Cienfuegos.
Durante el espacio radial, Reinaldo Acosta Milán, Director de la Unidad de Supervisión del CITMA intentó sensibilizar a los radioescuchas con el tema y cambiar la baja percepción de riesgo que embarga a quienes consumen mariscos provenientes de la rada centro sureña.
Según el funcionario, aunque la reacción de las entidades implicadas (Salud Pública, CITMA y la Pesca) en la contención del derrame fue inmediata no se pudo evitar que una parte importante derivase hacia la mar. De este en particular dijo: “El derrame tuvo en primera instancia la presencia del arsénico en las aguas superficiales de la Bahía. En la medida que ha ido pasando el tiempo se ha ido precipitando e incorporando a los sedimentos superficiales, con lo cual ha ido disminuyendo de forma gradual la concentración en el agua; no obstante se encuentra en los mencionados sedimentos”.
Según el especialista, con el transcurso del tiempo la mayor parte del arsénico ha terminado en el lecho marino. No obstante de vez en cuando, cada vez que se producen fenómenos naturales como ciclones, lluvias torrenciales o como consecuencia del aporte fluvial que desemboca en la zona norte de la ensenada el arsénico regresa al agua, elevando los niveles de toxicidad.
A finales del 2013 el CITMA realizó una evaluación tomando como muestra algunas especies, entre las que destaca el camarón y dictaminó que la concentración en los niveles de arsénico detectados y otros metales pesados en el organismo de los animales estudiados había disminuido, no obstante, se mantenían por encima de lo normado, determinándose que el consumo sistemático de las especies analizadas redundarían en alto prejuicio para la salud humana.
Al menos otro control se hizo este año, aunque hasta el presente se desconoce cuáles fueron los resultados que arrojaron o qué medidas concretas se han venido adoptando para acelerar la descontaminación de esa parte de la bahía.
Durante el programa radial se dijo que los barcos de la industria pesquera no realizan labores de captura en la zona. Sin embargo no se señaló que a pesar de las prohibiciones los pescadores furtivos lo siguen haciendo.
El vertimiento del veneno fue provocado por la entonces Fábrica de Fertilizantes, y nunca se dieron detalles de cómo se originó o los daños que pudo haber provocado. Sólo el rumor callejero se refirió al incidente, sin que se pudiera dar crédito a las versiones que circulaban, ante la imposibilidad de verificarlas.
En el momento en que sucedió el accidente los órganos de prensa oficiales se preocuparon más por ocultar que por ventilar lo acontecido, contribuyendo a crear una percepción nula o baja de los peligros que asechan. Por ello creo que debemos aprobar la reciente exposición del problema. Después de todo, como dice el refrán: “Más vale tarde que nunca”.