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Noviembre 22,
2006
Ejemplos de injusticia
Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - El pueblo cubano, cual náufrago
aferrado al madero que lo mantiene a flote, busca alguna señal
de ablandamiento de la dictadura, que pretende perpetuarse en el poder
luego de casi medio siglo.
Desde que Fidel Castro traspasó el poder a su hermano hace algo
más de cien días, no hay ninguna muestra de cambios, salvo
la sustitución de algunos ministros. La única ganancia tangible
hasta el presente, según la voz del pueblo, es el alivio que representa
el cese de aquellos maratónicos discursos que nos asediaban un
día tras otro.
Pero no se puede hablar de cambio, transformación, evolución,
sucesión, desarrollo económico, sin antes pasar por el tamiz
de la liberación incondicional de los presos políticos y
de conciencia. Los cubanos y la comunidad internacional no deben apartar
sus ojos de esos luchadores por la libertad y la democracia, y exigir
al régimen que sean puestos en libertad.
Oscar Mario González, Roberto de Jesús Guerra, comunicadores
independientes, llevan más de un año detenidos sin que se
les haya celebrado juicio. Ocurre lo mismo con el abogado opositor René
Gómez Manzano.
En la cárcel continúan 60 prisioneros de conciencia condenados
en abril de 2003, en pésimas condiciones. Muchos de ellos se encuentran
muy enfermos.
Tampoco hay justificación para que, mientras se liberaron en octubre
a Ricardo Medina Salabarría, vicario general del Catolicado Ortodoxo
Romano Bizantino, tras un año en prisión sin juicio, y en
noviembre a Alberto Suárez Hernández, presidente de la Unión
de Jóvenes Democráticos de Cuba, continúen las detenciones
arbitrarias, los actos de repudio contra los opositores pacíficos
y los periodistas independientes, como acaba de ocurrir en Santiago de
Cuba con Guillermo Espinosa, de la agencia de prensa APLO, condenado a
dos años de prisión domiciliaria por el inexistente delito
de "peligrosidad social".
El régimen cubano no podrá aligerar siquiera su ropaje represivo,
y crearse otra imagen, sin antes liberar a los presos políticos,
cesar los actos represivos de toda índole, permitir el acceso a
la libre información y respetar los derechos humanos de los ciudadanos.
N. del editor: Al momento de publicar esta crónica,
el periodista independiente Oscar Mario González había sido
excarcelado después de casi un año y media en prisión
sin habérsele celebrado juicio.
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