Esta Sección



NoticiasDenunciasDocumentosArtículosOrganizacionesEnlaces
CubaNet

Marzo 31, 2006

Carta de Nefasto a Gulliver

Víctor Manuel Domínguez, Lux Info Press

LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Mi nunca bien despreciado y confundido hombre-montaña:

Sus veladas alusiones a la impunidad con que los grandes pueden actuar contra los pequeños, y que van desde el fácil dominio por la fuerza, pasan por el menosprecio de sus costumbres, y llegan hasta la burla de la inútil vanidad de construir un imperio insular semejante a un simple decorado de teatro, que bien cabe sobre la palma de su mano, me huelen a cizaña, comparación coacciosa, y aviso venenoso de lo que puede ocurrir a nuestra patria de enfrentar a un gigante.

"Comejénica" vara de tumbar gatos: Dentro de sus más groseras insinuaciones puedo señalarle la referida al juego de la cuerda, donde, según expresaría usted en su archiconocida historia sobre Liliput, todo candidato que aspire a grandes empleos y alto favor en la corte, debe saltar ante el emperador al grito de "el que no brinque es yanqui", es un acto humillante que de no ser realizado hasta por algunos ministros puede condenarlos al "disfavor".

En ese supuesto escenario diseñado por un tanque pensante como Jonathan Swiff sobre lo que sería una dictadura moderna, ¿pretende usted incluir a Cuba? ¿En ese populacho que grita consignas y tira flechas contra los adversarios del poder vislumbra siquiera por asomo cierta similitud con el aguerrido, trabajador y emigrante pueblo cubano?

En cuanto a la necesidad de una licencia para salir de la liliputiense isla, autorizada por el gran sello del reino, ¿pretende equipararla con nuestra impoluta y expedita tarjeta blanca o permiso de salida definitiva del país?

Cuando asegura usted que fue obligado en sus ratos de ocio a levantar grandes piedras, erigir el muro del parque principal, y otras obras de los reales edificios como asistencia y ayuda de los trabajadores, ¿hace alusión a nuestro sano y entusiasta y espontáneo trabajo voluntario?

¿Insinúa usted que por ser grande -algo así como gerente, deportista de alto nivel o ministro, entre otros privilegios- el emperador le asignó una cantidad de alimento y bebida equivalentes a lo necesario para el sustento de 1,728 liliputienses, lo que sería lo mismo a similar cantidad de cubanos censados en 232 libretas de productos alimentarios?

De ser así, inmundo rascacielos, le ordeno deponer sus virulentas calumnias, pues si no lo reto a duelo es porque las armas están prohibidas en mi país, y se combate a decretos, hiere a gritos y condena al ostracismo o a la cárcel sólo por desviaciones, ya sean ideológicas, sociales, política, sexuales y económicas.

Y para demostrarle que soy hombre de paz, y asaz de bien pensado, de su execrable por imperial, arrogante y quintacolumnista historia, tomaré sólo lo que nos diferencia, enaltece y honra ante la humanidad.

Mientras usted se burla de que los caballos y los bueyes de mayor alzada en Liliput tienen de cuatro a cinco pulgadas de altura, las ovejas pulgada y media poco más o menos, los gansos el tamaño de un pequeño gorrión, y así sucesivamente hasta los más pequeños, que eran casi invisibles para sus ojos, nuestros científicos inician un plan de miniaturización de las especies con el objetivo de beneficiar al pueblo.

Como muestra del sostenido avance hacia una sociedad superior y con el beneplácito de todos los cubanos y una marcha -protesta de un sindicato de perros con alto pedigrí-, se iniciará la inseminación artificial de "vaquitas en miniatura", como llaman a la raza Cebú Enana, originaria de la India, algunos expertos desconocedores de la ubicación geográfica de Liliput.

Este plan, que pretende dotar a cada núcleo familiar cubano de una vaquita, previa presentación de la libreta de racionamiento, propiedad del hogar, planilla de inscripción a las tropas de las milicias territoriales, Comité de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, y algo más de cien organizaciones de masas que acreditarán la idoneidad ideológica del aspirante a la mini-res, sustituirá a los perros en los paseos matinales y vespertinos por las calles o aceras de cualquiera ciudad del país.

¿Se imagina lo estético-productivo de ver a decenas de jubilados, trabajadores, jóvenes, civiles y militares, y hasta niños salir a pasear con su vaquita por el parque, sacarlas a orinar cada noche donde se les antoje, hacerles un chalequito para el invierno y ponerles un cencerrito que avise dónde están cuando se suelten de la cadena?

¿Podrá existir algo más sublime que verlas corretear por la arena en la playa, asomadas a la ventanilla de un Subaru en viaje familiar hacia el campismo, o mugiendo agresivas en el transporte ante la cercanía de un extraño al hogar?

Más allá de estas escenas conmovedoras por lo tiernas, ¿ha pensado usted en la independencia económica que trae aparejado el paso de avance de un vasito de leche para cada ciudadano, sin tener que salir de la casa, aspirar a volver a la infancia o llegar a la senectud lejos de la amenaza de una taza de cerelac?

¿Se ha puesto a pensar la enorme cantidad de empleos en servicios comunales que generará la cagazón mundial de tantas vaquitas satas convertidas en mascotas fecundas del folclor nacional?

¡Y ni hablar de la tranquilidad ciudadana que nos traerá la sustitución de perros por vaquitas, al cambiar los molestos ladridos de los canes por el bucólico mugir de los vacunos! El estertóreo grito vecinal de ¡me mordió su perro! por el apacible ¡me tarreó su vaca!, y tantas ventajas más que aún nos cuesta creerlo.

Nunca su prepotencia de supuesto gigante le hará reconocer lo bello de mirar en los jardines públicos y privados de nuestra nación el ordeño mecánico y a mano de una mini-res ante la algarabía de los niños, bajo los ojos entrecerrados de placer de los ancianos, lejos del inquietante chocar de los cuchillos de los matarifes, pues cada cubano tendrá un bistec a domicilio.

Jamás podré entender el placer de escuchar a una humilde o encumbrada señora discutir con su nieta si el nombre apropiado para una enana blanca con manchitas negra y tarros retorcidos debe ser Salvación, Progreso, Ubre Gris, o simplemente Matilda, como se ha de llamar a toda vaca que se respete, por muy chiquita que sea.

Hay que ser un inverecundo estúpido y grande por gusto como usted para no aprender el salto adelante que significa minimizar las vacas en el Centro de Investigación y Mejoramiento Animal (CIMA), del Ministerio de Agricultura.

Apedreable larguirucho: Esto es sólo el inicio de otra revolución científico-técnica por el progreso humano, el bienestar de todos sin diferencias, y otros propósitos ecológico-sociales que harán de Cuba una potencia singular en el declive raudo de un mundo sin cultura.

Aunque algo berreados por sus ofensivas insinuaciones, todavía verdes de la rabia por su arrogancia y menosprecio hacia los más pequeños, debemos agradecerle por esta vez que con su historia nos haya abierto el camino hacia el sostenido progreso, a partir de la miniaturización de nuestros grandes males económicos, políticos y sociales.

Deténgase a pensar por un instante que nuestros científicos, luego de reducir las vacas a la mínima expresión, la emprendan con el resto de los animales, o al menos los más necesarios para la preservación del cuerpo y el espíritu.

¿Se imagina lo útil de un carnero del tamaño de un gato, de un pavo como un chupa-chupa, y así hasta el infinito de un canario del tamaño de una moneda; es decir, de bolsillo?

¿Podría calcular lo impactante de un jardín de árboles frutales en miniatura creciendo en la bañera de algunas casas, con su ajiaco de olores a mamey, mangos, marañones, papayas, guayabas, por encima del tufo del baño colectivo, el sedante escozor del de las aguas albañales y otros olores que recorren la ciudad como una bofetada en contra del derecho al buen olfato?

¡Sería el paraíso, interminable señor! ¡La ruina de los vendedores ambulantes, los intermediarios y las tarimas de venta de frutas y animales vivos montadas por el estado y los particulares!

Llegados a este estadio superior de la raza humana, sólo bastaría con decirle a la mujer, a la suegra o cualquier niño de la casa: "despluma 200 pavos de los que están en la palangana encima del escaparate, que hoy tengo seis invitados al dominó; háganme el favor de matarme diez carneros el domingo en la tarde, pues viene mi hermana con su esposo a comer, o corre, niño, hasta la bañadera, y tráeme 500 mangos, 700 guayabas y 100 papayitas, que quiero hacer un cóctel cuando regrese de llevar la vaquita a pasear", respectivamente, en un ejercicio lúcido del poder del hombre cuando pone la ciencia a su favor.

Así que no se asombre, deslenguado gigante, si un día decidimos convertirlo en hormiga y de un solo zapatazo hacerlo desaparecer.

Con desprecio entrañable y alta dosis de mala voluntad, se despide de usted, hasta el próximo invento: Nefasto del CIMA Boza

LUX INFO-PRESS
Agencia Cubana Independiente de Información y Prensa
E-mail: Fsindical@aol.com

CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.

 

SECCIONES

Noticias | Artículos | Documentos | Denuncias | Organizaciones | Esta Sección

SECCIONES EN CUBANET

...... NOTICIAS ...... Prensa Independiente | Prensa Internacional | Prensa Gubernamental ......
...... BUSQUEDAS ...... Archivos | Búsquedas | Enlaces ......
...... INDEPENDIENTES ...... Cooperativas Agrícolas | Movimiento Sindical | Bibliotecas ......
...... DEL LECTOR ...... Cartas | Debate | Opinión ......
...... CULTURA ...... Artes Plásticas | Fotos de Cuba | Anillas de Tabaco ......
...... CUBANET ...... Semanario | Quiénes Somos | Informe 1998 | Correo Eléctronico ......
...... OTROS IDIOMAS ...... Inglés | Alemán ......