Noviembre 14, 2000
Sindicatos castristas preparan
Congreso y sigue en prisión sindicalista independiente
LA HABANA, 13 de noviembre (Reinaldo Cosano Alén) - Por diez semanas,
132 dirigentes de secciones sindicales municipales y provinciales recibirán
un curso en materia sindical y política en la escuela nacional "Lázaro
Peña", de la pro gubernamental Central de Trabajadores de Cuba
(CTC).
Desde su creación hace 25 años esa escuela ha instruido a 5
mil 389 sindicalistas. Actividad económica, legalidad y perfeccionamiento
empresarial se cuentan entre las asignaturas del curso.
También en La Habana, con la asistencia de más de 300
dirigentes profesionales, se inició la preparación de quienes
dirigirán los debates de la Tesis del XVIII Congreso de la CTC. Esa
preparación será del 20 de noviembre al 30 de enero, y abarcará
todas las secciones sindicales.
Quien conozca las entrañas del sistema político imperante en
Cuba sabe de antemano que la discusión de esas tesis será pura
formalidad, pura hojarasca para aparentar independencia y democracia obreras,
que sólo servirá para apretar más las clavijas opresoras
sobre los trabajadores, absolutamente dependientes de los rígidos
controles estatales.
Para que esa apariencia democrática sea más creíble y
con el ánimo de involucrar a la masa proletaria, el 6 de noviembre el
periódico Trabajadores de Cuba editó el Proyecto de Tesis del
XVIII Congreso "para ser dabatido en todos los colectivos laborales del 20
de noviembre al 30 de enero en asambleas".
Así, mientras el Estado pone a disposición de la CTC
cuantiosos recursos financieros y todo tipo de facilidades para el buen
desarrollo de sus eventos en marcha, el líder de un pequeño y
proscrito sindicato independiente, Pedro Pablo Alvarez Ramos, quien preside el
Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos, fue encarcelado hace días por
supuestamente haber recibido del exterior financiamiento de 6 mil dólares
y por haber convocado a un congreso obrero independiente. Existe la opinión
que Alvarez Ramos será procesado por ambos "delitos", lo cual
demuestra muy a las claras la intolerancia política del régimen.
La CTC es la única organización sindical permitida por ley, la
que al poner en identidad los intereses patronales del Estado que la legaliza y
obviar los legítimos de los obreros, desnaturaliza el papel del
sindicato.
Incluso, es obligatorio pertenecer a la CTC y contribuir a su sostenimiento
con parte del menguado salario y, aunque no es ley escrita que lo ordene, el
trabajador que desatienda esa obligación está expuesto a ser
cesanteado.
Por eso -con perdón de las buenas suegras- un intencionado chiste
popular dice que el sindicato en Cuba es como la suegra: "que no resuelve
nada y hay que mantenerla".
Signo alentador es, no obstante, que al margen de la CTC surgió casi
una decena de sindicatos libres en puja democrática y plural de ideas,
que las autoridades no han podido ahogar.
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