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Julio 4, 2000 Sindicatos del Partido Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro LA HABANA, junio - La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) está muy lejos de ser un sindicato defensor de los legítimos intereses de los trabajadores. Para los cubanos, en su mayoría, está afirmación no constituye nada novedoso. Para quienes en el mundo creen que este es el paraíso de los trabajadores, tal vez habría que explicarlo. En recientes declaraciones a la prensa oficial, el secretario general de la CTC, Pedro Ross Leal, declaró que los tres grandes temas del XVIII Congreso de esa organización serían "la Resolución Económica del Partido Comunista, la batalla político-ideológica y las cuestiones que tienen que ver con el funcionamiento sindical". Resulta paradójico que una asociación de este tipo tenga en la agenda de su evento más importante una tesis económica de un partido político en el poder, si se tiene en cuenta que ese partido tiene el control de todas las instituciones y empresas cubanas. ¿Deben los obreros y profesionales cubanos como "misión sindical" dedicarse al trabajo ideológico? En Cuba los trabajadores no organizan huelgas ni exigen aumento de salario, a pesar de que el salario medio de 220 pesos está muy lejos de permitir un poder adquisitivo acorde con el elevado costo de la vida. En múltiples ocasiones, cuando por determinadas circunstancias ha sido necesario afectar a los trabajadores, por ejemplo, disminuyendo plantillas, el sindicato aprueba tales medidas. Este es un país en el que la labor sindical incluye compulsar a los trabajadores a laborar gratuitamente horas extras para cumplir planes y alcanzar metas. En su afán de dar una imagen idílica del sistema social, la dirigencia de la CTC plantea que no existen intereses contradictorios entre quienes trabajan y quienes emplean. Pareciera que los nuestros son los únicos trabajadores en el mundo que no laboran con el objetivo de poder satisfacer, con el salario que devengan, sus necesidades y aspiraciones de bienestar. Nada más lejos de la verdad. Para comprender la labor del sindicalismo oficial cubano es necesario saber que en un país donde la Constitución establece que las libertades, entre ellas la de asociación, no pueden utilizarse en contra de lo que llaman socialismo, es imposible que existan auténticos sindicatos capaces de promover y defender los legítimos derechos de los trabajadores. Es por ello que la corrupción y el delito, dos de los temas a tratar en el próximo congreso de la CTC, aumentan de manera alarmante. El obrero y el profesional cubano, a falta de poder acudir a una organización sindical que defienda sus intereses, acude frecuentemente a la búsqueda de ingresos ilícitos. Estos, y muchos problemas presentes en la sociedad cubana, sólo serán superados cuando en el país existan la libertad y democracia verdaderas. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente. |
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