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Mayo, 2002

Reporte de violaciones a los derechos sindicales y laborales en Cuba

Capítulo I

Los Derechos Sindicales en Cuba, incumplimiento del Convenio 87 sobre la libertad sindical.

Después del 23 de Noviembre de 1959, día, en que concluyó el X Congreso Obrero, primero en celebrarse después de la llegada al poder del actual gobierno cubano y hasta la celebración del XVIII Congreso en Abril del pasado año 2001, la política trazada por la Central de Trabajadores de Cuba no ha tenido variaciones en cuanto a los intereses de los trabajadores cubanos.

Los métodos utilizados desde tan lejana fecha hasta el presente, para elegir a los supuestos representantes de los intereses de la masa laboral no han cambiado, como tampoco ha cambiado la política de la organización gremial que a lo largo de estos 42 años ha respondido, sin imponer condiciones previas, a las directivas del Partido Comunista y el  Gobierno de Cuba.

La Ley 49. Código del Trabajo, en vigor desde Diciembre de 1984, enuncia en su Artículo 3 inciso e) que todo trabajador, acorde con la legislación vigente, tiene derecho a asociarse voluntariamente y constituir sindicatos.

Sin embargo, el gobierno cubano, continúa afirmando que la Central oficialista y sus  20 Sindicatos Nacionales son los genuinos representantes de los trabajadores, lo que reafirma el carácter excluyente, discriminatorio y desconocedor de los Derechos recogidos en el Convenio 87, sobre la Libertad Sindical, de la Organización Internacional del Trabajo.

Es la opinión de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba, que los sindicatos oficialistas, lejos de defender los intereses de los trabajadores, constituyen un instrumento represivo del gobierno para impedirles la defensa de sus demandas y la realización de su justa aspiración a disfrutar de bienestar por medio de su trabajo, los dirigentes de la CTC oficialista y sus sindicatos ramales son cuadros políticos del Comité Central del Partido, son empleados del Gobierno y no levantarán su voz contra quienes los designan y le da empleo. El Gobierno repite insistentemente que los sindicalistas independientes en Cuba, están al servicio de los Estados Unidos y de lo que ellos llaman la Mafia de Miami, que no es otra cosa que una representación histórica del exilio cubano y que apoya a la oposición interna en sus principios con el objetivo de solucionar la problemática social de Cuba, entre cubanos.

El XVIII Congreso Obrero, celebrado el pasado año, no generó ningún cambio de importancia y reafirmo una vez más su reconocimiento al Partido Comunista, tal como lo recoge la propia Constitución de la República, como  fuerza superior dirigente de la sociedad y repite que la CTC y sus Sindicatos reconocen abierta y conscientemente esta dirección comunista como  destacamento de vanguardia y máxima organización de la clase obrera.

Mientras estos preceptos gubernamentales se ponen en práctica a la fuerza, el Estado Cubano continúa prohibiendo la creación de sindicatos independientes hecho que no-solo viola sus compromisos internacionales y especialmente con la Organización Internacional del Trabajo, sino que viola de manera flagrante  sus propios principios consagrados en la Constitución de la Republica y el Código del Trabajo, puesto de que estos establecen el derecho de reunión y asociación de los trabajadores y declaran que las organizaciones sociales  "gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión, basado en el derecho irrestricto a la iniciativa y a la crítica", aunque más adelante hace la salvedad que estos no pueden ser ejercidos " contra la existencia y fines del Estado Socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo."

El Congreso Obrero después de tres días de sesiones, culminó, pero no ofreció una sola explicación a los grandes y graves problemas que afectan a la sociedad cubana. La problemática del fondo habitacional  que tiene a tres millones de cubanos sin vivienda, la elevada cifra de desempleo esencialmente en las provincias orientales, la libre contratación fundamentalmente en la empresas con capital extranjero, la dualidad monetaria, la inflación, los bajos salarios, los altos precios de los artículos de primera necesidad que no satisface la libreta de racionamiento, el problema del transporte, las deformaciones estructurales de la economía cubana, la falta de convenios colectivos de trabajo en la gran mayoría de las entidades, las deficiencias con la protección y la salud de los trabajadores, y por supuesto el derecho al sindicalismo independiente, a la huelga y otras formas pacíficas de la masa laboral cubana.

La CONIC, presentó en Octubre del 2000  a la Central de Trabajadores de Cuba su solicitud formal de inclusión  en las sesiones del XVIII Congreso obrero con importantes propuestas, sin embargo, esa organización sindical no dio una respuesta a nuestra petición y hasta el momento parece ignorarla, como también pretende ignorar nuestra existencia con explicaciones justificativas absurdas.

Meses más tarde, al celebrarse en nuestro país el Encuentro Hemisférico de la Lucha contra el ALCA (Alianza Libre Comercio de las Américas), presentamos una nueva petición, esta vez solicitando nuestra presencia en el evento, ya que de algún modo representábamos los intereses de los trabajadores no afiliados a la CTC oficialista. Otra vez se nos ignoró. Ya finalizando el año, y con casi uno de antelación solicitamos al Sr. Pedro Ross Leal, Secretario General de esa Central sindical nuestra participación en el próximo Congreso del Sindicato de Educación, con el objetivo, entre otros, de presentar un listado de Educadores expulsados del sector por razones políticas y que apareció en el informe a la 89 Conferencia de la OIT celebrada en Junio del 2001.

En ninguna de las tres peticiones había frases grandilocuentes hacia nuestro trabajo, sólo pretendíamos representar como es debido a la masa laboral que no está afiliada en los  sindicatos representados por la CTC y a pesar de nuestras diferencias políticas, como así lo dejamos saber, nuestra postura sería siempre respetuosa.

Esta actitud del gobierno demuestra fehacientemente su irreverente postura ante los preceptos plasmados en el Convenio 87, que por razones obvias debe respetar y aplicar en la práctica cotidiana laboral.

Baste recordar que hasta el presente el gobierno no ha respondido ni mucho menos autorizado la solicitud de inscripción en el Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia de las organizaciones gremiales independientes, de la cual la CONIC tiene el número de solicitud 798.

En el último año, activistas sindicales en todo el país, han recogido un buen número de denuncias sobre casos de acoso a trabajadores opositores y activistas sindicales independientes. Este inventario excluye hechos que no fueron denunciados por temor a represalias o trabajadores, que aún cuando fueron contactados no quisieron expresar  su denuncia para evitar futuros problemas con la policía política cubana.

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