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Mayo 1999


Salarios

Por Joel Brito Delgado


El inicio de la década de los años 80 en la esfera de trabajo y salario se caracterizó por lo que el gobierno definió como una reorganización general del sistema salarial. Se concibió para aplicar en el quinquenio 81-85 una reforma general de salarios cuyo objetivo no logrado era mejorar decisivamente la gestión económica y lograr incrementos de la productividad y la eficiencia en la economía, persiguiendo una aplicación del fracasado principio de distribución socialista con arreglo al trabajo, es decir a su cantidad y calidad.

La organización salarial quedó conformada con la existencia de una escala única que contempla 23 grupos con una relación entre salario máximo (450pesos) y el mínimo (100 pesos) de 4,5 veces. Esas dos especificidades del sistema diseñado con la asesoría de los soviéticos propicia una ínfima diferencia salarial entre un grupo y el siguiente, unido a la existencia de un calificador cuyo perfil lo convierte en una camisa de fuerza debido al elevado nivel de centralización, donde el estado define todas las condiciones de remuneración salarial.

Desde el punto de vista técnico el excesivo nivel de igualitarismo no da margen a la identificación del grado individual de aporte, desestimula a los trabajadores, de toda formas ellos conocen que su situación económica sigue siendo muy difícil al no alcanzar el salario para cubrir las necesidades básicas.

El salario que se paga la mayoría de las veces no tiene una respuesta material en bienes y servicios creados. Para sostener de forma artificial el nivel de pleno empleo se ha mantenido durante años un proceso de plantillas sobredimensionadas. Esta incongruencia ha frenado de forma absoluta la disponibilidad de recursos financieros y ha potenciado la desvaloración del poder adquisitivo del salario, favoreciendo el crecimiento de fuertes corrientes inflacionarias y de niveles elevados de pobreza.

El pago de salario limitado en esencia por la complejidad del trabajo, ha propiciado que las labores manuales, las cuales en su mayoría requieren de un gran esfuerzo físico o cuyas condiciones de trabajo son adversas, como es el caso de la agricultura, no estén debidamente estimulados, lo que ha ocasionado el éxodo del personal y la imposibilidad de lograr un completamiento de la fuerza de trabajo en sectores vitales para la depauperada economia cubana como son la agricultura cañera y no cañera.

En estos momentos los diseñadores de la política económica se encuentran en un punto de crisis, el salario no les alcanza a los trabajadores, las medidas de saneamiento financiero son un fracaso, la inflación continúa galopando. Si desean lograr incrementos de eficiencia tienen que acelerar el proceso de racionalización de fuerzas de trabajo, el elevado endeudamiento externo constituye una fuerte presión sobre el gobierno al estarse acercando muy peligrosamente al techo máximo de exposición con los acreedores. Las necesidades se siguen acumulando y el descontento continúa creciendo.

Al comenzar el Ilamado periodo especial y ante la crisis económica, la formula mágica diseñada por el gobierno para constriubuir a disminuir los niveles de ausentismo, lograr un mejoramiento de la disciplina laboral y tecnológica, incrementar los planes de producción y reducir los costos, fueron las modalidades de sistemas especiales de estimulación y las llamadas jabitas, todo esto en aquellos sectores denominados emergentes de la economía, entiéndase esencialmente los que están vinculados a la inversión extranjera o que constituyen sustitución de importaciones.

A inicios de 1994, se comienzan a emplear a fondo con la estimulación en divisas, convirtiéndolo en el elemento esencial destinado a rescatar la motivación económica de los trabajadores por el resultado de su trabajo, mediante la adjudicación de un signo monetario que sí tiene capacidad decompra, ya que el salario ha perdido su efecto estimulador y su poder adquisitivo.

Estos sistemas se comenzaron a aplicar en aquellas acrtividades que podían generar importantes ingresos en divisas, estaban vinculadas a la inversión extranjera o ahorraban erogaciones en divisas.

El Ministerio de Economía y Planificación ha aprobado este tipo deestimulaciones en divisas en 28 actividades cue abarcan a más de 155,900 trabajadores. Estos han recibido como promedio el equivalente a 10 dólares mensuales. Los trabajadores deben pagar un centravalor o una tasa decambio de un peso por un dólar.

Estos sistemas crean dentro de la sociedad segementos poblacionales que con relación a otros son privilegiados, aunque en la práctica son trabajadores que laboran bajo una fuerte intensidad y tienen que ser incondicionales al sistema para poder laborar en esas instituciones.

Otros trabajadores que aunque el salario que se les paga está por debajodel salario promedio del país, son los que laboran en el turismo. Al tener acceso a la propina en dólares se convierten junto con los que laboran bajo esquemas especiales de estimulación, en trabajadores privelegiados con relación a los que laboran en el sector estatal. El propio ministro del turismo ha expresado públicamente que el sector turístico es para personas revolucionarias.

Todos estos estímulos están condicionados al estricto cumplimiento de la disciplina laboral, no se permiten ausencias o llegadas tardes, con independencia de la causa. Antes de implantarse la estimulación en divisas se le exige a la administración desinflar las plantillas y ajustarlas a los niveles productivos y el cumplimiento o sobrecumplimiento de los planes productivos o de servicios. La estimulación en ningún caso podrá ser superior al 5 por ciento del salario en moneda nacional.

La política de estimulación está regida por el acuerdo 3024 de mayo de1996 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, (encontrándose en estos momentos en fase de cambio), el cual precisa en detalles los principios a seguir para incluir determinadas empresas en sistemas de estimulación en divisas.

El acuerdo expresa: "Mantener vigente el concepto de que los sistemas de estimulación en pesos convertibles (equivalentes a divisas) no constituyen parte del salario, sino que se otorgan a partir de los resultados económicos adicionales a lo planificado que se obtenga por los colectivos laborales. Las normas disciplinarias vigentes para tener derecho al estímulo se mantendrán sin flexibilidad."

"El financiamiento en divisas para la estimulación en pesos convertibles se sustentará en la eficiencia lograda en cada entidad. Debe velarse celosamente porque los trabajadores no vean el estímulo en divisas como parte de sus ingresos fijos, sino asociado a un efecto económico que requiere un determinado esfuerzo a alcanzarlo."

Según datos del Banco Nacional de Cuba, los salarios pagados al cierre del año 1997 ascendieron a 9,052 millones de pesos y los de 1998 a 9,233. El Ministerio de Economía estima que los gastos por concepto de estimulación en divisas ascienden anualmente a 35 millones de dólares. Aunque el señor Osvaldo Martínez, presidente de la comisión económica del parlamento cubano expresó por primera públicamente a principios de enero de 1999: "El salario medio creció de 214 a 217 pesos mensuales, y los sistemas de estimulación en divisa alcanzaron a 1millón 125 trabajadores y entregaron 45,9 millones de dólares".

La tasa de conversión fijada por las casas de cambios del Banco Nacional de Cuba promediaron 22 pesos por cada dólar en el año 1997, ya en 1998 observaciones realizadas por especialistas, y según reconoció la prensa oficial, se situaba como promedio en 20 pesos.

En el caso de la inversión extranjera, el salario que se le cobra a las entidades con capital mixto está determinado por la situación que tiene Cuba de ser catalogada un país de alto riesgo para los inversionistas, por lo que los salarios como norma general no excederán los que se pagan en el área del Caribe y Centroamérica, y siempre se le dará al inversionista una ventaja competetiva para hacer más estimulante la oferta.

El salario máximo que se paga a los trabajadores que laboran en entidades extranjeras es de 700 pesos cubanos y el inversionista deberá pagar como promedio un 2,3 por ciento del salario escala previsto en la plantilla para el personal que empleará.

El 2,3 por ciento del salario se conformó según la Dirección de Salario del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social de la siguiente manera:

100 % Salario Escala + 30 % pagos adicionales, coeficiente ramal, lejanía y nocturnidad + 30 % por la intesidad en el trabajo + 60 % de beneficios sociales que recibe a fuerza de trabajo servicio que presta la entidad empleadora cubana + 10 % por el = 230 %

Para que se entienda en esencia cómo se determina el salario que en dólares deberá pagar el socio extranjero basta aplicarle el 2,3 per ciento a cualquier salario escala de la plantilla aprobada para la empresa que laborara con capital extranjero.

Evidentemente la política establecida por el gobierno para con la inversión extranjera contradice en esencia el convenio 95 sobre protección del salario de la Organización Internacional del Trabajo en sus artículos 5 y 6, que expresan textualmente:

Artículo 5: "El salario se deberá pagar directamente al trabajador interesado".

Artículo 6: "Se deberá prohibir que los empleadores limiten en forma alguna la libertad del trabajador de disponer de su salario".

El hecho de que el gobierno cubano cobre el salario en una moneda diferente de mayor valor adquisitivo y en una cuantía superior a la que se le paga a los trabajadores, denota el nivel de discriminación que existe en este tipo de instituciones.

Recientemente el documento elaborado dentro de Cuba, de fecha 16 de julio de 1998 firmado por más de 30 organizaciones independientes titulado "A los inversionistas extranjeros" advierte claramente la posición que sería asumida por el pueblo y los trabajadores cubanos para con los inversionistas extranjeros cuando se reestablezca en Cuba un gobierno democrático.

El hecho de considerar que sólo a los trabajadores cubanos en estos momentos se les está pagando el 5 por ciento del salario que su gobierno le cobra a los inversionistas extranjeros y el nivel de comprometimiento de éstos con un gobierno antidemocrático, de facto están siendo catalogados de traidores a los trabajadores cubanos y causantes de los niveles de explotación a que son sometidos.

El documento por otro lado propone la aceptación inmediata por parte de los inversionistas extranjeros de los Principios Arcos, por considerar que son los que realmente representan los interes de los trabajadores cubanos.

La situación del salario en estos momentos pudiera sufrir un cambio con la introducción paulatina en el sector empresarial estatal y mixto del Sitema de Perfeccionamiento Empresarial de las Fuerzas Armadas, el cual se encuentra en proceso de instrumentación en más de 125 entidades seleccionadas.

Este sistema, al tener como componentes más de 25 subsistemas relacionados con la gestión empresarial, habría que analizarlo in situ para ver su desarrollo, aunque estamos seguros que no es la solución del problema, sino una fórmula para alargar el proceso delirante de la catástrofe económica de Cuba.




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