Octubre 29, 2007

Discurso del presidente George W. Bush

El Nuevo Herald, 26 de octubre de 2007.

Muchísimas gracias. Gracias. Buenos días. Me complace estar nuevamente en el Departamento de Estado. Les agradezco por la labor que realizan aquí. Todos los días, los hombres y mujeres de este departamento son los emisarios de Estados Unidos en el mundo. Todos los días, ayudan al país a responder a agresores y llevar paz a países en dificultades. Todos los días promueven la misión de nuestro país en apoyo a los derechos humanos básicos para los millones a los que se les niegan. La secretaria Rice me informa constantemente sobre la buena labor que se realiza aquí en el Departamento de Estado, y en nombre de una nación agradecida, les doy las gracias por su arduo trabajo y me complace estar con ustedes.

Pocos temas han sido un desafío para este departamento --y nuestra nación-- durante más tiempo que la situación en Cuba. Ha transcurrido casi medio siglo desde que el régimen de Cuba ordenó que los diplomáticos estadounidenses evacuaran nuestra embajada en La Habana. Esa fue la ruptura decisiva de nuestras relaciones diplomáticas con la isla, una señal preocupante sobre el futuro del pueblo cubano y el inicio de una era nefasta entre nuestros dos países. En este edificio, el Presidente John F. Kennedy habló sobre el embargo económico de Estados Unidos contra la dictadura de Cuba. Y fue aquí que anunció el fin de la crisis de misiles que casi hizo que el mundo se precipitara a una guerra nuclear.

Hoy, otro presidente viene, con esperanza, para tratar una nueva era para Estados Unidos y Cuba. Se avecina el día en que el pueblo cubano trazará su propio curso para una vida mejor. Se avecina el día en que el pueblo cubano tendrá la libertad que aguarda desde hace tanto tiempo. (Aplausos).

Señora secretaria, gracias por su presentación. Me complace estar con usted y el embajador Negroponte y todos los que trabajan aquí. Gracias por la hospitalidad. Me complace estar aquí con nuestro secretario de Comercio, el secretario Carlos Gutiérrez, nacido en Cuba. Les agradezco a los demás miembros de mi gobierno que están aquí.

Deseo agradecerles en particular a los miembros del Congreso que nos acompañan: el senador Mel Martínez, nacido en Cuba; la congresista Ileana Ros-Lehtinen, nacida en Cuba; Lincoln Díaz-Balart, nacido en Cuba; su hermanito (risas) Mario Díaz-Balart. Quiero darles las gracias a Chris Smith, congresista de Jersey, por acompañarnos; Thaddeus McCotter, Michigan; Debbie Wasserman Schultz, de Florida, como también a Tim Mahone de Florida. Les agradezco su presencia.

Les agradezco a los miembros del cuerpo diplomático que nos acompañan. Les agradezco a los embajadores de la Organización de Estados Americanos que están con nosotros. Les quiero agradecer en particular a las familias cubanas que me acompañan en el estrado.

Una de las grandes historias de éxito del siglo pasado es el avance de la libertad económica y política en toda América Latina. En esta sala están presentes funcionarios representantes de países que acogen con los brazos abiertos las bondades de un gobierno democrático y la libre empresa. Y Estados Unidos se enorgullece y trabaja activamente con ustedes en su transformación.

Un país en nuestra región aún aísla a su pueblo de la esperanza que conlleva la libertad y lo mantiene cautivo en un sistema que le ha fallado. Hace cuarenta y ocho años, al inicio de la revolución cubana, sus líderes hicieron una predicción. Dijo --y cito: ''Los peores enemigos que la revolución cubana puede enfrentar son los propios revolucionarios''. Una de las grandes tragedias de la historia es que esa sombría profecía se hizo realidad.

Los gobernantes de Cuba prometieron libertad individual. En cambio, les negaron a sus ciudadanos derechos básicos que el mundo da por sentado. En Cuba es ilegal cambiar de trabajo, mudarse de casa, viajar al extranjero y leer libros o revistas sin la aprobación explícita del Estado. Es ilegal que más de tres cubanos se reúnan sin permiso. Los programas de vigilancia vecinal no están pendientes de delincuentes. Más bien, vigilan a sus conciudadanos. manteniéndose al tanto de las idas y venidas de sus vecinos, quiénes los visitan y qué emisoras de radio escuchan. El sentido de comunidad y la simple confianza entre seres humanos no existe.

Los gobernantes de Cuba prometieron una era de avance económico. En cambio, trajeron varias generaciones de miseria económica. Muchos de los autos en las calles son de antes de la revolución. y algunos cubanos dependen de carrozas a caballo para transportarse. La vivienda para el cubano promedio está en muy malas condiciones, mientras que la clase gobernante vive en mansiones. Las clínicas para el cubano promedio se ven afectadas de manera crónica por una escasez de medicamentos y equipos. Muchos cubanos se ven forzados a recurrir al mercado negro para alimentar a sus familias. Hay largas filas para necesidades básicas que evocan las colas de pan del siglo pasado en la Unión Soviética. Al mismo tiempo, el régimen ofrece tiendas bien surtidas a los turistas extranjeros, diplomáticos y empresarios en la versión comunista del apartheid.

Los gobernantes de Cuba prometieron libertad de prensa. En cambio, clausuraron periódicos y estaciones de radio y televisión privados. Encarcelaron y propinaron palizas a periodistas, registraron sus hogares, confiscaron su papel, tinta y máquinas de fax. Un periodista cubano les pidió una cosa a periodistas extranjeros que lo visitaron: una pluma. Otros usan betún como tinta para la cinta de la máquina de escribir.

Los gobernantes de Cuba prometieron ''respeto absoluto por los derechos humanos''. En cambio, ofrecieron a los cubanos prisiones plagadas de ratas y un Estado policía. Cientos de personas cumplen largas condenas de prisión por ofensas políticas como el delito de ''peligrosidad'', según lo define el régimen. Otros han sido encarcelados por el delito de ''sedición pacífica'', lo cual significa cualquier cosa que decidan las autoridades cubanas.

Nos acompañan aquí familiares de presos políticos en Cuba. Les he pedido que vengan porque deseo que nuestros conciudadanos vean los rostros de aquellos que sufren como resultado de los abusos de derechos humanos en la isla, a sólo unas 90 millas de nuestra costa. Uno de ellos es Olga Alonso. Su hermano, Ricardo González Alfonso, ha sido hostigado por las autoridades cubanas desde que tenía 11 años, porque escribió cosas que a las autoridades cubanas no les gustaron. En el 2003, Ricardo fue arrestado por sus escritos y condenado a 20 años de prisión. Las autoridades confiscaron contrabando ilegal que encontraron en su casa. Este incluía cosas como una computadora portátil, libretas y una impresora. Olga, nos complace que esté aquí. Gracias por asistir. (Aplausos.)

Marlenis González y su hija, Melissa, están presentes. Llegaron recientemente de Cuba, pero sin el padre de Melissa. Jorge Luis González Tanquero se atrevió a defender los derechos humanos de sus conciudadanos. Por ello, fue arrestado por delitos contra el Estado. Ahora languidece, en mal estado de salud, dentro de una prisión cubana. Bienvenidos. (Aplausos).

Damaris García y su tía, Mirta Pernet, nos acompañan hoy. Damaris describe al gobierno cubano como ''una máquina asesina''. Esas son sus palabras. Han visto el encarcelamiento de parientes por apoyar la libertad. Un familiar muy querido, Omar Pernet Hernández, era un pobre hombre que vendía golosinas en las calles de La Habana. Por defender la libertad, está cumpliendo una condena de 25 años. Tiene 62 años, está muy demacrado. Sin embargo, sigue siendo un decidido defensor de los derechos humanos a favor del pueblo cubano. Bienvenidos. (Aplausos).

También está con nosotros Yamile Llanes Labrada. El esposo de Yamile, Jorge [sic] Luis García Paneque, era cirujano y periodista. Fue condenado a 24 años de prisión por atreverse a decir la verdad sobre el régimen. Yamile misma fue acusada de espionaje y temía por la seguridad de sus cuatro hijos. Tras el arresto de José, una turba organizada por las autoridades del gobierno rodeó su casa. La turba llevaba palos y amenazó con prenderle fuego a la casa con la familia dentro. Este año, Yamile y sus hijos lograron salir de la isla. No saben cuándo volverán a ver a su padre. Bienvenidos, Yamile. (Aplausos).

Quiero darle las gracias a cada uno de ustedes [por] venir hoy. Les agradezco por permitirme compartir sus historias y les agradezco por su valentía. Le pido a Dios que vele por ustedes y sus seres queridos. Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias. Y me uno a sus oraciones para que llegue el día en que la luz de la libertad brille sobre Cuba.

Estos son apenas algunos de los ejemplos del terrorismo y trauma que constituyen la Cuba actual. El paraíso socialista es un gulag tropical. La búsqueda de la justicia que alguna vez inspiró al pueblo cubano ahora se ha convertido en un intento de aferrarse al poder. Y como en todos los sistemas totalitarios, no hay duda de que en el régimen de Cuba existen otros horrores aún desconocidos para el resto del mundo. Una vez que sean desvelados, causarán conmoción en la conciencia de la humanidad. Y serán la vergüenza de los defensores del régimen y todas las democracias que se mantuvieron en silencio. (Aplausos). Un ex prisionero político cubano, Armando Valladares, lo expresó de esta manera: Llegará el momento en que ''la humanidad sentirá la repulsión que sintió cuando salieron a la luz los crímenes de Stalin''. Y ese día está por llegar.

En estos momentos, aumentan los llamados a realizar cambios fundamentales en toda la isla. Se propagan las demostraciones pacíficas. Este año los principales disidentes cubanos se congregaron por primera vez para emitir ''Unidad por la Libertad'', una declaración a favor del cambio democrático. Oyen los estertores agonizantes de un régimen fracasado. Saben que incluso las pesadillas más crueles de la historia no pueden durar para siempre. Un pueblo impaciente que anhela reincorporarse al mundo por fin tiene esperanza. Y en Cuba habrá una verdadera revolución. una revolución de libertad, democracia y justicia. (Aplausos).

Este es el momento de apoyar a los movimientos democráticos que se están propagando por la isla. Este es el momento de respaldar al pueblo cubano que se pone de pie por su libertad. Este es el momento de que el mundo ponga de lado sus diferencias y se prepare para la transición de Cuba a un futuro de libertad y progreso y oportunidades. Los disidentes de hoy serán los líderes [cubanos] del mañana. y, finalmente, cuando llegue la libertad, sin duda recordarán quiénes estuvieron de su lado. (Aplausos.)

La República Checa y Hungría y Polonia han sido fuentes vitales de apoyo y aliento para la valiente oposición de Cuba. Les pido a otros países que hagan lo mismo. Todos los países pueden hacer esfuerzos tangibles para manifestarles públicamente su apoyo a quienes están en la isla y aman la libertad. Pueden abrir sus embajadas en La Habana a los líderes a favor de la democracia e invitarlos a diversos eventos. Pueden usar la antecámara de sus embajadas para darles a los cubanos acceso al Internet y libros y revistas. Pueden animar a las organizaciones no gubernamentales de sus países para que establezcan lazos de comunicación directos con la sociedad civil independiente de Cuba.

Aquí en nuestro país también podemos hacer más. El Congreso de Estados Unidos recientemente votó a favor de fondos adicionales para apoyar los esfuerzos democráticos en Cuba. Les agradezco a todos por su buena labor con respecto a esta medida. y los insto a que remitan el proyecto de ley a mi despacho lo antes posible. (Aplausos.) También insto a nuestro Congreso a que muestre nuestro apoyo y solidaridad a favor de cambios fundamentales en Cuba manteniendo nuestro embargo contra la dictadura hasta que haya un cambio. (Aplausos).

El régimen de Cuba usa el embargo de Estados Unidos como chivo expiatorio para las miserias de Cuba. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, presidentes miembros de nuestros dos partidos políticos entienden que la fuente del sufrimiento de Cuba no es el embargo, sino el sistema comunista. Saben que el comercio con el gobierno cubano no ayuda al pueblo cubano si no se dan cambios importantes en el sistema político y económico de Cuba. Más bien, el comercio con Cuba simplemente enriquece a las élites en el poder y afianza su control. Mientras el régimen mantenga el monopolio de la vida política y económica del pueblo cubano, Estados Unidos mantendrá en vigor el embargo. (Aplausos).

Estados Unidos sabe cuánto está sufriendo el pueblo cubano. y no nos hemos quedado de manos cruzadas. En el transcurso de los años, hemos otorgado asilo a los cientos de miles que han huido de la represión y miseria impuesta por el régimen. Hemos alentado a los países para que sean abanderados de la causa de la libertad en Cuba. Y continuaremos haciéndolo. Hemos autorizado a ciudadanos y organizaciones privadas para que proporcionen alimentos y medicamentos y otra ayuda. por un monto de más de $270 millones tan sólo el año pasado. El pueblo estadounidense, el pueblo de este generoso país, es la principal fuente mundial de ayuda humanitaria para el pueblo cubano. (Aplausos).

La ayuda que proporcionamos va directamente a manos del pueblo cubano, en vez de los cofres de los líderes cubanos. Y ése es el propósito de nuestra política: acabar con el control absoluto que tiene el régimen de los recursos materiales que el pueblo cubano necesita para vivir y para prosperar y para tener esperanza.

En estos momentos, para fomentar este esfuerzo, Estados Unidos está listo para tomar nuevas medidas para ayudar al pueblo cubano directamente, pero sólo si el régimen cubano, la clase gobernante, no pone obstáculos.

Por ejemplo --he aquí una idea para ayudar al pueblo cubano--, el gobierno de Estados Unidos está listo para permitir que organizaciones no gubernamentales y grupos religiosos proporcionen computadoras y acceso al internet al pueblo cubano. Si los gobernantes de Cuba acaban con las restricciones para el acceso a la internet que les imponen a todos.

O Estados Unidos está listo para invitar a jóvenes cubanos de familias oprimidas a participar en programas de becas de la Alianza a favor de la Juventud Latinoamericana (Partnership for Latin American Youth), para ayudarlos a tener acceso equitativo a mayores oportunidades educativas. Si los gobernantes cubanos permiten que participen libremente.

Le hacemos estos ofrecimientos al pueblo cubano. y esperamos que sus gobernantes permitan que los acepten. ¿Saben? Hemos hecho ofertas similares antes. pero fueron rechazadas sin más por el régimen. Es una triste lección y debe ser una lección clara para todos: Para la clase gobernante de Cuba, aferrarse al poder es más importante que el bienestar de su pueblo.

La vida no mejorará para los cubanos bajo el actual sistema de gobierno. No mejorará si hay un cambio de un dictador por otro. No mejorará si buscamos acomodarnos a una nueva tiranía en nombre de la ''estabilidad''. (Aplausos.) Estados Unidos no participará en darle oxígeno a un régimen criminal cuya víctima es su propio pueblo. No respaldaremos el antiguo sistema con nuevas caras, el antiguo sistema sujetado por nuevas cadenas. La palabra clave para nuestras relaciones futuras con Cuba no es ''estabilidad''. La palabra clave es ''libertad''. (Aplausos.)

Siguiendo esa línea, hoy también estoy anunciando un nuevo programa para establecer un fondo internacional multimillonario, el Fondo de Libertad para Cuba. Este fondo ayudará al pueblo cubano a reconstruir su economía y hacer la transición a la democracia. Les he pedido a dos miembros de mi gabinete que encabecen el esfuerzo: la secretaria Rice y el secretario Gutiérrez. Van a solicitar que gobiernos de diferentes países y organizaciones internacionales contribuyan a esta iniciativa.

Y el fondo funcionará de la siguiente manera: El gobierno cubano debe demostrar que ha adoptado, de palabra y acción, las libertades fundamentales. Estas incluyen la libertad de expresión, la libertad de asociación, la libertad de prensa, la libertad de formar partidos políticos y la libertad de cambiar el gobierno mediante elecciones multipartidarias periódicas. Y una vez que estas libertades estén en vigor, el fondo podrá darles a los cubanos, especialmente a los empresarios cubanos, acceso a subvenciones y préstamos y condonación de deuda para ayudarlos a reconstruir su país. (Aplausos).

La restauración de estas libertades básicas es la base de elecciones libres y competitivas. Sin esa protección fundamental en vigor, las elecciones son sólo ejercicios cínicos que les dan a las dictaduras la legitimidad que no merecen.

Sabremos que hay una nueva Cuba cuando los partidos de oposición tengan la libertad para organizarse, reunirse y hablar con igual acceso a las comunicaciones. Sabremos que hay una nueva Cuba cuando una prensa libre e independiente sea capaz de operar sin censura. Sabremos que hay una nueva Cuba cuando el gobierno deje de suprimir la actividad económica privada.

Y por encima de todo, sabremos que hay una nueva Cuba cuando las autoridades vayan a las cárceles, entren en las celdas donde hay personas encarceladas por sus convicciones, y las pongan en libertad. (Aplausos). Será un momento en que las familias aquí presentes se puedan reunir con sus seres queridos, y cuando los nombres de los liberados incluyan. cuando disidentes como Oscar Elías Biscet, Normando Hernández González y Omar Rodríguez Saludes sean puestos en libertad. (Aplausos). Será un momento en que los cubanos de conciencia serán liberados de sus grilletes; no como un gesto o estratagema, sino porque el gobierno ya no quiere encarcelar a las personas por sus ideas, por lo que dicen o por lo que creen.

La transición de Cuba de una sociedad en ruinas a un país libre quizá sea larga y difícil. Las cosas no siempre salen como se espera. Habrá ajustes difíciles que hacer. Una de las maldiciones del totalitarismo es que afecta a todos. Gente buena compromete sus convicciones morales para alimentar a su familia, evitar la curiosidad de los vecinos y salvarse de una visita de la policía secreta. Si Cuba ha de entrar a una nueva era, debe encontrar la manera de reconciliarse y perdonar a quienes han sido parte del sistema pero no se mancharon las manos de sangre. Ellos también son víctimas.

En este momento, mis palabras están siendo transmitidas a Cuba en vivo por los medios en el mundo libre, entre ellos Radio y TV Martí. A ustedes los cubanos que me escuchan, corriendo quizá graves riesgos, quisiera hablarles directamente.

Algunos de ustedes son miembros del ejército cubano o la policía o funcionarios del gobierno. Tal vez en algún momento creyeron en la revolución. Ahora pueden ver su fracaso. Cuando los cubanos se levanten para exigir su libertad, ellos. Para exigir la libertad que merecen, ustedes deben tomar una decisión. ¿Defenderán un orden desacreditado y moribundo usando la fuerza contra su propia gente? ¿O aceptarán con los brazos abiertos el cambio que desea su pueblo? Hay lugar para ustedes en una Cuba libre. Pueden compartir la esperanza que encuentran en la canción que se ha convertido en el grito que une a los cubanos dentro y fuera de la isla que aman la libertad: ''Nuestro día ya viene llegando''. (Aplausos).

A los ciudadanos cubanos que me escuchan: tienen el poder de forjar su propio destino. Pueden hacer realidad un futuro donde sus líderes respondan ante ustedes, donde ustedes puedan expresar libremente sus convicciones y donde sus hijos puedan crecer en paz. Hubo un tiempo en que muchos expertos dijeron que ese día nunca llegaría a Europa Oriental o España o Chile. Pero esos expertos estaban equivocados. Cuando el Santo Padre fue a Cuba y ofreció las bendiciones divinas, les recordó que ustedes tienen el futuro de su país en sus manos. Y pueden repetir estos versos en su corazón: Su día viene llegando. (Aplausos.)

A los estudiantes en Cuba: tienen mucho en común con la gente joven de Estados Unidos. Ustedes también sueñan con un futuro lleno de esperanza, ustedes también tienen el optimismo para hacer realidad esos sueños. No creen en las mentiras trilladas que les cuentan de Estados Unidos. No queremos nada de ustedes; sólo darles la esperanza y la alegría de la libertad. No tengan miedo del futuro. Su día viene llegando. (Aplausos.)

Hasta que ese día llegue, ustedes y su sufrimiento siempre estarán en nuestro corazón, los recordaremos en nuestras oraciones. Y hasta que no podamos estar lado al lado como hombres y mujeres libres, los dejo con una esperanza, un sueño y una misión: Viva Cuba libre. (Aplausos.)


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