Breve Introducción
A raíz de los sucesos acaecidos en Europa del este a finales de la década
de los ochenta, un grupo de excompañeros de estudios comprendimos la
necesidad de promover cambios en la estructura política y económica
de la nación cubana por métodos NO VIOLENTO.
En 1991 (junio) fundamos la organización MOVIMIENTO CUBANO DE JÓVENES
POR LA DEMOCRACIA (MCJD). Organización independiente sin ánimos de
lucro que promueve el advenimiento del estado de derecho, concebido este en la
independencia de poderes que garanticen de forma objetiva, el respeto de las
libertades democrática y los derechos humanos del pueblo cubano.
La respuesta oficial no se hizo esperar. La represión más
encarnada por parte de los cuerpos represivos de la policía política
se abalanzó contra cada uno de sus miembros, desatando una feroz
persecución y acoso hasta llevar a sus principales dirigentes a la cárcel
y al ostracismo, utilizando los más arbitrarios e ilegales métodos.
Breve síntesis de algunos de los más sobresalientes actos
de represión a que he sido objeto por los órganos de Seguridad del
Estado (DSE, Policía Política) cubano.
- Julio/1991, Baracoa. Efectivos de Seguridad del Estado asedian mi
domicilio, ocupando literaturas y documentos calificados de "subversivos."
Detenido en el Departamento de Operaciones de Seguridad del Estado (DSE) acusado
de "Propaganda Enemiga" en el expediente No.73/1991, permaneciendo
unos 2 meses en el referido centro.
- Diciembre/1993, Baracoa. Detenido por efectivos de la policía política
bajo cargo de "Peligrosidad Social" y condenado a dos años de cárcel
en el expediente 41/1993, por manifestarme abiertamente contra el llamado "proceso
revolucionario cubano" y no pertenecer a ninguna organización política
y de masas del estado como textualmente lo plasma la copia de sentencia.
- Junio/1996, Ciudad Habana. Detenido por miembros del DSE bajo cargos de "Resistencia"
y "Desobediencia" en el expediente 228/1996 y condenado a 6 meses de
prisión domiciliaria y a 5 años de destierro interno en mi ciudad
de origen en la zona más oriental de la isla.
- Abril/1997, Baracoa. Detenido por oficiales de DSE que asedian mi
domicilio en busca de presunta "propaganda enemiga". Acusado bajo
cargos de "Desacato" y "Resistencia" en el expediente
22/1997 y condenado a 18 meses de cárcel en la prisión provincial
de Guantánamo. Durante el tiempo que permanecí en prisión
fui víctima de brutales golpizas poniendo en peligro mi integridad física,
así como otros tratos crueles, inhumanos y degradantes al grado de llegar
a la tortura.
- Noviembre/1999, Guantánamo. Detenido por directivos del DSE para
impedir que viajara a la capital en la víspera de la celebración
de la IX Cumbre iberoamericana. Durante el arbitrario arresto fui objeto de
maltrato físico que me causo fractura del metacarpio del pulgar derecho,
permaneciendo en tales condiciones sin recibir asistencia médica durante
los 5 días que permanecí confinado en celdas tapiadas en el centro
de operaciones antes mencionado ubicado en el Km. 2 ½ Carretera del
Salvador provincia Guantánamo.
- Diciembre/1999, Santiago de Cuba. Detenido en plena vía pública
por oficiales del DSE y conducido al cuartel general de la policía política
ubicado en la zona Micro-9 Distrito "José Martí" de la
oriental ciudad. Después de permanecer más de 10 horas detenido
sin información alguna; fui introducido en un auto para montaña
(NIVA) e introducido en las espesas zonas montañosas en horas de la
madrugada (1:00 a.m.), donde fui víctima de un Simulacro de ejecución.
Ilegal práctica de represión sicológica condenada en
convenciones internacionales donde Cuba ha ratificado su postura adversa a
semejante actos de barbarie contra la dignidad humana. Posteriormente, quedé
abandonado al total desamparo en medio de las espesas y obscura selva montañosa
a unos 39 Km. de la ciudad santiaguera. Estas prácticas han sido aplicada
a varios miembros de la disidencia interna en Cuba por el mencionado cuerpo
militar.
- Marzo/2000, Santiago de Cuba. Detenido por oficiales de DSE. Acusado bajo
presuntos cargos de "Desacato a la figura del Comandante en Jefe Fidel
Castro" y "Desordenes Público" en el expediente 688/2000 y
condenado a 6 años de cárcel en la prisión de "Aguadores"
de la referida ciudad. El 20 de octubre fui trasladado a prisión de máxima
seguridad en el Combinado de Guantánamo. Prisión provincial donde
actualmente me encuentro confinado. El Tribunal Supremo Popular ratificó
la sentencia como respuesta a un recurso de aleación interpuesto.
Breve Resumen
Desde 1991 hasta el año 2000, periodo en que se desarrollan mis
actividades civilistas pro-democráticas de forma pacífica, podían
calcularse más de 90 arrestos o detenciones arbitrarias, como parte de un
activo y sofisticado programa de la maquinaria represiva del actual régimen
cubano hacia el activismo de derechos humanos o las fuerzas de oposición
pacífica que promueven la transición política hacia formas
democráticas de convivencia cívica dentro de Cuba.
La Seguridad del Estado (DSE) se ha ensañado con toda una gama de métodos
brutales de la extinta escuela estalinista con el objetivo de presionar a sus
opositores políticos a abandonar la isla o para neutralizar sus
alternativas y preservar el status quo existente por más de cuarenta años
ejerciendo el poder y control absoluto de toda la nación.
Varios han sido los métodos, desde el acoso, el hostigamiento, la
vigilancia constante, la persecución policíaca directa, la
marginación social, la discriminación laboral y académica,
la exclusión...etc., hasta los más agresivos como los destierros o
confinamientos locales forzados, los secuestros o desapariciones temporales
(estas consisten en el arresto y confinamientos subrepticios en centros o
locales especiales que pueden durar hasta los 8 ó 10 días,
incomunicado sin información alguna a sus familiares, privado de todo
derecho legal, donde son aplicadas técnicas sicológicas que pueden
desembocar en chantaje), asedio o acoso telefónico que van desde las
amenazas anónimas hasta los ataques verbales obscenos y lesivo a la
dignidad humana, así como las agresiones físicas o atentados
contra opositores en la vía pública por parte de los grupos
paramilitares creado por este cuerpo militar (DSE) para aplastar por la
violencia cualquier manifestación de descontento popular, conocidas como
las Brigadas de Respuesta Rápida (BRR). De esta forma queda encubierta la
represión policiaca y se vende una imagen de apoyo popular al régimen
cubano ante la opinión pública nacional e internacional.
Todas estas prácticas son ejecutadas en un total menosprecio y
detrimento del orden legal establecido actualmente en Cuba. Pero como
anteriormente expliqué, se hacen de forma muy encubierta.
Si ahora escribo a modo de denuncia en este testimonio estas abominables
practicas de terror y represión policíaca ejercida contra la
oposición pacifica e indefensa al actual régimen cubano por parte
de la maquinaria represiva, es porque en mi caso particular he sido un
testimonio vivo, un testigo y víctima a la vez de todas estas prácticas
que anteriormente he escrito en lo que podía llamarse este
testimonio-denuncia.
Las prácticas más salvajes y crueles de represión son
ejercida fundamentalmente por los miembros de la policía política
en la zona más oriental del país; y en mi caso particular, yo diría
con toda honestidad que el ensañamiento de este cuerpo, (DSE), hacia mi
persona ha ido mucho más allá de la confrontación política
común existente.
Las evidencias que a continuación les narro demuestran nítidamente
la política de terror y ensañamiento directo por parte del
Departamento de Seguridad del Estado contra mi integridad física y síquica
y que pone en tela de juicio para un futuro, la seguridad de mi propia vida.
El Complot:
El actual régimen cubano ha quedado políticamente aislado ante
las naciones del mundo libre y civilizado. La democracia ha triunfado; los
totalitarismos en todas sus formas han pasado a ser reliquias anacrónicas
en el hoy espectro universal.
Organismos internacionales de derechos humanos observan muy de cerca lo que
sucede dentro de Cuba. El régimen lo sabe. Hay que cambiar el método
y la táctica para preservar su mayor interés: El poder.
Los constantes métodos de agresión y maltratos físicos
contra la indefensa población penal cubana por parte de las fuerzas
uniformadas deben de ser cambiado para proseguir el control al precio que sea
necesario sin empañar públicamente la imagen oficial.
En marzo de 2000, al ingresar en la prisión provisional de "Aguadores"
en la provincia de Santiago de Cuba junto a mi compañero de infortunio,
el prisionero de conciencia Eddy Alfredo Mena González, conocimos por
medio de reclusos comunes de alta peligrosidad social, de orientaciones ofrecida
a los mismos por el Mayor Alemán, jefe del Departamento de Seguridad del
Estado en prisión del referido centro penitenciario, en el sentido de que
fueron informados previamente por el oficial mencionado de nuestra pronta
presencia en el centro. A la vez, le dieron autorización para que fuésemos
golpeados con palos en caso de alguna manifestación oral
antigubernamental por parte nuestra. Al conocer esta situación, hicimos
una protesta e informamos al Director del centro sobre el macabro plan de la
policía política. Pudo evitarse el incidente en ese entonces.
En agosto, Eddy A. Mena González es trasladado a la prisión de
máxima severidad conocida como Puerto de Boniato. Semana después,
el prisionero político fue salvajemente golpeado por una turba de reos
comunes con altas sanciones por delitos criminales la agresión se
produjo, según fui informado por sus familiares, debido a pancartas con
textos antigubernamentales aparecidas en esos días en la penitenciaría.
El 20 de octubre soy trasladado a la Prisión Provincial Combinado de
Guantánamo. Pocos días después, un fiscal, representante de
la llamada en Cuba "legalidad Socialista" me hizo una corta visita y
lo primero que me dijo fue que "...yo estaba en prisión por la
lengua que tenía, que yo hablaba demasiado..." y me exhortó a
adoptar una conducta correcta, de acuerdo con las normas establecidas de orden.
Este fiscal es de apellido Gámez.
Unos meses después el Mayor Pablo Reyes Coba (Destacado esbirro y sádico
militar, con un obscuro historial en más de 20 años de servicio y
con miles de víctimas golpeadas por sus propias manos e incluso hasta
mutilada por su arrogancia, prepotencia y pensamiento criminal, etc.) me envía
a celdas de castigos de forma continua, me amenaza con introducirme un preso en
mi celda para que me rompiera la boca.
Según él, yo era muy "bocón". Ese "oficial"
hubo de arrastrarme durante una huelga de hambre que realicé en protesta
por estar confinado junto a reos comunes enfermos de tuberculosis en estado
contagioso. Durante los 8 meses que permanecí en la zona del A-500 Sección
5, estuve junto a varios reos contaminados con la mencionada enfermedad. Algunos
incluso en fase contagiosamente peligrosa para mi salud.
Jamás fui sometido a control ni tratamiento médico alguno para
evitar ser contagiado, a pesar de mi solicitud y demanda. Los custodios que
operaban en la zona eran sometido a constante chequeos médico. Todo
estaba claro. Se pretendía enfermar mis pulmones con el vacilo de coch.
Es una guerra silenciosa de forma semi-encubierta para atentar contra mi salud física
y mental. ¿Por qué tanto odio y tanto ensañamiento contra un
humilde e indefenso defensor de los derechos humanos de los cubanos cuyo único
"delito" ha sido el de ejercer mi derecho a expresarme, a reunirme, a
asociarme y a manifestarme por la vía NO-VIOLENTA?
En julio del 2001 fui trasladado hacia el Destacamento 2-A dentro del
edificio central penitenciario. Al llegar allí, inmediatamente fui
informado por dos reos comunes de alto potencial delictivo, los cuales habían
sido reclutados subrepticiamente por un oficial de la Seguridad del Estado
conocido como el Teniente Tisel, el cual, según me informaron se reunió
en una oficina con varios de ellos, uno por uno, y les dio orientaciones
precisas de golpearme en caso de que yo hiciera alguna manifestación oral
contra el gobierno cubano o incitara al desorden al resto de la población
penal del destacamento. Incluso, según me dieron a conocer, el oficial
les recomendó no provocarme partidura alguna durante la agresión
que me pudiera causar derramamiento de sangre.
Días después, durante la visita familiar recibida, entregué
personalmente a mi esposa, la joven Yunaibis Castillo Betancourt, una denuncia
escrita por mi, donde le orienta que hiciera pública la misma a través
de medios de prensa independientes radicado en la capital y otras emisoras
radiales y radios extranjeros. En la misma hacía público el
complot para atentar contra mi integridad física fraguado por miembros de
la policía política.
Es muy importante señalar que la Seguridad del Estado cubano monitoréa
las 24 horas todas las emisoras radiales que transmiten información sobre
Cuba desde territorios estadounidenses. La denuncia hecha por mi fue divulgada
por tales medios de información e incluso INTERNET a partir del día
19 de julio de 2001.
Si realmente había interés en proteger mi integridad física
y en evitar algún incidente al respecto, la Seguridad del Estado podia
haberlo evitado. Sin embargo, hubo silencio absoluto. Nadie me interrogó,
nadie cuestionó el asunto. Treinta y dos (32) días después,
el día 20 de agosto en horas temprana de la mañana, sobre las 7:30
fui víctima de la agresión y el atentado, anunciado con antelación,
por el recluso común Emeregildo Duvergel, condenado a 25 años de
prisión por asesinar con armas de fuego a un ciudadano en ciudad de La
Habana cuando laboraba como policía en la capital del país.
La agresión me provocó fracturas bilateral de mandíbula
(dos fracturas de carácter considerable). La consistencia física
del agresor era considerablemente superior, domina perfectamente las técnicas
del boxeo cubano y otras de defensa personal. El ataque, además, fue
sorpresivo e inesperado en ese instante. Más de 30 reos presenciaron
aquel acto. Permanecí unas 6 horas desde que fui lesionado hasta recibir
los primero auxilios. Sangraba y había perdido el conocimiento en un
intervalo no prolongado de tiempo.
Hasta la fecha, jamás se ha tomado medida disciplinaria de acuerdo
como lo establece el reglamento penitenciario cubano ni mucho menos judicial a
pesar de haberse establecido formalmente la denuncia ante los órganos
policiales competentes.
La "investigación" realizada por un fiscal militar, como
resultado de acusaciones hecha por mis familiares ante el organismo contra los
autores intelectuales del atentado a que fui objeto (La Seguridad del Estado),
ha sido totalmente parcial a favor de la parte militar responsable.
Algo más, el fiscal hasta consintió que se me intentara
esposar días después junto al agresor a pesar de las desfavorables
condiciones, tanto de salud como de protección y defensa por mi parte
ante una posible segunda agresión en tales condiciones.
Algo que olvidaba; aproximadamente hacía unos 2 meses antes de la
agresión, fui amenazado por el Capitan Silvestre, actual jefe de
Seguridad del Estado en prisiones de la provincia de Guantánamo de que
había que romperme la boca porque yo hablaba mucha mierda (según
sus propias palabras).
Actualmente me encuentro ingresado en la sala para penado del hospital
general docente de la ciudad de Guantánamo, bajo tratamiento médico.
Durante todo este tiempo de rehabilitación, he sido objeto de actos
hostiles y violentos por tres funcionarios del orden que ni siquiera han tenido
en cuenta la delicada situación de salud para cometer atropello contra mi
persona. La impunidad y la satisfacción por parte de la dirección
local de cárceles y prisiones parece prevalecer según el proceder
de los principales directivos.
Un detalle interesante
En enero de 1998, durante la visita del Sumo Pontífice a la isla, su
santidad el Papa Juan Pablo II, los presos políticos recluidos en el
centro penitenciario donde hoy me encuentro organizaron una huelga de hambre en
señal de protesta por los tratos crueles a que son sometidos en cárceles
cubanas y demandar la liberación de los mismos de forma incondicional
ante las autoridades cubanas. Los más de 45 presos políticos
fueron confinados y aislados en obscuras celdas tapiadas en el centro de
operaciones del DSE en la zona. Un verdadero centro de terror y torturas de la
policía política en Guantánamo.
El actual jefe del centro penitenciario, Teniente Coronel Chediak, que en
aquel entonces ocupaba el rango de 2do jefe del sistema penitenciario en la
provincia Guantánamo, introdujo a un reo común nombrado Osvaldo
Dussú Medina de alto potencial delictivo en la celda donde se me había
introducido con ordenes precisas del referido militar para que me golpeara en
caso de que yo gritara consignas antigubernamentales. Fue él quien
autorizó mi traslado al destacamento 2-A (al cual no me corresponde por
reglamento), donde fui agredido.
Se conoce que las actuales autoridades penitenciarias utilizan como método
de control la organización y el reclutamiento de reos comunes de alto
potencial delictivo para agredir por medio de la violencia física a los
prisioneros rebeldes que se niegan a acatar los rigurosos métodos de la línea
oficial penitenciaria; fundamentalmente los presos políticos.
Estos métodos tienen como objetivo crear el pánico, el horror,
la inseguridad y resquebrajar la moral y los principios, así como
humillar y vejar ante el resto del espectro público penitenciario a la
disidencia cautiva. Estos grupos paramilitares son organizados aparentemente de
forma ilegal por las autoridades penitenciarias.
En 1994 y 1995, el Control Interno Militar, se vio obligado a desmantelar y
expulsar una banda de militares que se identificaron con el nombre de CHICOS
MALOS en este centro penitenciario, la cual se dedicaba a golpear salvajemente
con porras improvisadas de hierro u otros materiales manufacturados por los
uniformados, que llegaron a crear el pánico y el terror entre la población
penal y donde fueron atropellados cientos de reos indefensos.
En 1997 (octubre), tres prisioneros políticos, entre ellos quien
suscribe, fuimos víctimas de una brutal golpiza ordenada por el mando
militar, por el simple hecho de gritar consignas antigubernamentales y
pro-democráticas. En mi caso particular, más de 8 efectivos
militares me pateaban el estomago y producían la expulsión de las
heces fecales y la afectación del sistema auditivo izquierdo como
resultado de los impactos de golpes recibido en la zona mencionada. Los
prisioneros políticos y compañeros de infortunio fueron seriamente
lesionados por la cobarde acción (Jorge Luis García Pérez
[Antúnez] y Francisco H. Díaz Echemendía).
Las máximas autoridades del actual gobierno cubano han recibido
documentación con las informaciones correspondientes a tales hechos de
mano directa de mis familiares, así como otros organismos e instituciones
legales oficiales y hasta la fecha no se ha recibido respuesta oficial alguna.
La impunidad y el silencio han prevalecido a todo nivel.
Por todo esto viene a mi mente las siguientes preguntas: ¿Hasta que
punto el gobierno cubano se hace cómplice o ampara semejante proceder? ¿Por
qué no se hace una investigación real, imparcial y desprejuiciada
teniendo todos los recursos disponible para esclarecer, ante semejante actitud,
la verdad e impartir la justicia que demanda el asunto?
A continuación, algunos nombres de prisioneros políticos
cubanos que han sido víctimas de agresiones físicas por estos
grupos paramilitares ilegales apañado y amparado de forma subrepticia por
oficiales en la prisión Combinado de Guantánamo:
- Jorge Álvarez Sánchez - Juan Carlos Herrera Acosta
- Hidalberto González Márquez - Randy Cabrera Mayor -
Eddy Alfredo Mena González (Prisión Boniato, Santiago de Cuba)
- Francisco H. Díaz Echemendía ( Prisión Boniato, Santiago
de Cuba) - Otros
Nuevamente, impunidad en curso
El martes 25 de septiembre, en horas de la tarde mi padre, el Señor
Ramón Rodríguez Lobaina sostuvo un despacho con el jefe del Órgano
Provincial de Prisiones, Coronel Reynaldo. Este señor, lleno de cinismo y
faltando a la verdad como siempre han hecho, pretendió enmascarar el
abominable hecho, tratando de proteger al delincuente de toda responsabilidad
penal, distorsionando crudamente los hechos y exonerando de culpa y preparando
el curso anticipado ante la futura decisión del veredicto en la vista del
juicio oral pendiente ante la acusación presentada por mis familiares
ante las autoridades competentes.
De esta forma pretenden encubrir su participación intelectual y a la
vez preparar las condiciones y dejar libre el camino para futuras circunstancias
criminal.
Según mi padre, el debate se desarrolló con espíritu de
satisfacción y triunfalismo por parte del mencionado coronel que ostenta
la máxima responsabilidad y dirección del sistema penitenciario en
la provincia, por lo que a juicio de mis familiares y el mío en
particular, las afirmaciones y parcialidad total, así como la postura de
este oficial jefe es considerado de peligrosa en grado extremo y merece la mayor
atención, preocupación y acción urgente por parte de
organismos internacionales y humanitarios en materia de derechos humanos que
mantienen una observancia para el caso cubano.
Serían interminables las listas de horrores vivida por el pueblo
cubano y fundamentalmente dentro de las cárceles cubanas cometida por los
cuerpos represivos y la oficialidad militar al servicio del fundamentalismo
castrista dentro de Cuba. Se haría mas extenso el testimonio que le
escribo y no es el objetivo central. Sólo deseo demostrar que con esta síntesis
de evidencias dejo bien clara la fundamentación de que he sido víctima
de un ATENTADO POLÍTICO premeditado y gestado de forma encubierta e
ilegal por parte del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) o policía
política, a quien hago responsable de todo lo hasta aquí expuesto.
Dejo constancia de que no albergo el menor temor por la suerte que pueda
correr mi vida y mi seguridad teniendo en cuenta que el único móvil
que me ha costado varios años de cárcel, golpiza, desapariciones
temporales, destierro interno, entre otros tratos crueles, inhumanos y
degradantes, así como la violación de mis más elementales
derechos ha sido la defensa incondicional de las normas elementales de
convivencia democrática y la promoción de un verdadero estado de
derecho que inserte a mi país en el concierto de las naciones del mundo
libre y civilizado del orbe. Pero me veo en la necesidad y en el deber de
denunciar tales actos criminales y la política de terror y represión
encubierta, así como el ensañamiento y el odio venal y las
hostilidades a que continúo siendo víctima a pesar de encontrarme
sufriendo el aislamiento injusto y la separación forzada de mis seres
queridos. SOY INOCENTE.
Hago responsable al gobierno cubano y de manera directa al Departamento de
Seguridad del Estado y a la dirección provincial de cárceles y
prisiones por la suerte que corra mi vida en lo adelante.
Recomendaciones:
Autorizo la publicación del presente documento por cualquier medio de
expresión oral y escrito incluyendo la prensa alternativa (INTERNET).
Además, está directamente dirigido a:
- Comisión de Derechos Humanos Parlamento Europeo - Comisión
Interamericana de Derechos Humanos - Amnistía Internacional -
Cuerpos Diplomáticos acreditados en Cuba o Embajada de Canadá
o Embajada de España o Embajada de Bélgica o Sección
de Intereses de Estados Unidos
Néstor Rodríguez Lobaina 2 octubre. 2001. sala de Penado,
Hospital Gen. Doc. "Agustino Neto" Provincia Guantánamo,
Cuba Presidio Político Cubano
Dado por Yunaibis Castillo Betancourt, desde Guantánamo, el 3 de
octubre de 2001. Recibido por Pablo Rodríguez Carvajal. |