CUBANET... DOCUMENTOS

Octubre 10, 2001



Testimonio de Néstor Rodríguez Lobaina

CUBA, TERROR Y REPRESIÓN ENCUBIERTA: Antecedentes de un complot


Breve Introducción

A raíz de los sucesos acaecidos en Europa del este a finales de la década de los ochenta, un grupo de excompañeros de estudios comprendimos la necesidad de promover cambios en la estructura política y económica de la nación cubana por métodos NO VIOLENTO.

En 1991 (junio) fundamos la organización MOVIMIENTO CUBANO DE JÓVENES POR LA DEMOCRACIA (MCJD). Organización independiente sin ánimos de lucro que promueve el advenimiento del estado de derecho, concebido este en la independencia de poderes que garanticen de forma objetiva, el respeto de las libertades democrática y los derechos humanos del pueblo cubano.

La respuesta oficial no se hizo esperar. La represión más encarnada por parte de los cuerpos represivos de la policía política se abalanzó contra cada uno de sus miembros, desatando una feroz persecución y acoso hasta llevar a sus principales dirigentes a la cárcel y al ostracismo, utilizando los más arbitrarios e ilegales métodos.

Breve síntesis de algunos de los más sobresalientes actos de represión a que he sido objeto por los órganos de Seguridad del Estado (DSE, Policía Política) cubano.

- Julio/1991, Baracoa. Efectivos de Seguridad del Estado asedian mi domicilio, ocupando literaturas y documentos calificados de "subversivos." Detenido en el Departamento de Operaciones de Seguridad del Estado (DSE) acusado de "Propaganda Enemiga" en el expediente No.73/1991, permaneciendo unos 2 meses en el referido centro.

- Diciembre/1993, Baracoa. Detenido por efectivos de la policía política bajo cargo de "Peligrosidad Social" y condenado a dos años de cárcel en el expediente 41/1993, por manifestarme abiertamente contra el llamado "proceso revolucionario cubano" y no pertenecer a ninguna organización política y de masas del estado como textualmente lo plasma la copia de sentencia.

- Junio/1996, Ciudad Habana. Detenido por miembros del DSE bajo cargos de "Resistencia" y "Desobediencia" en el expediente 228/1996 y condenado a 6 meses de prisión domiciliaria y a 5 años de destierro interno en mi ciudad de origen en la zona más oriental de la isla.

- Abril/1997, Baracoa. Detenido por oficiales de DSE que asedian mi domicilio en busca de presunta "propaganda enemiga". Acusado bajo cargos de "Desacato" y "Resistencia" en el expediente 22/1997 y condenado a 18 meses de cárcel en la prisión provincial de Guantánamo. Durante el tiempo que permanecí en prisión fui víctima de brutales golpizas poniendo en peligro mi integridad física, así como otros tratos crueles, inhumanos y degradantes al grado de llegar a la tortura.

- Noviembre/1999, Guantánamo. Detenido por directivos del DSE para impedir que viajara a la capital en la víspera de la celebración de la IX Cumbre iberoamericana. Durante el arbitrario arresto fui objeto de maltrato físico que me causo fractura del metacarpio del pulgar derecho, permaneciendo en tales condiciones sin recibir asistencia médica durante los 5 días que permanecí confinado en celdas tapiadas en el centro de operaciones antes mencionado ubicado en el Km. 2 ½ Carretera del Salvador provincia Guantánamo.

- Diciembre/1999, Santiago de Cuba. Detenido en plena vía pública por oficiales del DSE y conducido al cuartel general de la policía política ubicado en la zona Micro-9 Distrito "José Martí" de la oriental ciudad. Después de permanecer más de 10 horas detenido sin información alguna; fui introducido en un auto para montaña (NIVA) e introducido en las espesas zonas montañosas en horas de la madrugada (1:00 a.m.), donde fui víctima de un Simulacro de ejecución. Ilegal práctica de represión sicológica condenada en convenciones internacionales donde Cuba ha ratificado su postura adversa a semejante actos de barbarie contra la dignidad humana. Posteriormente, quedé abandonado al total desamparo en medio de las espesas y obscura selva montañosa a unos 39 Km. de la ciudad santiaguera. Estas prácticas han sido aplicada a varios miembros de la disidencia interna en Cuba por el mencionado cuerpo militar.

- Marzo/2000, Santiago de Cuba. Detenido por oficiales de DSE. Acusado bajo presuntos cargos de "Desacato a la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro" y "Desordenes Público" en el expediente 688/2000 y condenado a 6 años de cárcel en la prisión de "Aguadores" de la referida ciudad. El 20 de octubre fui trasladado a prisión de máxima seguridad en el Combinado de Guantánamo. Prisión provincial donde actualmente me encuentro confinado. El Tribunal Supremo Popular ratificó la sentencia como respuesta a un recurso de aleación interpuesto.

Breve Resumen

Desde 1991 hasta el año 2000, periodo en que se desarrollan mis actividades civilistas pro-democráticas de forma pacífica, podían calcularse más de 90 arrestos o detenciones arbitrarias, como parte de un activo y sofisticado programa de la maquinaria represiva del actual régimen cubano hacia el activismo de derechos humanos o las fuerzas de oposición pacífica que promueven la transición política hacia formas democráticas de convivencia cívica dentro de Cuba.

La Seguridad del Estado (DSE) se ha ensañado con toda una gama de métodos brutales de la extinta escuela estalinista con el objetivo de presionar a sus opositores políticos a abandonar la isla o para neutralizar sus alternativas y preservar el status quo existente por más de cuarenta años ejerciendo el poder y control absoluto de toda la nación.

Varios han sido los métodos, desde el acoso, el hostigamiento, la vigilancia constante, la persecución policíaca directa, la marginación social, la discriminación laboral y académica, la exclusión...etc., hasta los más agresivos como los destierros o confinamientos locales forzados, los secuestros o desapariciones temporales (estas consisten en el arresto y confinamientos subrepticios en centros o locales especiales que pueden durar hasta los 8 ó 10 días, incomunicado sin información alguna a sus familiares, privado de todo derecho legal, donde son aplicadas técnicas sicológicas que pueden desembocar en chantaje), asedio o acoso telefónico que van desde las amenazas anónimas hasta los ataques verbales obscenos y lesivo a la dignidad humana, así como las agresiones físicas o atentados contra opositores en la vía pública por parte de los grupos paramilitares creado por este cuerpo militar (DSE) para aplastar por la violencia cualquier manifestación de descontento popular, conocidas como las Brigadas de Respuesta Rápida (BRR). De esta forma queda encubierta la represión policiaca y se vende una imagen de apoyo popular al régimen cubano –ante la opinión pública nacional e internacional.

Todas estas prácticas son ejecutadas en un total menosprecio y detrimento del orden legal establecido actualmente en Cuba. Pero como anteriormente expliqué, se hacen de forma muy encubierta.

Si ahora escribo a modo de denuncia en este testimonio estas abominables practicas de terror y represión policíaca ejercida contra la oposición pacifica e indefensa al actual régimen cubano por parte de la maquinaria represiva, es porque en mi caso particular he sido un testimonio vivo, un testigo y víctima a la vez de todas estas prácticas que anteriormente he escrito en lo que podía llamarse este testimonio-denuncia.

Las prácticas más salvajes y crueles de represión son ejercida fundamentalmente por los miembros de la policía política en la zona más oriental del país; y en mi caso particular, yo diría con toda honestidad que el ensañamiento de este cuerpo, (DSE), hacia mi persona ha ido mucho más allá de la confrontación política común existente.

Las evidencias que a continuación les narro demuestran nítidamente la política de terror y ensañamiento directo por parte del Departamento de Seguridad del Estado contra mi integridad física y síquica y que pone en tela de juicio para un futuro, la seguridad de mi propia vida.

El Complot:

El actual régimen cubano ha quedado políticamente aislado ante las naciones del mundo libre y civilizado. La democracia ha triunfado; los totalitarismos en todas sus formas han pasado a ser reliquias anacrónicas en el hoy espectro universal.

Organismos internacionales de derechos humanos observan muy de cerca lo que sucede dentro de Cuba. El régimen lo sabe. Hay que cambiar el método y la táctica para preservar su mayor interés: El poder.

Los constantes métodos de agresión y maltratos físicos contra la indefensa población penal cubana por parte de las fuerzas uniformadas deben de ser cambiado para proseguir el control al precio que sea necesario sin empañar públicamente la imagen oficial.

En marzo de 2000, al ingresar en la prisión provisional de "Aguadores" en la provincia de Santiago de Cuba junto a mi compañero de infortunio, el prisionero de conciencia Eddy Alfredo Mena González, conocimos por medio de reclusos comunes de alta peligrosidad social, de orientaciones ofrecida a los mismos por el Mayor Alemán, jefe del Departamento de Seguridad del Estado en prisión del referido centro penitenciario, en el sentido de que fueron informados previamente por el oficial mencionado de nuestra pronta presencia en el centro. A la vez, le dieron autorización para que fuésemos golpeados con palos en caso de alguna manifestación oral antigubernamental por parte nuestra. Al conocer esta situación, hicimos una protesta e informamos al Director del centro sobre el macabro plan de la policía política. Pudo evitarse el incidente en ese entonces.

En agosto, Eddy A. Mena González es trasladado a la prisión de máxima severidad conocida como Puerto de Boniato. Semana después, el prisionero político fue salvajemente golpeado por una turba de reos comunes con altas sanciones por delitos criminales –la agresión se produjo, según fui informado por sus familiares, debido a pancartas con textos antigubernamentales aparecidas en esos días en la penitenciaría.

El 20 de octubre soy trasladado a la Prisión Provincial Combinado de Guantánamo. Pocos días después, un fiscal, representante de la llamada en Cuba "legalidad Socialista" me hizo una corta visita y lo primero que me dijo fue que "...yo estaba en prisión por la lengua que tenía, que yo hablaba demasiado..." y me exhortó a adoptar una conducta correcta, de acuerdo con las normas establecidas de orden. Este fiscal es de apellido Gámez.

Unos meses después el Mayor Pablo Reyes Coba (Destacado esbirro y sádico militar, con un obscuro historial en más de 20 años de servicio y con miles de víctimas golpeadas por sus propias manos e incluso hasta mutilada por su arrogancia, prepotencia y pensamiento criminal, etc.) me envía a celdas de castigos de forma continua, me amenaza con introducirme un preso en mi celda para que me rompiera la boca.

Según él, yo era muy "bocón". Ese "oficial" hubo de arrastrarme durante una huelga de hambre que realicé en protesta por estar confinado junto a reos comunes enfermos de tuberculosis en estado contagioso. Durante los 8 meses que permanecí en la zona del A-500 Sección 5, estuve junto a varios reos contaminados con la mencionada enfermedad. Algunos incluso en fase contagiosamente peligrosa para mi salud.

Jamás fui sometido a control ni tratamiento médico alguno para evitar ser contagiado, a pesar de mi solicitud y demanda. Los custodios que operaban en la zona eran sometido a constante chequeos médico. Todo estaba claro. Se pretendía enfermar mis pulmones con el vacilo de coch. Es una guerra silenciosa de forma semi-encubierta para atentar contra mi salud física y mental. ¿Por qué tanto odio y tanto ensañamiento contra un humilde e indefenso defensor de los derechos humanos de los cubanos cuyo único "delito" ha sido el de ejercer mi derecho a expresarme, a reunirme, a asociarme y a manifestarme por la vía NO-VIOLENTA?

En julio del 2001 fui trasladado hacia el Destacamento 2-A dentro del edificio central penitenciario. Al llegar allí, inmediatamente fui informado por dos reos comunes de alto potencial delictivo, los cuales habían sido reclutados subrepticiamente por un oficial de la Seguridad del Estado conocido como el Teniente Tisel, el cual, según me informaron se reunió en una oficina con varios de ellos, uno por uno, y les dio orientaciones precisas de golpearme en caso de que yo hiciera alguna manifestación oral contra el gobierno cubano o incitara al desorden al resto de la población penal del destacamento. Incluso, según me dieron a conocer, el oficial les recomendó no provocarme partidura alguna durante la agresión que me pudiera causar derramamiento de sangre.

Días después, durante la visita familiar recibida, entregué personalmente a mi esposa, la joven Yunaibis Castillo Betancourt, una denuncia escrita por mi, donde le orienta que hiciera pública la misma a través de medios de prensa independientes radicado en la capital y otras emisoras radiales y radios extranjeros. En la misma hacía público el complot para atentar contra mi integridad física fraguado por miembros de la policía política.

Es muy importante señalar que la Seguridad del Estado cubano monitoréa las 24 horas todas las emisoras radiales que transmiten información sobre Cuba desde territorios estadounidenses. La denuncia hecha por mi fue divulgada por tales medios de información e incluso INTERNET a partir del día 19 de julio de 2001.

Si realmente había interés en proteger mi integridad física y en evitar algún incidente al respecto, la Seguridad del Estado podia haberlo evitado. Sin embargo, hubo silencio absoluto. Nadie me interrogó, nadie cuestionó el asunto. Treinta y dos (32) días después, el día 20 de agosto en horas temprana de la mañana, sobre las 7:30 fui víctima de la agresión y el atentado, anunciado con antelación, por el recluso común Emeregildo Duvergel, condenado a 25 años de prisión por asesinar con armas de fuego a un ciudadano en ciudad de La Habana cuando laboraba como policía en la capital del país.

La agresión me provocó fracturas bilateral de mandíbula (dos fracturas de carácter considerable). La consistencia física del agresor era considerablemente superior, domina perfectamente las técnicas del boxeo cubano y otras de defensa personal. El ataque, además, fue sorpresivo e inesperado en ese instante. Más de 30 reos presenciaron aquel acto. Permanecí unas 6 horas desde que fui lesionado hasta recibir los primero auxilios. Sangraba y había perdido el conocimiento en un intervalo no prolongado de tiempo.

Hasta la fecha, jamás se ha tomado medida disciplinaria de acuerdo como lo establece el reglamento penitenciario cubano ni mucho menos judicial a pesar de haberse establecido formalmente la denuncia ante los órganos policiales competentes.

La "investigación" realizada por un fiscal militar, como resultado de acusaciones hecha por mis familiares ante el organismo contra los autores intelectuales del atentado a que fui objeto (La Seguridad del Estado), ha sido totalmente parcial a favor de la parte militar responsable.

Algo más, el fiscal hasta consintió que se me intentara esposar días después junto al agresor a pesar de las desfavorables condiciones, tanto de salud como de protección y defensa por mi parte ante una posible segunda agresión en tales condiciones.

Algo que olvidaba; aproximadamente hacía unos 2 meses antes de la agresión, fui amenazado por el Capitan Silvestre, actual jefe de Seguridad del Estado en prisiones de la provincia de Guantánamo de que había que romperme la boca porque yo hablaba mucha mierda (según sus propias palabras).

Actualmente me encuentro ingresado en la sala para penado del hospital general docente de la ciudad de Guantánamo, bajo tratamiento médico. Durante todo este tiempo de rehabilitación, he sido objeto de actos hostiles y violentos por tres funcionarios del orden que ni siquiera han tenido en cuenta la delicada situación de salud para cometer atropello contra mi persona. La impunidad y la satisfacción por parte de la dirección local de cárceles y prisiones parece prevalecer según el proceder de los principales directivos.

Un detalle interesante

En enero de 1998, durante la visita del Sumo Pontífice a la isla, su santidad el Papa Juan Pablo II, los presos políticos recluidos en el centro penitenciario donde hoy me encuentro organizaron una huelga de hambre en señal de protesta por los tratos crueles a que son sometidos en cárceles cubanas y demandar la liberación de los mismos de forma incondicional ante las autoridades cubanas. Los más de 45 presos políticos fueron confinados y aislados en obscuras celdas tapiadas en el centro de operaciones del DSE en la zona. Un verdadero centro de terror y torturas de la policía política en Guantánamo.

El actual jefe del centro penitenciario, Teniente Coronel Chediak, que en aquel entonces ocupaba el rango de 2do jefe del sistema penitenciario en la provincia Guantánamo, introdujo a un reo común nombrado Osvaldo Dussú Medina de alto potencial delictivo en la celda donde se me había introducido con ordenes precisas del referido militar para que me golpeara en caso de que yo gritara consignas antigubernamentales. Fue él quien autorizó mi traslado al destacamento 2-A (al cual no me corresponde por reglamento), donde fui agredido.

Se conoce que las actuales autoridades penitenciarias utilizan como método de control la organización y el reclutamiento de reos comunes de alto potencial delictivo para agredir por medio de la violencia física a los prisioneros rebeldes que se niegan a acatar los rigurosos métodos de la línea oficial penitenciaria; fundamentalmente los presos políticos.

Estos métodos tienen como objetivo crear el pánico, el horror, la inseguridad y resquebrajar la moral y los principios, así como humillar y vejar ante el resto del espectro público penitenciario a la disidencia cautiva. Estos grupos paramilitares son organizados aparentemente de forma ilegal por las autoridades penitenciarias.

En 1994 y 1995, el Control Interno Militar, se vio obligado a desmantelar y expulsar una banda de militares que se identificaron con el nombre de CHICOS MALOS en este centro penitenciario, la cual se dedicaba a golpear salvajemente con porras improvisadas de hierro u otros materiales manufacturados por los uniformados, que llegaron a crear el pánico y el terror entre la población penal y donde fueron atropellados cientos de reos indefensos.

En 1997 (octubre), tres prisioneros políticos, entre ellos quien suscribe, fuimos víctimas de una brutal golpiza ordenada por el mando militar, por el simple hecho de gritar consignas antigubernamentales y pro-democráticas. En mi caso particular, más de 8 efectivos militares me pateaban el estomago y producían la expulsión de las heces fecales y la afectación del sistema auditivo izquierdo como resultado de los impactos de golpes recibido en la zona mencionada. Los prisioneros políticos y compañeros de infortunio fueron seriamente lesionados por la cobarde acción (Jorge Luis García Pérez [Antúnez] y Francisco H. Díaz Echemendía).

Las máximas autoridades del actual gobierno cubano han recibido documentación con las informaciones correspondientes a tales hechos de mano directa de mis familiares, así como otros organismos e instituciones legales oficiales y hasta la fecha no se ha recibido respuesta oficial alguna. La impunidad y el silencio han prevalecido a todo nivel.

Por todo esto viene a mi mente las siguientes preguntas: ¿Hasta que punto el gobierno cubano se hace cómplice o ampara semejante proceder? ¿Por qué no se hace una investigación real, imparcial y desprejuiciada teniendo todos los recursos disponible para esclarecer, ante semejante actitud, la verdad e impartir la justicia que demanda el asunto?

A continuación, algunos nombres de prisioneros políticos cubanos que han sido víctimas de agresiones físicas por estos grupos paramilitares ilegales apañado y amparado de forma subrepticia por oficiales en la prisión Combinado de Guantánamo:

- Jorge Álvarez Sánchez
- Juan Carlos Herrera Acosta
- Hidalberto González Márquez
- Randy Cabrera Mayor
- Eddy Alfredo Mena González (Prisión Boniato, Santiago de Cuba)
- Francisco H. Díaz Echemendía ( Prisión Boniato, Santiago de Cuba)
- Otros

Nuevamente, impunidad en curso

El martes 25 de septiembre, en horas de la tarde mi padre, el Señor Ramón Rodríguez Lobaina sostuvo un despacho con el jefe del Órgano Provincial de Prisiones, Coronel Reynaldo. Este señor, lleno de cinismo y faltando a la verdad como siempre han hecho, pretendió enmascarar el abominable hecho, tratando de proteger al delincuente de toda responsabilidad penal, distorsionando crudamente los hechos y exonerando de culpa y preparando el curso anticipado ante la futura decisión del veredicto en la vista del juicio oral pendiente ante la acusación presentada por mis familiares ante las autoridades competentes.

De esta forma pretenden encubrir su participación intelectual y a la vez preparar las condiciones y dejar libre el camino para futuras circunstancias criminal.

Según mi padre, el debate se desarrolló con espíritu de satisfacción y triunfalismo por parte del mencionado coronel que ostenta la máxima responsabilidad y dirección del sistema penitenciario en la provincia, por lo que a juicio de mis familiares y el mío en particular, las afirmaciones y parcialidad total, así como la postura de este oficial jefe es considerado de peligrosa en grado extremo y merece la mayor atención, preocupación y acción urgente por parte de organismos internacionales y humanitarios en materia de derechos humanos que mantienen una observancia para el caso cubano.

Serían interminables las listas de horrores vivida por el pueblo cubano y fundamentalmente dentro de las cárceles cubanas cometida por los cuerpos represivos y la oficialidad militar al servicio del fundamentalismo castrista dentro de Cuba. Se haría mas extenso el testimonio que le escribo y no es el objetivo central. Sólo deseo demostrar que con esta síntesis de evidencias dejo bien clara la fundamentación de que he sido víctima de un ATENTADO POLÍTICO premeditado y gestado de forma encubierta e ilegal por parte del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) o policía política, a quien hago responsable de todo lo hasta aquí expuesto.

Dejo constancia de que no albergo el menor temor por la suerte que pueda correr mi vida y mi seguridad teniendo en cuenta que el único móvil que me ha costado varios años de cárcel, golpiza, desapariciones temporales, destierro interno, entre otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como la violación de mis más elementales derechos ha sido la defensa incondicional de las normas elementales de convivencia democrática y la promoción de un verdadero estado de derecho que inserte a mi país en el concierto de las naciones del mundo libre y civilizado del orbe. Pero me veo en la necesidad y en el deber de denunciar tales actos criminales y la política de terror y represión encubierta, así como el ensañamiento y el odio venal y las hostilidades a que continúo siendo víctima a pesar de encontrarme sufriendo el aislamiento injusto y la separación forzada de mis seres queridos. SOY INOCENTE.

Hago responsable al gobierno cubano y de manera directa al Departamento de Seguridad del Estado y a la dirección provincial de cárceles y prisiones por la suerte que corra mi vida en lo adelante.

Recomendaciones:

Autorizo la publicación del presente documento por cualquier medio de expresión oral y escrito incluyendo la prensa alternativa (INTERNET). Además, está directamente dirigido a:

- Comisión de Derechos Humanos Parlamento Europeo
- Comisión Interamericana de Derechos Humanos
- Amnistía Internacional
- Cuerpos Diplomáticos acreditados en Cuba
o Embajada de Canadá
o Embajada de España
o Embajada de Bélgica
o Sección de Intereses de Estados Unidos

Néstor Rodríguez Lobaina
2 octubre. 2001. sala de Penado, Hospital Gen. Doc. "Agustino Neto"
Provincia Guantánamo, Cuba
Presidio Político Cubano

Dado por Yunaibis Castillo Betancourt, desde Guantánamo, el 3 de octubre de 2001. Recibido por Pablo Rodríguez Carvajal.

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