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A continuación, el texto de una declaración que está
circulando dentro de Cuba y que fija la esencia, el rumbo y las metas de la
oposición cubana.
En reiteradas ocasiones y por diferentes medios, autoridades del gobierno de
Cuba han planteado la tesis de que los activistas pro derechos humanos que
realizan su labor agrupados en las más disímiles organizaciones
independientes, constituimos un minúsculo fragmento de resentidos al
servicio de los intereses de los Estados Unidos, y que nuestras ideas y
proyectos sólo sirven para difamar a la patria, renegar de su pueblo y
fomentar su división. Ultimamente incluso se nos acusa de ser los
responsables de las preocupantes indisciplinas sociales que se producen en Cuba
y de un conjunto de ilegalidades que van desde los llamados delitos económicos
hasta los más horrendos asesinatos.
Desde el instante mismo de su fundación, hace ya unos cuantos
lustros, el Movimiento Cubano Pro Derechos Humanos manifestó con absoluta
transparencia y objetividad su vocación pacifista y democrática,
que ha sabido mantener sin estridencias aún en los momentos más críticos.
La esencia de nuestras metas se inserta en la matriz histórica nacional y
universal. Nuestro compromiso con la democracia, planteado y replanteado en
innumerables declaraciones públicas, está inspirado en las mejores
tradiciones que dieron forma y contenido a la nacionalidad cubana. Nuestros
principios y valores son definitivamente auténtica expresión de
cubanía. Nuestras preocupaciones se sustentan en un análisis
serio, profundo, maduro e imparcial de la realidad cubana. No pretendemos con
ello imponerle a nadie nuestras ideas, como tampoco queremos que nadie nos
imponga las suyas y somos conscientes de que nuestro objetivo final no
constituye una trampa ni un peligro para Cuba.
Cuando hablamos de democracia, de libertad de expresión, de derechos
económicos, políticos y sociales, no lo hacemos en abstracto y
como eco de determinados intereses foráneos, ni estamos preparando el
escenario para futuras vendettas políticas o económicas. La clave
de nuestro proyecto se define en dos palabras: responsabilidad y compromiso. Jamás
propondremos nada que ponga en peligro la dignidad nacional. Jamás
insinuaremos nada que menoscabe la independencia y la soberanía de
nuestra querida patria. Jamás expresaremos ninguna idea que sirva para
humillar al pueblo cubano.
El hecho de trabajar en la ilegalidad y estar sometidos a un inexplicable y
obstinado hostigamiento y a una sistemática campaña de difamación,
dificulta el libre intercambio de nuestras ideas y crea una atmósfera de
dudas y confusiones alrededor de nuestras intenciones. Si las autoridades
cubanas brindaran mayor atención a nuestras propuestas y se nos
permitiera dirigirnos a nuestros compatriotas en un clima de recíproca
confianza y respeto, estamos seguros que todos esos aires de intolerancia,
prejuicios e incredulidad se disiparían, porque hablaríamos de
problemas comunes y de soluciones comunes.
Nosotros también pensamos en el ser humano, en el cubano completo,
integral e indivisible. En sus preocupaciones, sus sueños, sus angustias
y sus frustraciones. Nuestras credenciales tienen el sello indiscutible de la
cubanía y una auténtica dimensión humana transcendental.
Dada en la ciudad de La Habana, a 1ro de octubre de 1998
Esta declaración está abierta a las firmas de los diferentes
movimientos, asociaciones, partidos políticos, organizaciones sindicales
y profesionales independientes, que conforman el amplio espectro organizativo de
la oposición dentro de Cuba.
Desde La Habana, para Lux Info Press, Vicente Escobal |