Texto leído el domingo 9 de junio 2002 en la catedral de Pinar
del Río durante la misa
Fieles a las exhortaciones del Santo Padre, en su mensaje en el primer
aniversario de su visita a Cuba, en el que nos anima a "estimular las
iniciativas que puedan configurar una nueva sociedad" (p. 4); teniendo en
cuenta el mensaje "Un cielo nuevo y una tierra nueva" de los Obispos
Católicos de Cuba con Motivo del Jubileo del año 2000 en el que
hacen suya esta recomendación del Papa (p. 57 y 58); y al mismo tiempo en
sintonía con las líneas de acción propuestas por la VIII
Semana Social Católica de Cuba, especialmente la No. 7 que "apoya el
derecho constitucional de los cubanos a que se les consulte sobre los cambios
en las leyes que propone el Proyecto Varela u otros proyectos positivos que
puedan surgir", consideramos que el Proyecto Varela es una iniciativa cívica
que debe conocerse.
Este proyecto no quebranta el orden constitucional de la nación
porque se basa en el derecho ciudadano a tener iniciativa legislativa,
reconocido en la Carta Magna en el Artículo 88 inciso g.: "La
iniciativa de leyes compete: (...) a los ciudadanos. En este caso será
requisito indispensable que ejerciten la iniciativa diez mil ciudadanos, por lo
menos que tengan la condición de electores." Los promotores del
Proyecto Varela, han entregado 11020 firmas a la Asamblea Nacional del Poder
Popular.
De esta manera se proponen cambios en el ordenamiento jurídico, no de
forma confrontativa, sino a partir de la ley vigente, utilizando las vías
que la misma ley establece. Esta iniciativa legislativa es de naturaleza cívica,
no partidista, porque en ella no se proponen programas de gobierno, sino cambios
legales para favorecer la participación de todos los cubanos.
Consideramos que es una responsabilidad ciudadana conocer y participar, según
la propia conciencia, en los proyectos cívicos y políticos que se
proponen para la nación, así como generar nuevas propuestas. De
este modo será el protagonismo responsable de los propios cubanos quien
decidirá el presente y el futuro de Cuba.
Al mismo tiempo es propio de la misión de los laicos católicos
la presencia y compromiso en la sociedad, animándola con los criterios
del Evangelio, y contribuyendo a que sea cada vez más participativa y
democrática.
Consejo Diocesano de Laicos de Pinar del Río, 8 de junio de 2002 |