DOCUMENTOS
Mayo, 2004

Proponen nuevas modalidades para liberar al pueblo cubano

Servicio noticioso desde Washington, 6 de mayo de 2004. Departamento de Estado de E.U.

(Comisión de Ayuda a una Cuba Libre entrega recomendaciones)

La Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, a la que el presidente George Bush encomendó proponer nuevas modalidades de la ayuda estadounidense a la liberación del pueblo cubano, entregó sus recomendaciones el 6 de mayo.

A continuación la traducción oficial del Resumen Breve del informe, difundida por la Comisión, con las recomendaciones planteadas:

RESUMEN BREVE

CAPITULO 1: ACELERACION DE LA TRANSICION DE CUBA

Como parte esencial del compromiso estadounidense de apoyar al pueblo cubano contra de la tiranía del régimen de Fidel Castro, el presidente George W. Bush encargó a la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre buscara modalidades nuevas mediante las cuales los Estados Unidos pudieran ayudar al pueblo cubano a poner fin rápidamente a la dictadura castrista.

En el pasado los Estados Unidos ha tendido a iniciar políticas hacia Cuba que se aplicaban independientemente las unas de las otras. Por ejemplo, las sanciones económicas inicialmente se impusieron sin que se prestara al mismo tiempo apoyo, o se prestara muy poco, a la sociedad civil cubana, y no se ligaron a iniciativas para desmantelar el bloqueo de la información impuesto por el régimen, o para hacer partícipe activa a la comunidad internacional. Asimismo, las bien intencionadas políticas humanitarias se autorizaron sin considerar debidamente cómo afectarían el objetivo fundamental de la política de ayudar al pueblo cubano, que es el de recuperar la libertad y el derecho a decidir su forma de vida y su futuro.

La Comisión exploró un enfoque más dinámico, integrado y disciplinado para socavar las tácticas de supervivencia del régimen castrista y fomentar situaciones que ayuden al pueblo cubano a acelerar el fin de la dictadura. Las recomendaciones se concentran en las acciones que están a disposición del Gobierno de los EE.UU. que nos permitan establecer una base sólida que de pie a los esfuerzos internacionales de apoyo. Este marco integral se compone de seis tareas conexas que se consideran básicas para impulsar el cambio:

Potenciar a la sociedad civil cubana: La dictadura castrista ha sido capaz de mantener su control represivo sobre el pueblo cubano mediante la intimidación social e impidiendo que surjan alternativas convincente a sus políticas desacertadas. Como resultado de la estrategia de Castro durante 45 años, de coaccionar o aniquilar toda acción independiente, la sociedad civil cubana está dividida y debilitada, porque su desarrollo se ha visto frustrado por una represión continua y generalizada. Mediante el control absoluto de la economía cubana y la manipulación de la política migratoria estadounidense, el régimen castrista ha hecho casi imposible la actuación de los activistas de derechos humanos y los reformadores, y forzado a muchos al exilio.

Ahora, la marea de la opinión pública ha cambiado y los adeptos de Castro tienen que esforzarse continuamente para impedir que el pueblo cubano se organice y exprese sus demandas de cambio y libertad. Los cubanos se están desprendiendo cada vez más de sus temores y expresando su deseo de dirigir su propio destino. Al continuar aislando al régimen castrista al mismo tiempo que se da apoyo a la oposición democrática y se potencia a la emergente sociedad civil, los Estados Unidos pueden ayudar al pueblo cubano en su intento de lograr un cambio positivo social y político en su país. La sociedad civil cubana no carece de ánimo, voluntad o resolución, sino que se ve obstaculizada por falta de materiales y del apoyo necesario para lograr esos cambios.

Ruptura del bloqueo de la información impuesto por la dictadura cubana: El régimen castrista controla todas los medios formales de difusión y comunicación en la isla. El Partido Comunista Cubano ejerce un estricto control editorial sobre los periódicos, la televisión y la radio, mediante el extenso mecanismo represivo del régimen que impide que el pueblo cubano obtenga información correcta sobre cuestiones tales como el estado de la economía cubana y las sistemáticas violaciones del régimen de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Debido su temor al flujo no controlado de información hacia el pueblo cubano, el régimen ha establecido estructuras administrativas y de tecnología e inteligencia para obstaculizar la capacidad de los grupos pro democráticos y la sociedad civil en general, dentro y fuera de la isla, para comunicar sus mensajes de forma eficaz al pueblo cubano. En consonancia con los esfuerzos por fortalecer la sociedad civil en Cuba y continuar el excelente trabajo que ha sido iniciado por las entidades de radiodifusión del Gobierno de los EE.UU., existen medios para elevar la información fiable sobre acontecimientos en Cuba y en todo el mundo que llega al pueblo cubano, y para ayudar en los intentos de presentar una alternativa democrática a las políticas erradas del Gobierno de Castro.

Negar recursos a la dictadura cubana: Las políticas del régimen castrista han debilitado la economía cubana y empobrecido al pueblo. En vez de tratar de subsanar la escasez que sufren los cubanos, el régimen, con todo cinismo, hace caso omiso de sus obligaciones y trata de explotar el interés externo en la isla y en proporcionar ayuda humanitaria al pueblo cubano, para aferrarse a su control del poder. El régimen castrista se mantiene a flote gracias al turismo, el acceso al petróleo venezolano subvencionado, los productos básicos, y el ingreso y otros medios de sustento generados por quienes tienen familia en la isla, y la gran mayoría de dicho sustento procede de los Estados Unidos. En la última década el régimen ha construido un mecanismo cuyo objeto es explotar los aspectos humanitarios de la política estadounidense, y de hecho poder extraer cientos de millones de dólares para sí. Las remesas y paquetes de regalos que llegan del exterior y el ingreso generado por los viajes de personas en el exilio que tienen familiares en la isla (especialmente los cubanos que llegaron a los Estados Unidos desde principios de la década de 1990) son medios con los que el régimen logra que otros se encarguen del sustento de una considerable parte de la población cubana. Los dólares que el régimen obtiene por este medio le permiten desviar recursos para mantener y fortalecer su aparato represivo, en vez de dedicarlos a satisfacer las necesidades básicas de la población. Los dólares y bienes donados, aunque los ciudadanos estadounidenses los ofrecen con buenas intenciones, de hecho contribuyen a que el régimen siga adelante. Las iniciativas de los EE.UU. deben mantener cauces de comunicación entre los ciudadanos estadounidenses y el pueblo cubano, y que permitan a quienes tienen familiares en la isla a ayudarles de forma razonable, al tiempo que se reduzca al mínimo que el régimen cubano manipule y explote las privaciones que sufre la gente.

Poner de relieve la realidad de la Cuba castrista: La supervivencia del régimen en la actualidad depende en parte de la imagen benévola que proyecta a nivel internacional. Se presenta de cara al mundo como un lugar de destino turístico por excelencia, un centro de innovación en biotecnología, y un estado socialista con buenos resultados que ha logrado mejorar el nivel de vida de su gente y que es un modelo en educación, servicios médicos y relaciones raciales para el resto del mundo. Esta imagen oculta la situación política, económica y social real de Cuba, el hecho de que su estado auspicia el terrorismo, y la conducta cada vez más irregular de sus dirigentes.

Alentar los esfuerzos diplomáticos internacionales para apoyar a la sociedad civil cubana y retar al régimen castrista: Existe un creciente consenso internacional sobre la naturaleza del régimen de Castro y la necesidad de un cambio básico político y económico en la isla. Este consenso se formó en gran parte después de la brutal represión del régimen, entre marzo y abril del 2003, de los promotores pacíficos de la democracia, lo que se caracterizó certeramente como la represión más extrema de activistas políticos pacíficos en la historia de Cuba, y ciertamente el acto más significativo de represión política en más de una década en toda América latina. El régimen reaccionó, enfurecido y temeroso por el valiente empeño de dichos activistas en continuar estableciendo lazos con el pueblo cubano y la comunidad internacional. Los ataques políticos castristas contra la Unión Europea y otras naciones también revelaron el persistente desasosiego del régimen en vista de la exigencia pacífica de los cubanos de ejercer sus derechos fundamentales. Muchos de los que en su momento apoyaron a Castro han comenzado a pronunciarse públicamente en contra de los abusos del régimen; y si bien este consenso internacional tiene sus límites, el alentar los esfuerzos diplomáticos multilaterales de cuestionar el régimen cubano ante los organismos internacionales, y fortalecer aquellas medidas que apoyan activamente a los grupos pro-democracia en Cuba, debe formar una parte esencial de nuestra política para precipitar el fin del régimen castrista. La Organización Internacional del Trabajo y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y otras organizaciones internacionales, son los foros idóneos para poner de relieve la situación en que los cubanos viven y luchan por sobrevivir.

Socavar los "planes de sucesión" del régimen: La dictadura de Castro está haciendo todo lo posible por sobrevivir y perpetuarse, mediante un "plan de sucesión" en el que el mando pasaría de Fidel a Raúl Castro, y después a otros, con el fin de que perdure indefinidamente la élite comunista no democrática y no elegida que detenta actualmente el poder. Los Estados Unidos se oponen a la continuación de la dictadura comunista en Cuba, y esta Comisión recomienda la toma de medidas para ejercer presión y centrar la atención en la élite gobernante, para que la sucesión de la misma o de cualquiera de sus miembros se vea por lo que es: un obstáculo a la libertad y democracia cubana.

ALGUNAS DE LAS RECOMENDACIONES:

* Proporcionar $29 millones adicionales al Departamento de Estado, USAID y otros organismos pertinentes del Gobierno de los EE.UU. (para aumentar el presupuesto actual de $7 millones del programa de Cuba), con vistas a:

* Colaborar con terceros países para apoyar la creación de un fondo internacional para la protección y el desarrollo de la sociedad civil en Cuba, que se utilice para atraer, capacitar y proporcionar recursos a personal voluntario de diferentes nacionalidades que viaje a Cuba a ofrecer ayuda a bibliotecas independientes, organizaciones profesionales, organizaciones de beneficencia, periodistas, educadores, enfermeras y médicos que no trabajen para el régimen; y

* Financiar programas que proporcionen oportunidades educativas a familiares de miembros de la oposición política; y, en colaboración con la Organización de los Estados Americanos (OEA), establecer un programa de becas universitarias para que los hijos de los disidentes cubanos puedan estudiar en universidades latinoamericanas; y

* Financiar programas para apoyar los esfuerzos pro democracia de los jóvenes, las mujeres y los cubanos de origen africano, con objeto de capacitar, potenciar y agrupar a estos segmentos aislados y marginados de la sociedad cubana, para que sean más activos en apoyo de la democracia y los derechos humanos en Cuba.

* Ordenar el despliegue inmediato de la plataforma aérea "C130 Comando Solo" y asignar fondos adicionales para comprar y reacondicionar una plataforma aérea dedicada a la transmisión hacia Cuba de Radio-TV Martí, de una forma compatible con las obligaciones estadounidenses de telecomunicación internacional;

* Apoyar las labores de las ONG en determinados terceros países para poner de relieve los abusos de los derechos humanos en Cuba, como parte de un amplio esfuerzo para disuadir las visitas turísticas a Cuba y reforzar la atención internacional sobre la situación que sufre el pueblo cubano, incluyendo los presos políticos y la sociedad civil;

* Eliminar los abusos de los viajes educativos, restringiéndolos solamente a instituciones de licenciatura y postgrado que concedan títulos, y a programas de estudio de semestres académicos completos, y de menor duración únicamente cuando el programa apoye directamente los objetivos de la política estadounidense;

* Ordenar que las autoridades estadounidenses de ejecución de la ley realicen operaciones encubiertas en contra de redes de "mulas" y otras que transporten dinero ilegalmente, y ofrecer recompensas a quienes delaten los envíos ilegales de remesas, cuando la delación dé lugar a la implementación de la ley;

* Reducir la manipulación por el régimen castrista de las visitas de familiares para obtener divisas, y tratar de preservar al mismo tiempo los esfuerzos por promover los lazos familiares legítimos y la ayuda humanitaria al pueblo cubano de las siguientes formas:

* Limitando las visitas familiares a Cuba a un (1) viaje cada tres años requiriéndose una licencia específica para ello. Las personas podrían solicitar una licencia específica a los tres años de su última visita. Aquellos recién llegados de Cuba tendrían derecho a solicitar una licencia específica a los tres años de su salida de Cuba.

* Limitar la definición de "familia" para efectos de visitas a los familiares más cercanos (abuelos, nietos, padres, hermanos, esposos e hijos); y

* Reducir la cantidad de viáticos autorizada actualmente (la cantidad permitida para gastos de comida y alojamiento para viajes a Cuba), de $164 por día a $50 por día (que es aproximadamente ocho veces lo que un ciudadano cubano ganaría durante una visita de 14 días), para todas las visitas a familiares en Cuba, porque se supone que los viajeros se alojarán con sus familiares en Cuba.

* El proceso para la aplicación del Título III de La Ley de Libertad y Solidaridad Democrática Cubana (Cuban Liberty and Democratic Solidarity) debe garantizar que el Presidente tenga a su disposición todas las opciones normativas, y que se presente al Presidente un análisis riguroso, detallado y completo de las políticas y acciones respecto a Cuba, país por país, para que se pueda utilizar al evaluar si la suspensión es necesaria para proteger los intereses nacionales de los EE.UU., y si acelerará la transición de Cuba hacia la democracia;

* Para desalentar la inversión extranjera en Cuba en propiedades confiscadas, que son reclamadas por ciudadanos estadounidenses como dueños, hay que aplicar firmemente las sanciones de visa del Título IV en contra de los extranjeros que trafican en dichas propiedades (es decir, las usan o se benefician de las mismas), e incluso dedicar recursos adicionales y personal para aplicar y hacer cumplir dicha ley;

* Neutralizar las empresas ficticias del Gobierno Cubano, mediante el establecimiento de un Grupo de Evaluación de Bienes Cubanos (Cuban Asset Targeting Group), en el que participe el personal de las agencias pertinentes para investigar las formas en que las divisas entran y salen de Cuba;

* Proporcionar $5 millones de dólares adicionales para las iniciativas de diplomacia pública de las Embajadas de los Estados Unidos, con objeto de:

* Diseminar información en el extranjero sobre la política exterior estadounidense, especialmente en lo referente a los derechos humanos y otros acontecimientos en Cuba, incluidos el historial de Castro de dar acogida a terroristas, realizar espionaje en contra de los Estados Unidos y otros países, fomentar el derrocamiento de los gobiernos elegidos democráticamente en Latinoamérica, y la creencia del Gobierno de los EE.UU. de que Cuba cuenta por lo menos con un cierto nivel de investigación de armas biológicas ofensivas; y

* Financiar y promover conferencias internacionales o nacionales (en terceros países) para diseminar información en el exterior sobre las políticas estadounidenses respecto al esfuerzo de planificación para apoyar la transición en Cuba.

* Aumentar los esfuerzos directos con gobiernos de terceros países dispuestos a aplicar una política firme y dinámica para (1) apoyar a la sociedad civil cubana, incluida la oposición, y (2) desarrollar marcos normativos para ayudar a Cuba después de la dictadura;

* Colaborar con las ONG y otros grupos interesados para asegurar de que un representante laboral cubano independiente, o un representante sindical en el exilio, pueda hacer uso de la palabra en las conferencias de la Organización Mundial del Trabajo;

* Alentar los esfuerzos de las ONG por poner de relieve la situación de explotación laboral en Cuba, y ayudar a los trabajadores cubanos a obtener desagravios por dicho abuso;

* Financiar proyectos de las ONG para ayudar a los ciudadanos cubanos a obtener acceso efectivo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y proporcionar capacitación en Cuba, mediante las ONG pertinentes, a los activistas cubanos de derechos humanos para que aprendan a recabar y preparar información que les permita presentar demandas ante dicha Comisión;

* Negar visas a los funcionarios del régimen si (1) participan o han participado en torturas u otros abusos serios de los derechos humanos, o (2) ayudaron a prófugos de la justicia de los EE.UU.; y

* Nombrar a un Coordinador de la Transición en el Departamento de Estado que facilite una mas amplia aplicación de proyectos pro-democráticos, de diplomacia pública y de desarrollo de la sociedad civil en Cuba, y que continue con la planeación para responder a situaciones imprevistas en la ayuda futura durante la transición.

CAPITULO 2: SATISFACER LAS NECESIDADES BASICAS DE SALUD, EDUCACION, VIVIENDA Y SERVICIOS HUMANOS

La transición de Cuba del régimen de Castro a una sociedad democrática y de economía libre, será difícil. La tarea de satisfacer las necesidades básicas de la población implica deshacerse de las manifestaciones del comunismo castrista, introducir valores y prácticas democráticas y de libre empresa, y crear instituciones y servicios que mejoren la salud, la nutrición, la educación, la vivienda y los servicios sociales a disposición del pueblo cubano.

El objetivo fundamental de la asistencia a una Cuba libre debe ser el potenciar al pueblo cubano mediante la mejora de su bienestar económico y social, y garantizar el mantenimiento de los debidos servicios de salud y sociales, así como la reconstrucción de la cultura cívica democrática mediante la educación y el desarrollo institucional, y hacer frente al costo humano de un estado policíaco totalitario, brindándole el apoyo al pueblo cubano en su esfuerzo por superar estos obstáculos y lograr su transformación.

La comunidad internacional, y especialmente las organizaciones del hemisferio occidental, pueden desempeñar una función de gran importancia la transición cubana. El Gobierno de los EE.UU. puede colaborar en esto, a través de la Organización de los Estados Americanos y los organismos regionales, así como con las Naciones Unidas y sus respectivos organismos, y otras entidades y países específicos.

El mejorar la situación de la población cubana requerirá que hacer reformas drásticas que garanticen el retorno de los valores democráticos y la cultura cívica, así como que las instituciones democráticas (incluidas las organizaciones privadas y religiosas) puedan prosperar, y que los agentes de apoyo al cambio, como las escuelas, las clínicas y los centros de la comunidad puedan responder a las necesidades reales y rendir cuentas a los ciudadanos.

Parte del esfuerzo para satisfacer las necesidades humanas básicas requerirá ayuda inmediata a corto plazo, para garantizar los servicios esenciales de salud, nutrición y de orden social; que las escuelas permanezcan abiertas con nuevos materiales de enseñanza y personal; que cualquier emergencia en las necesidades de vivienda sea atendida; que comiencen a realizarse evaluaciones integrales de necesidades y a recabar datos; y que la ayuda alimentaria y médica se distribuya según la necesidad.

A medida que el nuevo gobierno cubano inicie el proceso de establecer el estado de derecho, proteger los derechos humanos y crear un nuevo clima de oportunidad, se verá la necesidad de establecer una variedad de programas y servicios que los sectores estadounidenses públicos y privados podrían proporcionar al pueblo cubano a mediano y largo plazo. Se espera que dicha ayuda proceda no sólo de los organismos gubernamentales y contratistas estadounidenses, sino también de fundaciones filantrópicas, organizaciones especializadas sin fines de lucro, y empresas que inviertan en el futuro de Cuba. Las organizaciones cubano-americanas y otras organizaciones y ciudadanos estadounidenses también participarían en dicho esfuerzo.

Las cuestiones a tratar a corto y largo plazo requerirán la labor de muchos actores de forma coordinada. El pueblo cubano tiene una buena educación básica y, a pesar de la represión del régimen castrista, ha demostrado tener gran firmeza de ánimo, sagacidad y una actitud emprendedora. Necesitarán los recursos (incluidos préstamos a corto y largo plazo), asistencia técnica, y apoyo en general para que puedan mejorar el nivel de salud, lograr el cambio a una economía de mercado, y mantener y mejorar su infraestructura y servicios básicos.

ALGUNAS DE LAS RECOMENDACIONES:

* El Gobierno de los EE.UU., si lo solicitase el gobierno de transición, debería estar dispuesto a hacer lo siguiente:

* Realizar un estudio concreto de las necesidades del país para proporcionar datos objetivos y observaciones sobre el estado de la atención sanitaria, la nutrición, la educación, la vivienda y los servicios sociales.

* Inmunizar inmediatamente a todos los niños menores de cinco años que estén aún por vacunarse contra las principales enfermedades infantiles en el sistema actual de sanidad;

* Distribuir la ayuda alimentaria según se necesite y sea posible, y considerar un programa de monetización para los comerciantes, para mantener el precio de los alimentos a niveles razonables;

* Colaborar con las iglesias cubanas y sus instituciones eclesiásticas externa, para usar las redes y estructuras religiosas en las actividades de alivio humanitario;

* Prepararse para mantener abiertas todas las escuelas durante la fase de emergencia de la transición, de manera que los niños y adolescentes no estén en la calle sino aprendiendo durante este período de inestabilidad;

* Instituir proyectos de obras públicas a gran escala utilizando la mano de obra del país, para proporcionar empleo inmediato y apoyar las labores de ayuda; y;

* Proporcionar apoyo a los pequeños agricultores cubanos, para complementar la ayuda alimentaria y alentar su autosuficiencia. Usar el programa de ayuda humanitaria para alentar la transición a la democracia haciendo partícipes en el esfuerzo a las iglesias cubanas, las bibliotecas públicas, los centros cívicos, los medios de divulgación y las empresas pequeñas.

CAPITULO 3: ESTABLECIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES DEMOCRATICAS, EL RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS, EL ESTADO DE DERECHO Y LA JUSTICIAL Y LA RECONCILIACION NACIONAL

Los Estados Unidos están comprometidos a ayudar al gobierno postcastrista de transición a promover y consolidar los procesos e instituciones de democracia representativa que respeten los derechos humanos y las libertades personales de todos los ciudadanos cubanos.

Sólo cuando se abandonen las instituciones y las prácticas del régimen autoritario castrista, se destruyan sus instrumentos de represión y se inicie un proceso democrático popular, podrán los cubanos comenzar a autogobernarse mediante el ejercicio de su libre albedrío. Dicha liberación de la brutal dictadura comunista de Fidel Castro inspirará un nuevo orden político basado en la reconciliación nacional, el estado de derecho, la capacidad personal de elección, y la igualdad ante la justicia y las oportunidades para todos.

Los dirigentes del gobierno de transición probablemente actuarán urgentemente para abordar una serie de prioridades inmediatas. Se liberará a los presos políticos porque han sido encarcelados injustamente por ejercer sus libertades fundamentales. El gran segmento de la población que ha sido subyugado y silenciado por el gobierno, mediante la intimidación y la violencia, dejará de temer. Se abandonarán las diversas formas de violencia que han caracterizado al régimen castrista en Cuba y en el exterior. El pueblo cubano tendrá una vez más razón para enorgullecerse por tener la responsabilidad colectiva de restaurar al país a un papel constructivo, respetado y pacífico en la comunidad internacional.

Entre las demás prioridades importantes a que se enfrentará un gobierno de transición se encuentran las siguientes: la profesionalización de las fuerza militar y los servicios civiles de seguridad y policía; la decisión de si acabar o no con el servicio militar obligatorio; eliminar las disposiciones constitucionales que sean contrarias a la democracia; enmendar los códigos penales y pautas para la imposición de sentencias condenatorias; decidir qué leyes y reglamentos deben rescindirse; retirar del sistema judicial a los jueces corruptos o de nombramiento político; iniciar un debate nacional sobre las disposiciones de una nueva constitución y los procedimientos para su redacción y ratificación; abrir por primera vez las prisiones a la inspección externa; garantizar los derechos humanos y la libertad de expresión; y poner fin a todo tipo de discriminación.

Entre las mayores dificultades a que un gobierno en transición se enfrentará inmediatamente estará el sopesar la demanda popular de procesar a los ex funcionarios del régimen castrista, con la necesidad de establecer un gobierno basado firmemente en el estado de derecho y el imperio de la ley. En última instancia las posibilidades de lograr una transición rápida y pacífica hacia la democracia dependerán de esta variable clave más que de cualquier otra.

Entre las prioridades a medio y largo plazo se encontrarán el desarrollo de todas las instituciones, procesos, relaciones y valores que sustentarán el gobierno democrático. El Gobierno de los EE.UU. debe estar preparado para trabajar con el pueblo cubano y sus representantes electos para que, en caso de que se solicite su ayuda, pueda contribuir a la redacción de leyes y reglamentos, la preparación de una nueva constitución y el establecimiento de un sistema de frenos y equilibrios, y toda la variedad de instituciones democráticas nacionales y locales (en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial) que respondan a la voluntad pública.

La ayuda estadounidense pública y privada también puede servir de apoyo en la tarea esencial a largo plazo de promover una cultura de derecho en la que los ciudadanos confíen en su nuevo sistema, acepten sus principios legales y constitucionales, entiendan sus obligaciones bajo el mismo, y participen en la sociedad civil incipiente. La asistencia internacional podría ser beneficiosa en la creación de instituciones policiales profesionales y apolíticas.

A medida que avance la transición (con la ayuda y el estímulo de los Estados Unidos) a un sistema democrático de varios partidos políticos, los cubanos podrán por primera vez en décadas disfrutar de las libertades vigentes en el resto del hemisferio occidental. Las experiencias de algunos de sus vecinos (y ex países comunistas) que han pasado de la dictadura a la democracia podrá influir en las decisiones que tomen los cubanos al construir su propia sociedad libre. El sistema interamericano acogerá con agrado como pleno participante en el mismo a una nación cubana libre y democrática.

La ayuda y el aliento que se reciban de las democracias en la región y fuera de la misma podrán ser claves para contribuir a garantizar una transición rápida y pacífica a la democracia constitucional. Suponiendo que el gobierno cubano libre lo acepte, el Gobierno de los Estados Unidos también estaría dispuesto a ayudar a los cubanos en la formación de diversas instituciones representativas, como partidos políticos, grupos de interés, sindicatos y otras instituciones políticas libres, y asociaciones cívicas, profesionales y comerciales. La legislatura nacional, los gobiernos regionales y locales que el pueblo cubano desee, los tribunales y demás infraestructura legal y judicial, y los nuevos organismos del poder ejecutivo que responderán ante el pueblo, podrán recibir apoyo de los Estados Unidos si así lo desean; y la eliminación y prevención de la corrupción gubernamental será una continua prioridad.

Una transición pacífica a la democracia exigirá la presencia de instituciones cubanas de seguridad profesionales y eficaces que estén totalmente comprometidas a apoyar la transición democrática. Como prioridad inmediata, y suponiendo que el nuevo gobierno cubano lo desee, los Estados Unidos estarán dispuestos a ayudar a una Cuba libre a establecer una fuerza policial civil realmente profesional.

ALGUNAS RECOMENDACIONES:

* Introducir programas de intercambio para informar a los dirigentes y administradores cubanos en qué consiste la política y toma de decisiones democráticas y la administración transparente;

* El Gobierno estadounidense debe estar preparado para proporcionar asistencia técnica y de fomento de la capacidad, para fortalecer las instituciones, trámites y procedimientos legislativos;

* El Gobierno de los Estados Unidos debe estar preparado para ofrecer asistencia técnica sobre descentralización mediante el fomento de los gobiernos provinciales y municipales;

* Si el gobierno de transición lo solicita, el Gobierno de los EE.UU. debe proporcionar asistencia técnica para promover y crear las estructuras y procedimientos democráticos de los partidos políticos, e introducir conceptos y mecanismos para la supervisión de dichos partidos y del gobierno local por el electorado;

* Ofrecer los conocimientos especializados y asistencia para ayudar a crear y fortalecer un sistema electoral democrático, si el gobierno de transición lo solicita --como en la redacción y reforma de las leyes electorales y la capacitación de los funcionarios electorales en cuestiones de inscripción de votantes, mantenimiento de los censos electorales, procedimientos de votación, y medidas preventivas anticipadas contra el fraude y los abusos; y

* Colaborar con la OEA en apoyar misiones de observación electoral, para ayudar a las autoridades del gobierno cubano de transición a garantizar la rendición de cuentas en su procedimiento electoral.

CAPITULO 4: ESTABLECIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES ESENCIALES DE UNA ECONOMIA DE LIBRE MERCADO

El sistema económico cubano no funciona y no va a ser fácil arreglarlo. Tomará tiempo construir las instituciones nacionales e inculcar en las personas las actitudes, conocimientos especializados y destrezas para lograr la reconstrucción de la nación cubana. Las lecciones aprendidas de otros países en transición demuestran que es sumamente importante sentar y clasificar las prioridades y abordar las expectativas debidamente.

Tras décadas de represión y penurias, los cubanos podrán asimismo ejercer sus nuevas libertades políticas y establecer un orden económico totalmente nuevo. Liberados de la rigidez y corrupción del sistema comunista castrista, tendrán la libertad de crear un sector privado capaz de proporcionar empleo y oportunidades, generar riqueza e impulsar un crecimiento diversificado. Considerando los derechos que les fueron negados por mucho tiempo y que existen en casi todos los demás países del mundo, es de esperar que los cubanos pongan una alta prioridad inmediata en restablecer la propiedad privada y la creación de empresas libres y competitivas.

El esfuerzo de reconstrucción de una Cuba libre será costoso. En este sentido la carga no debe necesariamente de recaer en su totalidad sobre los Estados Unidos y ese esfuerzo debe tener lugar en consulta estrecha con el pueblo cubano. La comunidad internacional de donantes, las instituciones financieras internacionales (incluido el Banco Interamericano de Desarrollo) y los organismos de desarrollo de las Naciones Unidas tienen un importante papel a este respecto y todos ellos pueden proporcionar programas y asistencia a una Cuba libre. Debemos alentar la participación de la comunidad internacional y de las instituciones financieras internacionales para asegurar una transición sin tropiezos en su momento.

El cambio económico en Cuba no tendrá lugar en el vacío. Hay dos generaciones de cubanos que han crecido bajo el sistema represivo de Castro. Hay cubanos (en la élite comunista, por ejemplo) que tienen interés en mantener las cosas como están. Esto presentará dificultades pero no es algo nuevo.

Es esencial que el pueblo cubano participe totalmente en la reforma, que todas las propuestas que hagamos al pueblo cubano libre sean realistas, y que se cumpla todo lo que se prometa.

ALGUNAS RECOMENDACIONES:

* Basado en la su experiencia de otras países en transiciones de economías que no eran de libre mercado, el Gobierno de los EE.UU. debe estar listo para alentar a una Cuba libre a liberalizar los precios a corto plazo, incluidos los de energéticos;

* El Gobierno de los EE.UU. debe proporcionar a Cuba ejemplos de Europa Oriental sobre la transición de una economía centralizada, que incluyan la experiencia de reestructurar las empresas controladas por los militares;

* El Gobierno de los Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales deben estar preparadas para ofrecer asistencia a una Cuba libre, para ayudarla a planificar un programa eficaz de privatización y preparar a las empresas para dicha conversión, incluidas las industrias y firmas administradas o dirigidas por las fuerzas armadas cubanas;

* El Gobierno de los EE.UU. debe estar preparado para colaborar con una Cuba libre para establecer un Comité Conjunto de EE.UU.-Cuba sobre Comercio e Inversión, que se concentre en las relaciones después del embargo que afecten al comercio y la inversión. Dicho Comité también serviría como precursor y paso inicial para la posible negociación de un Acuerdo de Libre Comercio entre Cuba y los Estados Unidos.

* El Gobierno de los Estados Unidos debe alentar a una Cuba libre a reintegrarse al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la OEA, y de incorporarse al Banco Interamericano de Desarrollo lo más rápidamente posible;

* El Gobierno de los Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales deben estar preparados para ayudar a una Cuba libre a elaborar un nuevo régimen de inversión que fomente la inversión exterior y la confianza de los inversionistas, y sea congruente con los mecanismos propios del libre mercado; y

* El Gobierno de los Estados Unidos debe alentar a una Cuba libre a resolver las demandas pendientes en su contra lo más rápidamente posible, teniendo en cuenta que no le sería beneficioso económicamente someterse a procesos largos y complicados.

CAPITULO 5: MODERNIZACION DE LA INFRAESTRUCTURA

Como resultado de años de insuficiente inversión y falta de reparaciones y mantenimiento, la infraestructura cubana se ha deteriorado considerablemente. Los ejemplos del estado terrible de la infraestructura cubana son fáciles de observar. La única inversión hecha en Cuba en la infraestructura de transporte en las dos últimas décadas ha sido para apoyar los intereses específicos de la industria turística a costa de la población en general. Los puertos, las carreteras y los puentes adolecen de falta de inversión, al igual que muchos de los elementos auxiliares del sistema de transporte y distribución.

Para ayudar al gobierno de transición en Cuba y cumplir con los objetivos humanitarios y de reconstrucción se necesitará hacer considerables inversiones de infraestructura en los sistemas de transporte, y los sectores de energía, telecomunicaciones, recursos hídricos y saneamiento. Como la infraestructura por definición implica instalaciones y equipo que es de esperar no puedan construirse o adquirirse en un período de 90 días, esta Comisión ha identificado acciones que se pudieran tomar a corto plazo, como cambios operativos y la firma de nuevos acuerdos de cooperación que pueden facilitar la más rápida asistencia al pueblo cubano durante la transición. También se han visto qué aspectos necesitarían, en el contexto adecuado, una evaluación técnica sobre el terreno para determinar las necesidades y prioridades para la reconstrucción a largo plazo.

A corto plazo, el Gobierno de los Estados Unidos puede ayudar a una Cuba libre y a sus ciudadanos facilitando la adquisición de equipo nuevo y usado, abriendo cauces de cooperación entre las entidades públicas y privadas de transporte de los Estados Unidos y sus homólogas en Cuba, realizando diagnósticos de necesidades técnicas, y proporcionando asistencia técnica para elaborar un plan de desarrollo de la infraestructura que identifique las necesidades más urgentes y las que existan a medio y largo plazo.

Para abordar las necesidades de infraestructura a largo plazo, algunos organismos del Gobierno de los Estados Unidos pueden apoyar a una Cuba libre por medio de solicitudes de asistencia, en forma de donaciones, de la comunidad internacional y de instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Esas donaciones servirían para ayudar a financiar estudios de factibilidad, mejorar el funcionamiento y la viabilidad financiera de los servicios públicos, mejorar y reemplazar plantas y equipo, llevar a cabo la privatización de los servicios públicos, alentar la competición en los servicios, y establecer mecanismos que regulen los monopolios naturales.

ALGUNAS RECOMENDACIONES:

Transporte:

* Carreteras: Ateniéndose a los deseos de un gobierno cubano libre, el Gobierno de los Estados Unidos podría proporcionar asesores al Ministerio de Transporte, para que ayuden a la administración cubana con cuestiones de planificación, construcción y mantenimiento relativas a las carreteras y a los puentes principales y secundarios.

* Aviación: El Gobierno de los EE.UU. debe estar dispuesto a proporcionar asistencia técnica para realizar evaluaciones de los aeropuertos cubanos, con vistas a facilitar la expedición de permisos a los mismos para que sirvan como último punto de salida en rumbo a los Estados Unidos.

* Asuntos marítimos: El Gobierno de los Estados Unidos debe estar dispuesto a ayudar a una Cuba libre a reconocer sus necesidades prioritarias en equipo portuario e inversión en infraestructura de puertos y de transporte intermodal.

* Ferrocarriles: En el contexto de la transición, el Gobierno de los Estados Unidos debe estar dispuesto a asistir a una Cuba libre a evaluar el estado de los puentes de ferrocarril, cunetas, rieles y otros bienes esenciales de infraestructura ferroviaria, incluido el equipo rodante.

Energía:

* Colaborar con la administración de un gobierno cubano libre para realizar evaluaciones integrales de las necesidades, prioridades y planes de adquisición del sector energético .

Agua potable:

* A solicitud del gobierno de transición, evaluar las plantas existentes para asegurarse de que la población reciba agua limpia e innocua, y ofrecer asistencia técnica para elaborar un programa coordinado de capital para la rehabilitación del sistema de distribución, y el reparto a los usuarios de productos químicos para la desinfección casera del agua (como el hipoclorito de sodio que utilizan muchas naciones en desarrollo).

CAPITULO 6: IDENTIFICACION Y CORRECCION DEL DETERIORO AMBIENTAL

Cuba tiene muchos recursos naturales pero también serias deficiencias. El medio ambiente ha sufrido mucho deterioro como resultado de la negligencia del sistema económico cubano al estilo soviético. Cuba adolece de degeneración del suelo, una estructura de agua y saneamiento vieja y en ruinas, la destrucción de los hábitats de especies silvestres, y la filtración de agua salina en el suministro de agua dulce. Debido a la obsesión del régimen de aniquilar las organizaciones que no puede controlar, Cuba también carece de un sector independiente de asociaciones no gubernamentales que exija rendición de cuentas y defienda el medio ambiente y los recursos naturales, y que pueda actuar como medio para elevar la conciencia pública y presentar ideas y cuestiones ante las autoridades normativas para estimular a la acción. Entre la riqueza cubana se encuentra una gran biodiversidad, extensas reservas minerales, relativamente bajos niveles de industrialización, elementos de un marco legal ecológico, una población educada, y expertos y científicos sumamente capacitados. Dichos elementos podrían servir de base para el desarrollo sostenible de una Cuba libre.

Las políticas de protección ecológica que han estado en vigor son obviamente deficientes a juzgar por la calidad de la tierra, el agua y el aire, y los hábitats naturales de la isla en la actualidad.

Tierra y suelos: El Gobierno cubano ha permitido la deforestación y el cultivo excesivo de la tierra, el apisonamiento del suelo por el uso de maquinaria agrícola pesada y la explotación minera a cielo abierto, todo lo cual ha dado lugar a la salinización del suelo y a la gran erosión del terreno.

Agua: La escorrentía de los campos agrícolas demasiado tratados ha contribuido a la degradación de las corrientes de agua de superficie, así como lo han hecho las aguas residuales sin depurar procedentes de las ciudades, los ingenios de azúcar y otras industrias de elaboración de alimentos, y la minería de níquel. Las prácticas de riego han reducido el nivel de la capa freática, lo que ha dado lugar a considerable filtración de agua salada en el agua dulce y a la salinización del suelo del litoral. El bajo caudal de los ríos debido a la construcción de represas también ha reducido el reabastecimiento de los acuíferos, con el consecuente incremento de la salinización de las corrientes de agua.

Hábitats y biodiversidad: El hábitat de las especies silvestres ha sido afectado por la calidad de las corrientes de agua dulce, que se reduce por la escorrentía de las prácticas agrícolas, la erosión debida a la deforestación y la sedimentación en dichos cauces. La introducción de especies no oriundas de la isla también ha tenido considerable impacto en la viabilidad del sistema ecológico en general. El fenómeno relativamente reciente de las grandes obras de construcción de infraestructura turística, especialmente en ecosistemas sumamente frágiles, como la península de Sabana-Camagüey, ha tenido efectos dañinos que empeorarán si continúa el desarrollo sin control.

Aire: Las emisiones a la atmósfera procedentes de la industria y el transporte causan considerables deterioros de la salud. Las emisiones de fuentes estacionarias (centrales de energía eléctrica, refinerías de petróleo, fábricas de cemento y níquel y otras industrias viejas) emiten grandes cantidades de bióxido de azufre y materia granulosa. Si bien es cierto que la pobreza cubana significa que tiene una densidad vehicular por habitante relativamente pequeña, los automóviles cubanos son viejos y no disponen de los controles más elementales de contaminación ni mantenimiento.

La cooperación y asistencia técnica de los Estados Unidos puede contribuir a ayudar a una Cuba libre a abordar las necesidades inmediatas y a largo plazo a que se enfrentará en la era postcastrista. Para comenzar, el Gobierno de los EE.UU. puede ayudar al gobierno de transición a realizar una evaluación rápida de las necesidades acuciantes de equipo para asegurarse de que los sistemas de agua potable estén funcionando y de que se dispone de los productos químicos necesarios para tratar el agua. Asimismo, hay una variedad de posibilidades de cooperación y asistencia para acciones a medio y largo plazo, pero es importante seleccionar unos pocos ámbitos esenciales donde se puedan lograr buenos resultados a corto plazo, aparte de esforzarse en el desarrollo de la capacidad a medio y largo plazo. Es crucial generar y ofrecer información ecológica de calidad al público cubano libre para hacerlo partícipe en el ordenamiento de los recursos naturales y del medio ambiente.

ALGUNAS RECOMENDACIONES:

* El Gobierno de los Estados Unidos debe estar preparado para ofrecer a una Cuba libre los medios de fortalecer su marco legal y de elaborar y hacer cumplir las leyes sobre el medio ambiente.

* El Gobierno de los Estados Unidos debe estar preparado para ayudar a una Cuba libre a preparar y realizar evaluaciones de impacto ambiental de fuentes de contaminación localizadas y no localizadas.

* Los organismos del Gobierno de los Estados Unidos podrían proporcionar a una Cuba libre considerable experiencia en el fomento de la capacidad, incluido el establecimiento de programas de seguimiento, revisión y evaluación de los datos sobre la calidad del agua (agua potable, descargas de efluentes y calidad del agua ambiental), la elaboración a largo plazo de leyes y reglamentos, el establecimiento de programas previos a la depuración (control de descargas industriales al sistema del alcantarillado público), etc.

* El Gobierno de los Estados Unidos puede ayudar en la gestión de los arrecifes de coral durante el gobierno de transición de muy diversas maneras, como el levantamiento de mapas de los hábitats bentónicos de los ecosistemas de los arrecifes, y el estudios de los peces que viven en los arrecifes y de sus hábitats esenciales;

* En lo referente a los desechos sólidos, si lo solicita el gobierno de transición, los expertos del Gobierno de los Estados Unidos podrían proporcionar asistencia técnica en lo relativo a tecnologías ambientales sobre contaminantes específicos, depuración y control de los desechos sólidos, rastreo de desechos médicos, reducción de las fuentes municipales de desechos sólidos, lavado del suelo (para eliminar productos químicos y metales), ordenamiento de las cuencas hidrográficas y ecología de aguas dulces, y el control de la erosión y el ordenamiento hídrico relacionado con vertederos de desechos sólidos.

* El gobierno de los Estados Unidos puede proporcionar asistencia, si se solicita, para abordar todas los aspectos de la erosión del suelo, sedimentación, compresión del suelo, y prácticas afines de conservación.

* El Gobierno de los Estados Unidos debe estar preparado para tratar de establecer asociaciones público-privadas y asociaciones con ciudades, con objeto de averiguar qué conocimientos especializados de los Estados Unidos podrían ayudar a una Cuba libre a reducir su contaminación, por ejemplo, en la recuperación de metano de los vertederos, en la eficiencia energética industrial, o en la elaboración de normas para "inversión responsable".

(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/espanol)

 

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