Compartimos con Uds. Mensaje Recibido desde Obispado de Pinar del Río
Hermano(a):
Adjunto el texto del vía crusis que tendrá lugar en mi
parroquia el próximo Viernes Santo, Dios mediante. Quiero compartirlo con
usted, como manera de compartir mi oración y la de mi comunidad por Cuba
que sufre, para que el Dios de la Vida conceda a todos los cubanos la salida de
la actual crisis por los caminos del diálogo y la tolerancia.
Fraternalmente,
Sergio Lázaro Cabarrouy Diócesis de Pinar del Río
VÍA CRUCIS DE CUBA 2003
Canto de entrada:
La Cruz y los ciriales que se colocan en el centro del Presbiterio.
La Cruz puede ir adornada en su base con una cinta tricolor simbolizando los
colores de Cuba.
Introducción. (Dos lectores)
Lector A: Queridos hermanos y hermanas:
Hoy Viernes Santo, día en que conmemoramos la muerte de nuestro Señor
Jesús, queremos unir la pasión del pueblo con la Pasión de
Cristo. Este es el centro del misterio pascual actualizado en la vida, los
sufrimientos y las esperanzas de los hombres y las mujeres que se unen, con su
angustia, a la Cruz de Cristo y esperan, sin desfallecer, la última
palabra que será de la Vida.
Lector B: El Vía Crucis es la celebración del camino de Jesús
hasta la cruz y la Resurrección. Camino que se convierte en proceso de
redención y salvación para toda persona que sufre la injusticia ,
la soledad, la maldad y la opresión de otros hombres. El Vía
Crucis es camino y, al mismo tiempo, seguimiento de Jesús. Es camino de
sacrificios y al mismo tiempo camino de gloria. Es acompañamiento de
Cristo por la vía dolorosa y acompañamiento del pueblo cubano que
sufre en el arduo camino de esta etapa de nuestra historia.
A: Por eso, dedicamos este Vía Crucis de Viernes Santo a rogar y
solidarizarnos con todos los cubanos y cubanas que sienten sobre sus hombros el
peso de la cruz, los que tienen responsabilidades y los que sufren por las
injusticias. Los que oprimen sin misericordia y los que no sucumben bajo el peso
de la persecución. Los que han delatado a sus hermanos y los que han
experimentado la soledad, la traición y el abandono. Todo esto lo vivió
Cristo, intensamente, antes que nuestro pueblo. Y si Él lo vivió,
también lo redimió con su sangre. Y si Él lo redimió
con su sangre, todos estos sufrimientos de hoy desembocarán en la gloria
de la vida nueva y resucitada de cada persona y de todo nuestro pueblo. Esta es
nuestra esperanza.
B: Acompañemos a Cristo en su Vía dolorosa y acompañemos
a todos los desalentados, detenidos, presos, encarcelados, condenados,
desterrados en su Vía Crucis; y acompañemos también a sus
familiares y amigos que sufren la injusticia.
Primera Estación: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.
A: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Jesús está frente a Pilato. Se efectúa un juicio
sumarísimo. Judas es el delator. Pilato intenta descargar sobre los judíos
su responsabilidad de condenar a un hombre justo. Sobre Jesús han
descargado todo género de mentiras, calumnias y falsos cargos. Él
sin embargo, dice a Pilato: "Yo para eso he venido: Para ser testigo de la
verdad y todo aquel que es de la verdad escucha mi voz". Pilato no era de
la verdad y se lavó las manos echando sobre otros la culpa y la causa de
la culpa. La masa vocifera y da bandazos, desde el Domingo de Ramos en que
vitorea a Jesús, hasta el Viernes Santo en que lo repudia pidiendo que lo
crucifiquen.A: Hoy también ocurren estas cosas. Son tan parecidas las
experiencias, que deben servirnos para vivir una Semana Santa con verdadero propósito
de ser fieles a Cristo, de ser servidores de la verdad, de buscarla donde quiera
que esté, y de proclamarla sin miedo ante todo el que nos pida la razón
de nuestra esperanza. Pilato creyó que había terminado un proceso.
La historia nos enseña que allí, precisamente, empezó todo
el proceso y el camino final de la redención del pueblo. Que esto nos
sirva para comprender bien el momento en que vivimos en Cuba hoy y para que lo
vivamos conscientes de nuestra propia responsabilidad.B: Oremos por los que
sirven en los tribunales de justicia para que sean siempre buscadores
incansables de la verdad que los hará libres y roguemos también,
por cuantos son injustamente condenados.Padre nuestro....Canto: Perdona a tu
pueblo, Señor, perdona a tu pueblo, perdónalo Señor.A:
Segunda Estación: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTA CAMINO DEL CALVARIO.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.B: Sobre los hombros de Jesús
es cargada la cruz de todas nuestras iniquidades y pecados. Sobre sus hombros
cae el peso de cuanta maldad nos oprime, de cuanto poder nos aplasta, de cuanto
cargo de conciencia nos persigue. Cristo carga con la cruz que es nuestra, que
la merecemos por lo que hacemos, y por lo que dejamos de hacer para bien; Jesús
carga con toda la injusticia y con las estructuras de pecado de las que somos cómplices
silenciosos y aterrorizados.A: Sin embargo, Cristo no se echa para atrás,
no descarga en otros el peso de una cruz injustamente cargada sobre el inocente.
Jesús es el hombre para los demás, para cargar con las miserias de
los demás, para cargar con las limitaciones y las injusticias de los demás.
Para poner el hombro en las causas que liberan de la opresión a los demás.
He aquí la esencia del cristianismo y del seguimiento de Cristo: vivir
para los demás, cargar con los demás, meterle el hombro a la carga
de los pueblos, caminar con los que desfallecen y no zafarle el hombro al peso
de la historia que debemos protagonizar y adelantar. ¿Cargamos nosotros con
los sufrimientos y las cruces ajenas o las rechazamos egoístamente
pensando sólo en nuestro propio bienestar, seguridad o acomodo a las
circunstancias?. Si no cargamos con la cruz de otros y no echamos sobre nuestros
hombros, pobres y débiles pero disponibles, la carga de la redención
de Cuba, no somos dignos de seguir a Cristo en el Vía Crucis cubano de
hoy.
B: Oremos por cuantos cargan sobre sus hombros con la responsabilidad de
salvar a su pueblo. Roguemos también por los que le zafan el hombro y
huyen, traicionan, se acomodan, o se esconden detrás de una falsa
prudencia o incapacidad. Roguemos porque en la hora presente los cristianos no
le fallemos a Cristo y echemos sobre nuestros hombros el peso ingrato y
tenebroso de la cruz. De la cruz propia, de la cruz de los demás y de la
cruz de Cuba.
Padre nuestro....Canto: En la cruz murió el hombre un día....
A: Tercera Estación: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZTe adoramos,
Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo. B: Es Cristo, Dios y hombre
verdadero, que cae bajo el peso de la cruz. Es la señal de su debilidad,
de su agotamiento físico, de sus límites humanos... Hasta este
punto llega el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Como dice la
Carta a los Filipenses: "Cristo, a pesar de su condición divina, no
hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se despojó de
su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de
tantos. Y así actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz"(Flp.2,6-11)
A: El género humano fue creado para vivir de pie, es decir, digno,
decoroso, sin vergüenza y sin tacha. Pero la misma libertad con que Dios
nos puso en pie, ha sido mal usada y nuestra humanidad cayó, por primera
vez, intentando obedecer a la soberbia "de ser como dioses". Esta es
la gran contradicción de la historia: Dios que nos crea libres y nos hace
a su imagen y semejanza; nosotros que usamos mal nuestra libertad para alzarnos
contra Dios y ser como él cuando ya lo éramos. Dios que se rebaja,
que se hace hombre, que usa su libertad, para someterse a nuestra naturaleza caída
y devolvernos la libertad y la dignidad de hijos de Dios. Para ponernos
nuevamente en pie.B: Oremos en esta primera caída, por cuantos se erigen
como dioses y caen en la soberbia del poder, del tener, del saber... Oremos por
cuantos usan la mentira para hacer sucumbir a los pueblos bajo el peso de la
ignominia. Oremos para que cuantos caemos bajo el peso de la libertad mal usada
y mal vivida podamos levantarnos conociendo la verdad que nos hará
libres.
Padre nuestro....
Canto: Perdona a tu pueblo Señor, perdona a tu pueblo, perdónale
Señor.A: Cuarta Estación: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRETe
adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.B: Encuentro de Cristo con
su Madre. Para Cristo, Dios y hombre verdadero, el momento de mayor profundidad
en su dolor. Para María, la madre, el encuentro con las consecuencias de
la misión de su hijo. A esto le han conducido las palabras de consuelo y
perdón de Jesús. Hasta esto le han llevado sus gestos de compasión
y su voluntad de sanar, de curar, de dar vida, de dar paz. Así paga el
mundo a cuantos se entregan a una causa justa: "vino a los suyos y los
suyos no lo recibieron" dice el Prólogo del Evangelio de San Juan.
Encuentro de despedida y desgarramiento. Para Jesús: dolor y ternura
indecibles. Para la Madre, espada en el corazón y preguntas en el alma: ¿Por
qué tratan así a los que sólo han hecho bien a su pueblo?A:
Desde entonces, es la misma situación: Hijos que se comprometen con la
causa del bien, de la justicia, de la verdad, de la redención de las
personas y de los pueblos... y Madres que se encuentran con la respuesta de la
injusticia, del castigo del justo y de la absolución del criminal. Madres
cuyo dolor no tiene ni nombre, ni precio, ni razón. Madres que no pueden
llegar a comprender por qué castigan a sus hijos si son inocentes... si
lo único que han hecho es procurar el bien para sus compatriotas. Madres
que ofrecen su dolor para que llegue pronto la paz para el corazón de
todas las madres. Cuando sufre el corazón de las madres... y sus
preguntas no tienen respuestas que las calmen... y las espadas que atraviesan su
corazón vienen del absurdo, estamos en el Vía Crucis, que es el
camino del dolor, pero que es también, en fin de cuentas, el camino de la
redención. Es la señal inequívoca de que caminamos hacia la
luz.
B: Oremos por todas las madres cubanas. Por las madres del mundo entero que
sufren por causa de la guerra o de la injusticia, que sufren a causa del absurdo
de la fuerza y la opresión que no tienen ni sentido ni razón.
Oremos por los hijos que le infligen a sus madres el dolor de ser condenados a
causa de sus crímenes y oremos también por los hijos que ven
sufrir a sus madres a causa de ser condenados injustamente por hacer el bien.
Que la Virgen dolorosa los acompañe en este valle de lágrimas.
Dios te salve, María...
Canto:
A: Quinta Estación: JESÚS ES AYUDADO POR SIMÓN, EL
CIRENEO.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Así dice el Evangelio de San Marcos: "Un hombre de Cirene,
llamado Simón, padre de Alejandro y de Rufo, llegaba entonces del campo.
Al pasar por allí le obligaron a cargar con la cruz de Jesús"
(Mc. 15,21). De modo que no hay cruz que se pueda llevar sólo. No hay
sufrimiento que no obligue a la solidaridad con el que sufre. No puede haber
dolor que pueda prescindir de la compañía de los demás. Ni
la cruz del Hijo de Dios pudo ser cargada por él sólo. Todos,
incluso el mismo Jesús, necesitamos de que nos echen una mano en el
sufrimiento. El Papa en su visita al Rincón, nos decía: "El
dolor llama al amor". El que sufre clama ayuda. Y es un grave pecado de
omisión no prestarle la ayuda y el apoyo que necesita, tanto el que sufre
con razón, cuanto más el que sufre por la injusticia.
A: Cuba vive su Vía Crucis. Son muchos los que cargan con la cruz de
las injusticias y son inocentes como Jesús. Son muchos también los
que cargan con la cruz de sus propios pecados, con la cruz de sus propios crímenes
y delitos. Todos, unos y otros, necesitan de la ayuda de los actuales cireneos.
Todos debemos ser solidarios con los que sufren. Los cristianos tenemos obligación
de serlo. Así lo dice el Papa en el Rincón: "La indiferencia
ante el sufrimiento humano, la pasividad ante las causas que provocan las penas
de este mundo, los remedios coyunturales que no conducen a sanar en profundidad
las heridas de las personas y de los pueblos, son faltas graves de omisión,
ante las cuales todo hombre de buena voluntad debe convertirse y escuchar el
grito de los que sufren."
B: Oremos por todos nosotros, los cubanos necesitados de cireneos que nos
ayuden a cargar con nuestras cruces. Oremos por cuantos son obligados a ser
solidarios por decreto y por cuantos permanecen indiferentes ante el sufrimiento
ajeno. Oremos para que no se nos endurezca el corazón de cubanos que
siempre ha estado al lado del que sufre. Oremos porque en Cuba nadie que sufra,
en el alma o en el cuerpo, quede solo, o abandonado a su suerte. Oremos para que
una gran ola de solidaridad y amor responda a la ola de represión y
odios. Nunca más la fuerza. Nunca más la muerte. El dolor convoca
al amor.
Padre Nuestro....
Canto: El que siembra amor, cosecha amor...
A: Sexta Estación: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: He aquí una manera concreta y puntual de ejercer la solidaridad
ante el que sufre la injusticia. Limpiar el rostro del condenado. Aquí
tenemos un gesto y una actitud. El gesto de la mujer valiente que rompe el cerco
del miedo, no teme a la fuerza física de los opresores. Ella va con la
fuerza interior que da el amor compasivo y solidario. Ella logra llegar, llega a
alcanzar el rostro del oprimido para limpiarlo, para acariciarlo con el fino
manto de la misericordia. En cambio, la mirada y el rostro de Cristo sufriente
quedó marcada para siempre en el manto y en el corazón de aquella
mujer solidaria y valiente que hizo lo que pudo y lo hizo rápido y bien.
A: Todo el que sufre injustamente necesita que le limpien el rostro, que le
quiten la infamia, que le devuelvan la imagen dañada y desprestigiada. He
aquí una manera concreta y solidaria de acompañar al que sufre. La
Verónica no podía liberar a Jesús pero pudo limpiar su
rostro. Nosotros, en la mayoría de las ocasiones no podemos hacer mucho
ante la infamia del inocente condenado y vilipendiado, difamado y registrado
como un criminal, confundido con delincuentes comunes, confundido con corruptos
y drogadictos. No podemos, por ahora, evitarlo. Pero podemos ayudar a limpiar su
rostro de la infamia. ¡Qué falta hacen muchas Verónicas en
Cuba hoy! Verónicas que limpien el rostro del que piensa distinto y es
condenado siendo inocente. Verónicas que limpien la cara de confusión
de muchos que no saben distinguir. Verónicas que limpien el rostro de los
que quedan desconcertados ante tanta indefensión y alardes de fuerza.
Cada uno de nosotros puede ser una Verónica. Estemos seguros de que nunca
se borrará de nuestra alma el rostro agradecido de aquel inocente al que
hemos podido llegar para limpiar su reputación y su inocencia delante de
la sociedad.
B: Oremos por cuantos sufren la difamación y el escarnio. Oremos por
cuantos son desfigurados física y moralmente delante de su pueblo. Oremos
por cuantos se arriesgan a limpiar, rápida y tiernamente, el rostro del
que sufre la injusticia. Oremos para que no nos quedemos inmóviles ante
el sufrimiento humano.
Padre nuestro....
Canto:A: Séptima Estación: JESÚS CAE LA SEGUNDA VEZ
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Consideremos a Cristo que vuelve a caer bajo el peso de la cruz.
Contemplemos cómo Jesús quiere dejarnos ver claramente su condición
humana. Es como una "epifanía" de su humanidad, para que
adoremos su total encarnación. Consideremos, por otro lado, a cuantos
caen y recaen en el desánimo, en la desesperación, en la falta de
voluntad para perseverar en el bien cuando todo se oscurece. Consideremos a
aquellos que se dejan vencer por las dificultades, que se dejan aplastar por el
peso de las circunstancias. Las caídas son propias de todos los seres
humanos, y el levantarse y volver a levantarse es propio de nuestra condición
de hijos de Dios.
A: Acerquemos nuestras manos y nuestros hombros hacia aquellos que sucumben
bajo el peso de la cruz de cada día. Levantémonos unos a otros del
polvo del desaliento y la desesperanza. No nos dejemos vencer por el miedo. Jesús
pudo levantarse de su segunda caída. Y si Él ha podido siendo un
hombre verdadero, también nosotros podremos levantarnos de nuestros
pecados y de nuestras limitaciones.
B: Oremos por cuantos caen y abandonan la lucha cotidiana. Oremos por
cuantos caen bajo el peso de sus propios pecados, y bajo el peso de los pecados
de los demás. Oremos también por cuantos sucumben ante el peso de
las estructuras del pecado y ante el peso agobiante de las injusticias. Y
recemos con todo el alma para que seamos siempre personas dispuestas a levantar
al caído y a no condenarlo, ni abandonarlo a su suerte, sino a tenderle
la mano amiga y el corazón misericordioso y solidario.
Padre Nuestro.....
Canto:
A: Octava Estación: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Así lo dice el Evangelio de San Lucas: "Muchas mujeres que
lloraban y gritaban de tristeza por él, lo seguían. Pero Jesús
dirigió su vista hacia ellas y les dijo: No lloren por mí sino por
ustedes mismas y por sus hijos, porque vendrán tiempos duros...Entonces
comenzarán las gentes a decir a los montes: ¡Caigan sobre nosotros!
... y a las colinas: ¡Escóndannos. Porque si hacen esto con el árbol
verde, ¿qué no harán con el seco?" (Lc. 23,27-31)
A: También nosotros estamos viviendo tiempos duros. La confusión,
la represión, la delación, la cárcel y la muerte, han
pasado a ser el sobresalto de la vida cotidiana. Lo han sufrido, lo mismo el leño
verde del inocente porque piensa diferente, que el leño seco del que ha
cometido un delito. Pero Jesús nos mira con atención y nos
consuela con su palabra de aliento y de advertencia. Consolar no es disimular
como si nada estuviera sucediendo, consolar es tener la certeza de que la última
palabra será de la vida y de la paz.
B: Oremos para que Jesús nos mire a todos los cubanos con su corazón
de misericordia y de consuelo. Roguemos para que la justicia y la paz se besen
en nuestra sufrida Patria y para que cada uno de nosotros seamos, para los que
sufren a nuestro lado, compañeros en el camino de la cruz, ayuda en su Vía
Crucis. Que tengamos siempre una palabra de aliento para el que está
crucificado por la angustia y una mano de apoyo solidario extendida para todo el
que se siente solo y abatido. Que la Virgen María nos acompañe en
este servicio de consolación y fraterna compañía.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
A: Novena Estación: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Vuelve a caer Jesús bajo el peso de las presiones. Contemplemos su
exhausta fragilidad humana. Es el hombre verdadero que siente superadas sus
pobres fuerzas y desbordados sus propios límites y resistencias. ¡Divino
misterio del Dios hecho hombre!. ¡Desconcertante verdad del Dios eterno que
se rebaja a la más débil fragilidad humana! ¡Qué
consuelo y esperanza para el hombre que sucumbe bajo el peso del terror y de las
torturas!
A: En estos días en Cuba, como en los días de la pasión
del Señor, hay hombres y mujeres que sucumben bajo el peso de las
terribles presiones sicológicas y físicas. Es la hora en que se
expone a la luz del día, sin pudor y sin recato, la más íntima
fragilidad humana. Es la abyecta exposición de los hombres quebrados que
merecen todo el respeto y la consideración de los que no se han
encontrado nunca en ese terrible misterio de la ofuscación de la
conciencia y la maleabilidad de la condición humana, caída y
marcada por el pecado. Pedro también sucumbió y se doblegó
ante una criada antes de que cantara el gallo del amanecer de la resurrección.
Pedro se retractó, pero al darse cuenta de su pecado, lloró
amargamente y se incorporó, confiando indudablemente en la misericordia
infinita del Dios que nos ama. Su retractación no lo invalidó
para, luego de su arrepentimiento y nueva profesión de fe, ser el Pastor
supremo de la Iglesia y dar su vida cuando le volvió a llegar la hora.
Dios siempre da a los hombres y mujeres una nueva oportunidad para superar la
innegable fragilidad de su naturaleza humana: ¡Verdadera victoria de la
Gracia sobre la naturaleza!
B: Oremos por todos cuantos hemos sucumbido alguna vez bajo el peso de la
cruz. Por cuantos han sido quebrados por las torturas y las presiones Roguemos
para que sea respetada la intimidad y la fragilidad de los hombres y mujeres de
nuestro pueblo y roguemos porque ninguno de ellos dude jamás de la
misericordia y el perdón de Dios.
Padre nuestro....
Canto:
A: Décima Estación: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS
VESTIDURAS.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Jesús ha llegado a la cima del Vía Crucis, sobre el monte
Calvario es expuesto a la vista de todos. Ha llegado la hora suprema. La hora de
la verdad y del sacrificio redentor. Pero queda un último escarnio. Queda
el expolio y la vergüenza. Jesús es despojado de sus vestiduras. Es
lo último de sus pertenencias. Ya nada le queda sobre esta tierra más
que su amor y su Madre, uno de los discípulos y dos mujeres. A la luz de
la media mañana el Hijo de Dios es presentado en toda la desnudez de la
verdad y de la virtud. El inocente es despojado de sus vestiduras para que quede
claro que no tiene nada que esconder, nada de qué avergonzarse. Es la
total transparencia del inocente.
A: Hoy también, como Jesús, hay personas inocentes que, además
de cargar con su cruz hasta la cumbre del sufrimiento, deben aguantar, ellos y
sus familias, que los despojen de sus cosas, de sus más íntimas y
personales pertenencias. Pero sabemos que el despojo, el allanamiento y la
confiscación injusta solamente dejan a la luz del día la desnudez
de la verdad que lleva el inocente en su alma. Cuantos sufren hoy con Cristo el
despojo y el saqueo deben tener la convicción profunda de que la verdad
se abre camino, sola y sin ropajes.
B: Oremos por cuantos son despojados en el alma y en el cuerpo. Por cuantos
son allanados en su espíritu y en sus casas. Recemos por cuantos son
desnudados, sin pudor y sin respeto a su dignidad y derechos, ante la luz de la
televisión y la radio. Recemos porque se respete la intimidad y la vida
familiar de cada cubano. Porque se respeten sus pertenencias y sus ideas.
Recemos porque aprendamos de una vez que la verdad, para que quede expuesta a la
luz redentora, debe despojarse de todo lo material y lo pasajero. Ese tipo de
despojo envilece a quienes lo perpetran y engrandece hasta el martirio a cuantos
lo padecen en sí mismos o en sus familias.
Padre nuestro...
Canto:
A: Décimo primera Estación: JESÚS ES CLAVADO EN LA
CRUZ.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Clavado cruelmente a la cruz, Cristo sufre el final de su Vía
Crucis. Es la muerte destinada a los malhechores. La crucifixión es la
muerte de los bandidos, de los segregados de la sociedad, de los maldecidos. Jesús
ha sido cambiado por Barrabás, han preferido a un homicida, sale ganando
el peor y sale perdiendo el inocente. Pero sólo pierde aparentemente,
pierde a los ojos de los que no ven lo esencial de la vida. Jesús fracasa
en su obra a los ojos de los que no saben ver la profundidad de los
acontecimientos. Al cabo del tiempo, el mundo glorificará a ese
fracasado, la gente ensalzará su obra y su cruz será convertida de
cadalso en condecoración,.de signo de escarmiento en timbre de gloria. Así
es la historia de la salvación. Cruz que se convierte en gloria, clavos
que se convierten en flores. ¡Alabemos el misterio pascual de crucificados
convertidos en redentores!
A: Hay hombres y mujeres de hoy que son crucificados por sus familias, en
sus trabajos, en sus barrios, en las calles y en los medios de comunicación
de su país. Nosotros los cristianos, sabemos que esas manos clavadas se
extenderán para perdonar. Sabemos que esos pies, clavados al cadalso,
andarán de nuevo por nuestras calles y reemprenderán los caminos
de la reconciliación y la paz. Nosotros sabemos que del pecho de los
encarcelados y de los perseguidos, de los calumniados y vilipendiados,
traspasado por la lanza de los odios y de la violencia, solamente podrá
salir la redención de las víctimas y de los victimarios, el perdón
de los crucificados y de sus verdugos. "Padre, perdónales porque no
saben lo que hacen". He aquí la actitud ante tanto absurdo y tanto
odio. Perdón, perdón, y perdón. Nunca más la
venganza y la violencia. Nunca más la revancha y el rencor. Cuba necesita
que del pecho traspasado de sus hijos e hijas, salga por fin la "sangre
redentora" que reconcilia y ama y "el agua purificadora" que
reconstruya y edifique una civilización de la verdad y del amor.
B: Oremos, por todos los que sufren, para que su corazón no se
envenene con el rencor, para que sus manos no se crispen con el odio, para que
sus pies no se detengan con el desconcierto y la desconfianza. Roguemos para que
de los clavos del sufrimiento florezcan retoños de la reconciliación
y de la vida nueva. Que María, la madre de la reconciliación nos
acompañe.
Dios te salve María....
Canto:
A: Décimo segunda Estación: JESÚS MUERE PARA SALVARNOS.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Jesús ha consumado su vida y su obra. La muerte ha venido a
convertir su fracaso en victoria, su dolor en entrega. La cruz en altar. "Nadie
tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". Cristo ha sellado
su amor universal y su proyecto de redención con la entrega generosa y
voluntaria de su vida. Los poderosos pensaban que le castigaban, que le
arrebataban su vida, que le conducían a la muerte. Pero Jesús dice
claramente "Nadie me quita la vida, yo la entrego voluntariamente (Jn.
). De modo que todo lo que hizo y dijo, lo hizo y lo dijo libre y
responsablemente. Las estructuras de injusticia que lo juzgaron y lo condenaron
a muerte reaccionaron ante la propuesta de vida y de plenitud de Cristo.
A: Así es también nuestro mundo de hoy. Ante la cultura de la
vida, los que tienen el poder reaccionan con la cultura de la muerte. El camino
pacífico se intenta cerrar con la violencia. La pena de muerte se
considera todavía en el siglo XXI como un remedio para mejorar la
sociedad. Hasta este tiempo ha llegado el absurdo del poder de los hombres que
se creen dueños de la vida y de la muerte. Es hora ya de que la
mentalidad cambie. Que la cultura de la vida triunfe sobre los gestores de la
muerte. Y en otro sentido, Jesús también nos enseña que la
muerte como consecuencia del buen obrar, es decir, la pasión y la muerte
del inocente tienen, en sí mismas, un valor redentor y salvador.
B: Oremos por cuantos han sido condenados a muerte, por cuantos, como Jesús,
han sido ejecutados injustamente. Elevemos nuestra oración perseverante
para que cese la cultura de la muerte y se cultive la cultura de la vida. Oremos
para que la pena de muerte sea abolida de las leyes y de la mentalidad de los
pueblos. Oremos en fin, para que el sacrificio de los que han sido privados de
sus vidas se convierta en ofrenda redentora para la salvación de todos
los hombres y de todos los pueblos.
Padre nuestro....
Canto:
A: Décimo tercera Estación: JESÚS MUERTO EN BRAZOS DE
SU MADRE.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Manos amigas se encargan de recoger el cadáver de Jesús.
Allí, firme y serena, traspasada de dolor pero con los brazos abiertos y
el corazón en paz, está la madre. María ha hecho todo el Vía
Crucis de su hijo. Ha sido fuerte y ha llegado hasta el fin para cumplir su
misión hasta el extremo. En sus brazos amorosos recoge el cuerpo exánime
de Jesús. Ella asume en ese momento la totalidad de su misión.
Hasta entonces es la madre de Jesús, ahora ha perdido a su único
hijo pero este le ha entregado a la humanidad entera como hijos e hijas. Ella
era la sierva que cumplía la Palabra de Dios ahora es la corredentora de
Cristo porque ha aceptado, vivido y ofrecido en paz, su dolor como ofrenda para
la redención de cuantos lloran en este valle de lágrimas.
A: María es ejemplo para todos nosotros. Su itinerario es camino
seguro de salvación. Es el más sencillo y trascendente proyecto de
vida: Hacer la voluntad de Dios, servir a los que lo necesiten, acompañar
a Jesús en sus signos de salvación, acompañarlo en el
camino del Calvario, permanecer fiel al pie de la cruz, recibir de pie la
maternidad del mundo entero, cobijar entre sus manos el cuerpo de sus hijos que
mueren y orar sin desfallecer con los apóstoles de su Hijo. En esta hora
difícil para Cuba acudamos confiadamente a la compañía y a
la intercesión de nuestra Madre, la Virgen, que en Cuba se llama Caridad.
B: Oremos por todos los cubanos y cubanas que han perdido a sus hijos y que
han sufrido con ellos el Vía Crucis de su pasión y de su cruz.
Oremos por cuantos, como María, se han mantenido fieles en las duras y en
las maduras, sin desfallecer hasta el final. Oremos por cuantos han abierto
generosamente sus brazos y sus casas para recoger a sus hermanos y hermanas,
crucificados por la injusticia o muertos de miedo o de desesperanza. Oremos
porque la piedad jamás abandone el corazón de Cuba y de cada
cubano. Que para ello vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos, la Virgen
Madre de Dios.
Dios Te salve Reina y Madre de misericordia...
Canto: Virgen mambisa.
A: Décimo cuarta Estación: JESÚS ES DEPOSITADO EN EL
SEPULCRO EN ESPERA DE LA RESURRECCIÓN.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Todos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
B: Es la última estación del Vía Crucis. Es la estación
de la esperanza. Es la estación de la fe en la resurrección aún
cuando lo que se ve es la puerta de una tumba bloqueada por una piedra
aparentemente inamovible. Sin embargo, aquella será la señal y la
prueba de la resurrección en la mañana del domingo. El sepulcro
vacío, la piedra corrida, las vendas que lo ataban por el suelo. Ha
resucitado, verdaderamente, y camina delante de nosotros. Este es el anuncio del
amanecer.
A: Cuba vive al borde de esta estación. Entre el sepulcro y la vida.
Entre la cruz y la resurrección que no ha llegado. Cuba vive con la
puerta cerrada y las piedras de nuestras intolerancias y del inmovilismo de los
poderosos, cerrando las puertas a la pascua pacífica, al cambio
necesario. Pero esas piedras, aparentemente inamovibles, serán removidas
ante la vista azorada de los mismos guardias que la custodiaban como la puerta
de la muerte. Al salir el sol, aquella puerta se convierte en puerta de la vida.
Así será en Cuba, lo creemos y lo esperamos. Las puertas de la
represión y de la muerte que hoy se cierran sobre nuestra Patria, se
abrirán al amanecer y saldrán por ella la vida nueva, la vida
resucitada y redimida de nuestro sufrido pueblo. La última estación
es la del sepulcro, pero la última palabra será la de la Vida.
Precisamente porque este sepulcro que recibió el cuerpo sagrado de
Cristo, fue el primer testigo de su resurrección. Levantemos la vista y
veremos que, por encima de los sufrimientos que hoy vivimos, se alza, triunfante
y victoriosa, la Vida. Cuba vivirá al fin, libre y serena, una vida
nueva. Cuba vivirá en la justicia y la verdad. Cuba vivirá en paz.
Así será, porque el sepulcro de Cristo está vacío.
B: Oremos, queridos hermanos, para que la Pascua de Cristo sea nuestra
Pascua. Oremos para que su pasión dé sentido a la pasión de
nuestro pueblo. Roguemos para que su muerte redima nuestras muertes y para que
su Madre sea nuestra Madre y nos acompañe en las alegrías y en las
penas, en la salud y en la enfermedad, en la cruz y en la resurrección.
Oremos en fin para que nuestra fe nunca desfallezca y para que podamos proclamar
a nuestros hermanos que creemos que Cristo, ha resucitado y su reino no tendrá
fin. Amén.
(La cruz y los ciriales se colocan en el centro del presbiterio)
Oración final: OH DIOS, QUE POR LA PASIÓN, MUERTE Y
RESURRECCIÓN DE TU HIJO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, HAS
REDIMIDO A LA HUMANIDAD ENTERA, ESCUCHA NUESTRA PLEGARIA, PARA QUE
CUANTOS CONMEMORAMOS HOY EL SACRIFICIO DE SU CRUZ PODAMOS GOZAR
ETERNAMENTE DE LA GLORIA DE SU VIDA NUEVA. ATIENDE LAS SUPLICAS DE
TUS HIJOS Y HAZ QUE CUBA PASE DE LA CRUZ A LA LUZ DE UNA VIDA EN
LIBERTAD, VERDAD, JUSTICIA Y PAZ. TE LO PEDIMOS POR EL MISMO
JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR. AMÉN.
El sacerdote, si está presente, termina con la Bendición. |