Publicado en
Cuba Católica, el
11 de marzo de 2003.
La inusual y abundante información aparecida en los medios masivos de
comunicación social de Cuba el pasado fin de semana con motivo de la
apertura de un convento de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida
y los interrogantes que ha generado, requieren al menos algunas aclaraciones:
1. La Iglesia en Cuba necesita grandemente incrementar el número de
personas consagradas a la misión evangelizadora. La Abadesa General de la
Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, deseando que la
Orden se hiciera presente en Cuba, obtuvo el beneplácito del Santo Padre
Juan Pablo II para este propósito y la aceptación personal del
Presidente Fidel Castro en una carta del mismo a su Santidad mediante gestiones
relacionadas con personalidades eclesiásticas, empresariales y políticas
de México. La Abadesa solicitó luego al Sr. Cardenal Arzobispo de
la Habana Jaime Ortega la aprobación canónica para poder fundar en
esta Arquidiócesis, la cual después de las diligencias pertinentes
del caso le fue concedida.
2. Todo lo referente a la ubicación, ejecución constructiva y
reparación de los locales del convento y de la hospedería así
como los actos de inauguración y bendición y los otros eventos
relacionados con esta instalación de las religiosas de Santa Brígida
en la Habana, corrieron a cargo de la Abadesa, sus colaboradores mexicanos y las
autoridades del Gobierno cubano. La Iglesia Católica que está en
Cuba no tuvo participación alguna en esos acontecimientos ni en su
preparación ni coordinación. En ellos no estuvo presente el
Cardenal Jaime Ortega ni ningún Obispo de Cuba, así como no hubo
ningún eclesiástico designado para representar oficialmente allí
la Arquidiócesis de la Habana ni a la Iglesia Cubana.
3. La acogida de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida
por parte de la Arquidiócesis habanera tuvo lugar en horas de la mañana
del día 8 de marzo en la SMI Catedral de la Habana; pero esto no fue dado
a conocer por los medios de comunicación de Cuba. Allí, en
presencia de una numerosa representación de las religiosas y de algunos
religiosos de las diversas Congregaciones y Ordenes que trabajan en la Habana,
de representantes del clero habanero y de un buen número de fieles de la
Arquidiócesis, el Emmo. Sr. Cardenal Ortega, Arzobispo de la Habana les
dio una afectuosa y cordial bienvenida. Presidió la Eucaristía el
Emmo. Sr. Cardenal Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los pueblos, invitado por la Abadesa General de la
Orden para esta ocasión con la aceptación del Santo Padre Juan
Pablo II. Allí se dio lectura al mensaje de saludo que enviara el Papa al
Cardenal Ortega y al pueblo de Cuba con motivo de estas celebraciones. Estaba
presente el Emmo. Sr. Cardenal Juan Sandoval, Arzobispo de Guadalajara,
vinculado a la parte mexicana implicada en estos eventos, así como un
cierto número de personas relacionadas con la Orden de diversos países,
predominantemente mexicanos.
4. Con respecto a las cosas insólitas vistas, oídas o leídas
en los medios de comunicación es necesario saber distinguir claramente la
persona del Santo Padre Juan Pablo II a quien todos vimos y oímos
personalmente durante su inolvidable visita pastoral a nuestra patria, con su
proceder evangélico caracterizado por la dignidad, el respeto, la
serenidad y la moderación que le son habituales y no vincular al mismo
con los excesos en las palabras y en los gestos que hemos constatado en estos
actos por parte de algunas personalidades de la Iglesia como resultado de la
improvisación y del talante personal de cada uno.
5. La Iglesia en Cuba ha solicitado desde hace mucho tiempo la autorización
del Gobierno para la entrada de algo más de 15 congregaciones religiosas
católicas que desean venir a trabajar aquí, así como varios
sacerdotes, también numerosas religiosas de congregaciones ya presentes
en nuestra patria esperan por tal permiso de entrada que no ha sido otorgado. Es
deseo del Santo Padre Juan Pablo II que también estas solicitudes
encuentren una respuesta positiva, como lo ha expresado en sus mensajes a la
Iglesia, al Gobierno y al pueblo de Cuba.
La Habana, 11de Marzo del 2003 COCC
Conferencia
De Obispos Católicos de Cuba
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