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Por si vuelven los apagones

Luis Cino

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Según Marino Murillo, Ministro de Economía y Planificación, durante los primeros cuatro meses de este año el gasto de petróleo se sobregiró en 40 mil toneladas más de lo planificado. Para mantener ese consumo de electricidad habría que importar 225 mil toneladas adicionales de combustible y Cuba no puede importarlas porque han decrecido los ingresos por concepto del turismo, el PIB crecerá 4 puntos % menos de lo previsto, y producto de la crisis económica mundial, se hará cada vez más difícil obtener créditos internacionales. 

Por tanto, las autoridades del gobierno y el Partido Comunista (que son casi la misma cosa) andan por el país advirtiendo que si no se ahorra petróleo, volverán los apagones programados como aquellos de los peores momentos del Período Especial. 

Como luego de medio siglo la experiencia nos indica que, excepto en el caso de la invasión yanqui, cuando los mandamases advierten que puede venir un peligro, es porque ya lo tenemos encima, no es aventurado afirmar que los apagones están de vuelta.  

Es para preocuparse, no sólo por las tantas incomodidades (otras más), que nos acarrearán. Quienes más preocupados debían estar son los mandamases. Los cubanos nos hicimos ilusiones de mejorar nuestras vidas con los sucesores del Comandante. Las expectativas no se cumplieron. Más bien, en muchos sentidos, la situación empeoró. 50 años de miseria y desesperanza es demasiado tiempo. El regreso de los apagones puede ser la gota que colme la copa de los sinsabores. 

Los jefazos, si tienen buena memoria, deben recordar, a inicios de los años 90, los insultos contra el Comandante que gritaba la gente cuando cortaban la luz. Los letreros que aparecían pintados (aún aparecen) en los muros. Las vidrieras rotas a pedradas. Las botellas que lanzaban en la oscuridad desconocidos que la policía casi nunca lograba atrapar. 


Puede que los años del Período Especial nos hayan  agotado definitivamente la paciencia. La sucesión inmovilista y retranquera está a punto de agotarnos las últimas esperanzas de que queden rastros de cordura por el Palacio de la Revolución y el Politburó. Si vuelven los apagones, además de aumentar los delitos, temo que vuelvan los gritos contra el gobierno, las pedradas y los botellazos. Esta vez, la intifada puede ser mucho peor que la de los 90. Condiciones hay para que así sea. 

OK, ahorremos petróleo, es lo más conveniente para todos con tal de evitar los apagones. Pero me temo que no valdrá de mucho, porque de cualquier modo y con la crisis económica mundial, los apagones parece que nos caerán como el martillo a los clavos.  

Pero si estuviera en los zapatos de marca de los jefazos, haría lo indecible y lo pensaría dos, tres o todas las veces que fuera necesario, antes de empezar a programar los apagones con que nos amenazan, por no haber sabido (o podido) ahorrar con las dichosas hornillas chinas. Luego no digan que no estaban advertidos.