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Empeora el transporte

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - La militarización de casi todas las áreas de la economía cubana, en especial el sector del transporte, está dando resultados; aunque no los esperados por el gobierno. Los ciudadanos, especialmente en la capital, se quejan y vaticinan un Waterloo para el plan de recuperación del transporte público iniciado hace menos de dos años.

Choferes, mecánicos y viajeros lamentan el deterioro de los ómnibus chinos, comprados recientemente para aliviar el problema del transporte urbano. El transporte público, a la par de la crisis habitacional, ha sido uno de los grandes problemas que han asolado al país desde 1959, agudizados en la década de los años 90 del pasado siglo. Hasta hace unos meses parecía que el transporte se había recuperado significativamente.

Actualmente, funcionarios del gobierno han emprendido una proyecto encaminado a dotar a cada ómnibus de transporte público con un sistema GPS, con el cual se controlarían su movimiento desde un puesto de mando; hasta se ha implementado un plan de prueba en la ruta P-7. La colocación de este sistema en los taxis de recaudación de divisas a finales de los 90, resultó un fracaso y su uso tuvo que ser abandonado porque los mismos trabajadores saboteaban las antenas receptoras cubriéndolas con latas de refresco vacías, o simplemente tronchaban los cables con las puertas; en esa ocasión el despilfarro de recursos monetarios fue notable.

En contradicción con los anteriores gastos, un amplio y creciente lote de los nuevos buses está ya fuera de circulación por falta de neumáticos y piezas de repuesto. Muchos ómnibus circulan con gomas remendadas, lo que resulta peligroso porque estamos en período veraniego, lo cual hace que el pavimento se caliente  y que las lluvias de la tarde tornen resbaladizas las calles.

Como otra de las cotidianas historias surrealistas de nuestro país, recientemente, a la terminal de Palatino arribaron gomas de fabricación rusa para los ómnibus, con el inconveniente de que las medidas de las mismas no son compatibles con los vehículos para las que fueron adquiridas. 

Para rematar, las autoridades han incrementado el asedió a los transportistas privados, y la carencia de boteros (taxis de ruta fija en moneda nacional) ya se hace notar en las calles, debido al temor de estos trabajadores de que les sean decomisados sus vehículos.