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El indomable

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Cada vez que veo a Didier me acuerdo del Paul Newman en La leyenda del indomable. El joven cubano es trigueño, delgado y narizón, pero evoca al personaje de Hollywood por la astucia y la voluntad al escapar de las prisiones mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio en el regimiento antiaéreo que colinda con la prisión Combinado del Este, donde lo conocí en 1999 al visitar a mi hijo, retenido por “faltarle el respeto al Jefe de Estado Mayor”.

Didier era una leyenda entre los soldados y oficiales, algunos de los cuales fueron sancionados por su culpa. El político no sabía qué hacer con él y el coronel extremaba las medidas para conducirlo a juicio por evasión continua y trasladarlo al penal. No imaginaban que al final nuestro Papillón sería más sutil que ellos.

Inicialmente fue soldado del cuerpo de seguridad de la Unidad militar 2369, fusionada con la 1700, ubicada en Santa María del Rosario, al sudeste de Ciudad de La Habana, donde dicen que robaba gasolina antes de ir al calabozo por primera vez. Escapó cuando un guardia abrió la reja para darle la comida. Corrió como un venado y se internó en un bosque cercano.

Fue capturado por el cuerpo de prevención de las Fuerzas Armadas y conducido al cuartel de Reloj Club, municipio Boyeros. Allí se rebeló contra los abusos que se cometían. Volvió a fugarse durante el traslado a su unidad, aunque iba en calzoncillos y con las manos atadas a la espalda. Se tiró de la camioneta en una intercepción y corrió hasta la casa de un campesino a quien le contó que fue asaltado y despojado de sus bienes.

Al mes siguiente lo apresaron otra vez y lo condujeron al Centro de Entrenamiento Intensivo de Managua, prisión militar provisional en la que obligan a los reclusos a hacer ejercicios con fusil, casco y botas antes de ser juzgados. De esta también escapó de forma espectacular, pero lo sorprendieron en la casa de la novia, que lo visitaba cada día en el calabozo de su unidad, de donde logró fugarse a través de un hueco hecho con cabillas en la pared, por lo cual castigaron al resto de los detenidos y el mando ordenó un ejercicio demostrativo con el soldado más flaco del regimiento.

Al terminar los dos años de servicio militar, Didier no había cumplido ni tres meses con sus deberes de soldado. Mientras esperaba para ser trasladado a la prisión de Ganuza, coincidió en una celda con un chico operado de apendicitis. Inmediatamente empezó a fingir la enfermedad y convenció a los médicos de que lo examinaron. Fue operado en el Hospital Naval. Por su convalecencia y osadía le dieron la baja.

A diferencia del mago Houdine, rey de las fugas, Didier no murió de apendicitis. Cambió esa porción de su cuerpo por la libertad. Nuestro indomable contrasta con el personaje de Paul Newman, quien muere al final del filme.