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Oposición y primero de mayo

Rafael Ferro Salas

PINAR DEL RÍO, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Asumiendo el dicho de que, “soñar no cuesta nada”, en medio de las cotidianas dificultades, uno de vez en cuando decide hacerlo. Una de las cosas que no pueden impedirle a un ser humano es soñar. 

Entonces uno se suelta y ve los días de cambio que vendrán (confiando siempre en el general Calendario), y entre imágenes oníricas saltan de  alegría, y en colores, todos los marginados que piensan diferente a como lo hacen los que por ahora mandan. Cuando uno sueña abandona el síndrome de Penélope, deja de tejer y destejer, renuncia a la interminable espera. 

Saltos y música de la buena por doquier y hasta desfiles de efemérides, con primero de mayo incluido para el que quiera celebrarlo y desfilar. Nada de obligaciones y suspensiones de estímulos laborales para el que no se incorpore al bloque destinado, alguno representando a su clase u organización independiente que, para ese tiempo y en mi sueño las habrá de sobra, con sociedad civil conformada y todo. 

Desde un edificio alto como las estrellas, veo pasar exhibiendo todo el colorido de hombres libres al bloque de la oposición, encabezado por las Damas de Blanco. Le sigue el de los que un día fueron presos políticos, y en ese orden después todos los que representan a las organizaciones y partidos de la oposición al gobierno de turno, que para ese tiempo ya habrá dejado fuera de plantilla y por decreto presidencial, a la policía política. 

Quien lea esto puede pensar que uno tiene sueños de loco, pero son tan pocos los que logran en este mundo la empatía del sueño y la cordura que, me viene a la memoria entre tanto y tanto sueño sin pesadillas, la frase del Beatle mayor: “Dirán que soy un soñador, pero no soy el único, y (agrego yo) mucho menos el único loco que sigue soñando en este mundo. 

Así y todo, sigo mirando a lo largo y ancho de la calle principal de mi ciudad el desfile soñado y aplaudo hasta el cansancio cuando pasan en marcha cerrada y compacta todos los balseros, portando fotos de los ahogados con nombres de perdidos en el mar de la separación y la esperanza.  

Será un lindo país ese que sueño, tan bello y normal para su gente como otro cualquiera de los que ahora existen en la realidad. 

Finalizando el desfile, debaten, comparten y hasta discuten de manera pacífica y conciliadora todos los participantes, incluyendo contrarios de ayer, rojos, azules, negros, verdes de la ecología, bien diferente a otro verde que entristece la memoria hasta en los sueños, y puedo ver que en medio de tanta paz y prosperidad no existen ya las clases antagónicas, las del odio y la agresión contra el pensamiento opuesto. 

En ese mundo de sueños, oposición no será una palabra maldita, mucho menos perseguida hasta el cansancio; las primaveras serán verdes en la patria y el color negro  enarbolado solamente para recordar a los que dieron todo por lograr lo que yo estoy soñando; los mismos que nos enseñaron que la oposición misma fue, es y será siempre una opción necesaria, gobierne quien gobierne. 

“Soñar no cuesta nada”, la frase que tomé para iniciar este artículo,  se empeña en galopar a diario con la imaginación para colocar en orden la palabra escrita sobre el papel; gracias a dios, y a la palabra misma. Los que leen lo que escribo pierden poco a poco el escepticismo y me comprenden. Amigos míos, soñar no puede costar nada, pues la vida misma es puro sueño y eso nadie puede quitárnoslo. Dios no les concedió un permiso a los malvados para ello.