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Las reeducadoras Dania Virgen García LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El 7 de junio el periódico Trabajadores publicó un artículo titulado Con sexto sentido. La periodista Vivian Bustamante entrevistó a las suboficiales Yuslaidy Vera y Yunieska, dos educadoras de la prisión de mujeres Manto Negro, que pusieron como única condición para dejarse entrevistar y fotografiar que las dejaran retocarse el peinado. La periodista, que quiso hacer “oídos sordos a referencias callejeras” (¿ex-reclusas, periodistas independientes?) y al mundo sórdido que muestran las películas americanas, faltó poco para que inventara una cárcel donde las hadas madrinas y las princesas son las reeducadoras. Según Yuslaidy y Yunieska, las reclusas confían en ellas y les cuentan sus problemas. Hasta las extrañan cuando están de vacaciones. Las educadoras dicen que se ocupan de elevar el nivel cultural de las presas, que mantengan buenas relaciones con sus padres, hijos y esposos, y hasta tratan de que abandonen el hábito de fumar. ¡Qué romántico! ¡Que linda y conmovedora entrevista!, pero nunca vi tales cosas en Manto Negro. ¿Habré pasado dos semanas en una cárcel fantasma? No, porque conocí allí a las suboficiales Yunieska y Yuslaidy. Nunca conversé con ellas, pero las escuché hablar y sé cómo se expresaban ante las reclusas, despóticas y mal habladas como casi todas las guardias de la prisión. Aunque las había peores: Yunieska y Yuslaidy no son como las describe la periodista. A ellas, como a la mayoría de las militares del penal, no les interesa ningún problema de las presas; cuando se ocupan de algo lo hacen de mala gana. En Manto Negro (el nombre lo dice todo) nadie se preocupa de elevar el nivel cultural de las reclusas ni de ocuparlas en actividades recreativas. Lo único que aprendes, desde que entras, es a decir palabrotas y a fajarte. Sobre la afirmación de que las educadoras se ocupan de que las presas mantengan los vínculos con sus hijos, habría que escuchar la opinión de Beatriz Suárez, Miriam Rondón y María la abogada, tres presas del destacamento 12, separadas de sus niños, algunos de ellos enfermos. Después que salí de la cárcel, mis nervios no se han recuperarse, a pesar de que sólo estuve quince días. ¿Cómo será con las mujeres que llevan más tiempo en las manos de las dulces reeducadoras? ¿Hasta cuándo seguirá mintiendo el gobierno y su prensa acerca de las condiciones de vida en las cárceles? dania.zuzy@gmail.com |