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Abracadabra, puedes salir de Cuba

Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet) - ¡Ábrete Sésamo! ¡Mira la tarjeta blanca! La llave en Cuba es ese permiso de salida, un cartón blanco entregado a conveniencia por el gobierno a cada ciudadano que lo solicite, cuando los rehenes son canjeados para pagar favores de dignatarios, impresionar a la opinión pública internacional, o sacar la presión social poco a poco para que no explote la caldera.

El tormento de la Dra. Hilda Molina durante 15 años para unirse a su familia en Argentina cesó el 13 de junio, cuando recibió el permiso correspondiente. Había cometido el delito de expresar criterios organizativos en el instituto de investigaciones que dirigía. Hasta entonces, integraba la élite de científicos escogidos por Fidel Castro, que son gratificados con medallas, altos niveles  en el Partido Comunista y la diputación en la Asamblea Nacional del Poder Popular. 

La lealtad incondicional se  reconoce con la posibilidad de encabezar delegaciones a eventos en el extranjero u organizarlos en Cuba, realizar estudios en centros de prestigio internacional e intercambiar experiencias con renombrados especialistas en operaciones y experimentos en la Isla. Pero la varita mágica hacia el encierro en el hogar y la campaña de descrédito político y moral puede ser  una opinión o una amistad.

Posiblemente esas valiosas personas hayan preparado especialistas calificados, y hasta les transmitieran sus técnicas y planes. Pero se les convierte en no personas, castigadas con la frustración diaria de saber que ya no podrán salvar o mejorar la calidad de vida de muchísimos seres humanos, que pierden sus habilidades cuando los conocimientos no están actualizados. 

Al pequeño y modesto apartamento de la Dra. Hilda Molina no llegaba Internet. Posiblemente otros defenestrados hayan quedado con residencias adecuadas y auto, mínimas comodidades que no compensan el valor de sus antiguos servicios ni el cercenamiento por tiempo indefinido de sus potencialidades.

El escape desenfrenado de cubanos para sentirse libres, creativos y forjadores del futuro propio y de sus familias se intensifica cuando la crisis política, mortal, económica y social es la más profunda de la historia de Cuba. Han habido oleadas de cientos de miles tratando de llegar a las costas de Florida, pero éxodos masivos serían muy peligrosos para las autoridades cubanas actualmente, pues Estados Unidos lo consideraría una agresión a su seguridad nacional. Posiblemente esa eventualidad haya aconsejado la realización de conversaciones entre los dos gobiernos en el tema migratorio, próximamente. 

Entre los casos notorios recientes está el excelente y popular actor Jorge Alí, quien sorprendentemente fue autorizado para viajar a Miami dentro del marco de la reunificación familiar. Su tarjeta blanca es bastante insólita, y parece responder a la evaluación por las autoridades de las repercusiones en el sector cultural extranjero de habérsela negado. La versatilidad de Alí va desde el programa cómico Punto G, que inexplicablemente dejó de existir en la tele, hasta su papel de Coronel del Ministerio del Interior en los programas recientes, para exaltar la eficiencia de este órgano y amedrentar a los cubanos.  Por cierto, que se van quedando sin actores y actrices de primera categoría para hacerlos, pues ya antes muchos habían cruzado el mar, o en el terruño han realizado formidables cortos en video que, con responsable hilaridad, descuartizan las absurdas prohibiciones, la descreída propaganda y la represión.

Resulta terrible que cubanos talentosos tengan que marcharse. La anciana madre de la Dra. Hilda Molina también fue rehén, y sólo logró la tarjeta blanca cuando estaba muy enferma. Ahora llevaba 15 días ingresada en un hospital. Quizás el gobierno cubano no quiso afrontar el escándalo de que falleciera sin haber podido reencontrarse con su hija. Pero lo más probable es que deseara pagar el apoyo de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández para la incorporación a los mecanismos regionales como el Acuerdo de Río, la demanda de terminación del embargo norteamericano, el cese de la suspensión en la OEA, y sobre todo contribuir con votos a la candidatura a diputado por Buenos Aires del ex presidente en las próximas elecciones.

Casualmente, el 15 de junio la Unión Europea se reunía para analizar su política hacia el gobierno de Cuba. La suspicacia lleva a pensar que la libertad a la científica haya sido también una maniobra de retribución a instituciones y personalidades de buena fe, como el Cardenal Bertone, y representantes gubernamentales, como Moratinos, quizás con sospechosos intereses económicos. Era un gesto para tratar de demostrar que se hacen cambios en materia de derechos humanos. Nada más alejado de la realidad. Además, fue muy poco y llegó muy tarde para influir en la decisión de la UE.

Compartirnos la alegría por la restitución de un derecho a la Dra. Molina, que nunca debió haber sido conculcado. Al fin pudo conocer a sus nietos y encontrar tranquilidad y el cariño de su hijo y nuera. Ahora será provechoso que se tome tiempo para actualizarse en su digna profesión, a fin de contribuir en el país que la acoge, y en el nuestro, en un futuro no lejano.