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¡Hágase la luz!

Rafael Ferro Salas

PINAR DEL RÍO, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Llegó a mi casa el cobrador del servicio eléctrico. Hice el pago y el hombre me entregó el recibo. Un amigo, de visita en casa, comentó:

-Estamos pagando por algo que nos están quitando ya.

-Te refieres a la luz ¿no?

Mi amigo asintió.

-Ayer mismo dijeron que el sector residencial no sería afectado. Ya ves, hace cuatro horas que no hay corriente en todo el reparto. A lo mejor lo consideran sector estatal –dijo sonriendo.

Tiene razón. Desde hace un buen rato hemos perdido el derecho de privacidad y nos han convertido en instrumentos del Estado. Sucede así cuando no cuentan con uno para nada bueno, y sin embargo, te ponen siempre en la lista para recibir lo peor.

Por los medios de comunicación se ha anunciado en varias ocasiones que el país ha sobrepasado el consumo de petróleo permisible. Se explica a la población que de seguir esa tendencia no quedará otra alternativa que cortar la energía eléctrica, en el sector estatal como en el residencial.

Considerando que la mayoría de los hogares tienen aparatos eléctricos para cocinar, por iniciativa del Estado, se puede asegurar que este verano no será nada apacible.

Los que mandan, sin tenernos en cuenta, desarrollaron lo que llamaron una revolución energética, y decidieron por nosotros que teníamos que cocinar con electricidad; ahora sacan sus numeritos y en el ojo de la crisis hacen planes para cortarnos el agua y la luz. Deshojamos entonces la margarita en la penumbra perpetua para gritar en silencio y a una voz: ¡No nos quieran tanto, señores!

Mi intención no es agobiar al lector con las angustias cotidianas que cargamos los cubanos; se trata de mostrar el rostro de Cuba que, desde las sombras impuestas, intenta ocultar el gobierno.