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¿Cuba sin jóvenes?

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Aunque se conocía  la existencia de un proceso masivo de emigración de los  jóvenes  de las áreas agrícolas, en busca de progreso, no deja de impactar que solamente 19 964 integran el sector cooperativo y campesino de Cuba, un 6,0% del total de sus trabajadores, según el artículo ¿Quién va a trabajar la tierra?, publicado por el periódico Juventud Rebelde el 20 de mayo.

Las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) y las Cooperativas de Producción Agropecuaria(CPA) componen ese sector, que a pesar de contar con menos tierras y recursos, y tener el obstáculo de innumerables restricciones y prohibiciones, obtienen más del 60,0% de la producción agropecuaria nacional y, en algunas provincias, como la tabacalera Pinar del Río, sobrepasan con creces el 80,0%. 

Las CCS agrupan a los campesinos individuales y se supone que en el marco de esa organización y de acuerdo a los mecanismos establecidos reciben los créditos  y los recursos necesarios, aunque en realidad tienen que obtener la mayoría de estos últimos  en el mercado negro a altos precios. Sin lugar a dudas, los agricultores agrupados en las CCS y los pocos propietarios independientes constituyen el grupo más productivo  y son quienes tienen menos áreas ociosas actualmente.

En cuanto a las CPA, fueron creadas principalmente por la unión de las tierras de campesinos individuales, que bajo los cantos de sirenas de la “cooperativización socialista” se juntaron para producir mancomunadamente.  En la práctica bajo el dogal del Estado, han devenido meras empresas con todos los problemas de las organizaciones que administra el gobierno: ineficiencia, pérdidas económicas e irracionalidad, lo cual ha conducido al empobrecimiento de estas unidades y su paulatina desaparición.  Hasta las estadísticas oficiales disponibles reflejan que si en 1990 había 1305  CPA con 838,9 miles de hectáreas, y 61 963 cooperativistas, al cierre del 2006 eran 1 102 unidades con  691,0 miles de hectáreas y 52 270 asociados, y la tendencia es seguir disminuyendo. 

La población rural cubana se ha reducido notablemente. De acuerdo al censo de 1953 constituía el 43,0% de la población total de Cuba.  Hoy sólo representa el 24,0 %, lo que es el resultado del desarraigo del hombre a la tierra y de la falta de posibilidades para los jóvenes que la agricultura brinda actualmente, donde el latifundio privado con su cierta injusticia fue sustituido por el latifundio estatal, todavía más injusto e ineficiente.  Esto ha provocado la fuga masiva hacia las ciudades y el extranjero.  Como demuestra el dato brindado ahora por Juventud Rebelde, el problema es  grave, con una clara tendencia al empeoramiento, creándose una estructura  etaria  muy desfavorable para el desarrollo de la producción agropecuaria, sumida desde hace años en una profunda crisis.  

En realidad, la difícil situación demográfica en las áreas rurales también está presente en toda la sociedad cubana. En 2008 por tercer año consecutivo se redujo la población total del país, debido a la disminución de la tasa de natalidad y la tendencia de los cubanos a abandonar el país. Los nacimientos por mil habitantes se han reducido en un 70,0% con respecto a los niveles de los años 1960, y se acerca a la tasa general de mortalidad, dado que ésta aumenta por el proceso de envejecimiento existente.  El pasado año, la edad media fue de 37,94 años, mientras el 17,0% de la población tenía 60 y más años, y  emigraron 36 903 personas. Desde el 2000 han salido definitivamente del país 295 792 cubanos, de acuerdo a información brindada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). La minoración en términos absolutos de la población es un caso único en América Latina, de acuerdo a los datos publicados por CEPAL.

Esta situación es sumamente grave, pues sigue creciendo el porciento de la población dependiente, o sea entre 0 y 14 años, o mayores de 60 años,  en un país que además tiene la dificultad de poseer tasas de productividad muy bajas e imposibilitado por razones obvias de promover la inmigración de fuerza de trabajo  joven. Hay que agregar que al aumentar la cantidad de personas con 60 años o más en el total de la población (se estima un 21,6% en el 2020), los gastos en atención a la salud, pensiones y otros se elevan proporcionalmente.

La crisis demográfica es una manifestación más de la crisis general de la sociedad cubana.