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El agujero

Carlos  Ríos Otero

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Raúl Castro, el 26 de julio de 2007, dijo en Camagüey: "El pueblo podrá comentar libremente, democráticamente, todos los problemas que les afectan, para resolverlos”. Sería en asambleas tuteladas por el gobierno.

La cruzada culminó en el otoño de 2008. El pueblo tiene claro que se trató de una acción para liberar el lastre del descontento y la oposición que genera el ciudadano común, mediante esta catarsis colectiva, ideada por los tanques pensantes del régimen.

En las asambleas emplazaron a la cúpula vitalicia en la gestión de la administración. Los temas más usuales fueron: los servicios médicos, la vivienda, el abuso de poder, el salario en una moneda sin respaldo material, la burocracia, la corrupción.

Hubo quejas de que el poder central se ocupa en resolver los problemas de otros gobiernos, dejando el caos en la Isla. El modelo es una economía primitiva. Sobrevivimos subalimentados, incluso famélicos. Millones de hectáreas se consumen en barbecho. Se exigieron derechos civiles y políticos y poder viajar libremente. Se demandó a la geriatría guerrillera que dé paso a los jóvenes.

La élite, impresionada, mandó a parar tal cruzada y compiló el estado de opinión que ya conocía. Luego, lució en la TV y los medios el supuesto apoyo a Fidel, Raúl y la revolución. Entonces, para comentar los problemas, sólo quedó el agujero de los teatros.

En las tablas, desde el Aquelarre de 1998, se desataron obras como Manteca, donde se descubre la incapacidad del modelo social cubano. Sólo matando al animal a fin de año se resuelve el problema de la familia cubana. La gente capta el símil del cerdo.

En Ícaro, se eligen a héroes de la literatura infantil que tratan de escapar a como dé lugar. Se educa al “hombre nuevo”. La maestra les advierte que para no tener problemas existen palabras prohibidas: mierda, caballo y libertad.

Huevos, estrenada recientemente en la sala Llauradó, trata sobre la violencia de 1980, orientada por el gobierno contra los que partían hacia USA. Todas las obras con una tremenda carga dramática y de denuncia.

El humor es más mordaz. Se mencionan nombres como el del meteorólogo Rubiera, que infla ciclones monstruosos, cuando se trata de vientos plataneros, y le pagan en divisa, afirma el humorista; de Eusebio Leal, “acalde” de La Habana Vieja, su coto de caza, dice que adultera los precios y persigue a la ONG del tango.

En estos días, un “cómico” apareció en escena en un ataúd. Manifestó: estoy reflexionando…

Virulo y el profesor “Mente de pollo” atacan en el teatro “Mella”. Virulo recuerda que en la década de los años 80, llegaban todos los días mandatarios de África; también hoy desembarcan dignatarios del Caribe y África, y seguimos iguales. El profesor Mente dice:
"Somos los mejores del mundo y que vengan más ciclones, no hace falta ayuda, ¿pa’qué?". En su rutina dice que fue abordado para exigirle que no hable tanta mierda por la TV. Explica que le pagan y: “No soy yo sólo, muchos se pasan la vida hablando mierda en la TV".

A Virulo lo desterraron a México DF durante el "período especial", acusado de “joder”, junto a Zumbado y el Conjunto Nacional de Espectáculos, en el teatro Karl Marx. Lo dejan de nuevo “joder”, hoy con “Mente de pollo”, a quien amenazaron con suspenderle la licencia de humorista por criticar la sagrada emulación socialista (periódico Trabajadores febrero/09).

Recientemente reincorporaron a la radio al excomulgado cantautor Pedro Luis Ferrer. Un día, además de cantar, se le ocurrió aguantar la guitarra y exclamar: ¡Se cae!