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Habaneros al borde de un ataque de nervios

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – EL pasado jueves, 28 de mayo, los habaneros amanecieron en medio del caos. Apagones, tranques, elevadores paralizados, zonas inundadas, paraderos de guaguas repletos. La pesadilla no fue desencadenada por las amenazas del gobierno sobre los cortes de luz, como parte de la campaña de ahorro de petróleo, sino por los aguaceros que cayeron sobre la ciudad, típicos del mes de mayo, que anuncian el verano.

La lluvia desestabilizó el sistema de suministro de electricidad, a pesar de que fue recientemente reparado, como parte de la revolución energética que anunciara Fidel Castro en 2004.

Son cuantiosos los cables caídos, las explosiones de transformadores e interrupciones en las líneas conductoras que, supuestamente, estaban diseñadas para soportar las inclemencias del tiempo, y que deben desactivarse automáticamente para su auto preservación, sólo ante ráfagas sostenidas de vientos superiores a los 75 kilómetros por hora.

Debido a las abruptas fallas del fluido eléctrico, muchas familias lamentan la pérdida de equipos que, posiblemente, nunca les serán restituidos.

Otra consecuencia de los aguaceros fue el descalabro de la recién instalada red de semáforos, que provocó varios accidentes, como los ocurridos en las avenidas Carlos III y Belascoaín debido a que los semáforos, en ambas vías, se mantuvieron con la luz verde.


El túnel de calle Línea se inundó parcialmente, ya que las bombas de desagüe nunca se activaron, también por falta de electricidad. Este túnel y el de la  5ta. Ave., fueron reparados recientemente en tiempo record y de forma radical por tropas de las fuerzas armadas.

El plan de reformas capitales, implementado por el gobierno en el año 2004, incluyó la sustitución de gran parte del antiguo cableado de cobre por líneas de aluminio, nuevos postes, torres, poda de árboles, compra de equipos de control automatizado, la modernización de los centros reparadores de transformadores, el controvertido cambio de electrodomésticos, y la sustitución de bombillas por tecnologías menos consumidoras.


Para ejecutar las anteriores inversiones se realizó un estudio de factibilidad, por la que resulta sorprendente, y preocupante para los habaneros, que unos cuantos aguaceros y vientos moderados sean capaces de inutilizar el sistema eléctrico de la ciudad, especialmente ahora que está por comenzar la temporada ciclónica.