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La vida no es una guaracha Oscar Espinosa Chepe LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Un artículo que cita irónicamente la frase “Y todo eso con medio peso”, tomada de una guaracha, apareció el 21 de junio en el periódico Juventud Rebelde. El trabajo parte de las declaraciones del ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo, el viceministro Julio Vázquez Roque, así como de dos economistas del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Omar Everleny e Irán Marquetti. Los puntos de vista de esos funcionarios indican que el nivel de vida de los cubanos está bajo oscuras perspectivas, y lo peor estaría por llegar. El Sr. Murillo demuestra que además de los problemas existentes con la carencia de energía, la crisis también se manifestará en la falta de alimentos y otros artículos básicos para la población. Si las cifras del comportamiento de 2008 revelaban una caída del 4,4% del consumo privado en relación con el año anterior, parece que en 2009 la tendencia al deterioro del nivel de vida se profundizará. El ministro declaró: “En el plan de consumo que estamos diseñando en términos de alimentación, el estimado está en el orden las 3 mil 100 kilocalorías, cuando la recomendación diaria es de 2 mil 400. Pero con independencia de esta y otras garantías, inevitablemente se van a sentir las restricciones en el consumo”. Estas palabras no son nada tranquilizadoras, por cuanto no se dice si en la cifra de las prometidas kilocalorías se tuvo en cuenta lo que consumen los turistas, por lo que de ser así el consumo de los cubanos será mucho más bajo. Por otra parte, no se aclara qué pasará con el mermado consumo de proteína y grasas, en particular estas últimas que, debido al racionamiento sólo llegan a 230 gramos por personas al mes. Debe añadirse que en Cuba las diferencias en los ingresos son notables. El salario, como ha sido reconocido hasta por el Presidente Raúl Castro, es insuficiente para vivir, por lo que los ciudadanos dependen considerablemente de las remesas que reciben, o de ser políticamente confiables para laborar en el turismo o en las cada vez menos empresas y entidades extranjeras radicadas en el país, para acceder a las hoy imprescindibles divisas; estatus que no disfruta la mayoría de los cubanos. Lamentablemente, tanto las declaraciones de los funcionarios, como de ambos académicos consultados, sólo describen los peligrosos retos que afronta la economía cubana, y expresiones muy generales sobre la necesidad de aumentar las exportaciones, elevar la disciplina y la productividad del trabajo y otras cuestiones conocidas desde hace tiempo, pero no proponen soluciones concretas para enfrentar la crisis. Además, los académicos reiteran la manida justificación del embargo norteamericano, pasando por alto que Estados Unidos se está convirtiendo en el cuarto socio comercial de Cuba, y es el principal suministrador de alimentos, mientras constituye la principal fuente de remesas. Aunque esos economistas traten de negarlo, el verdadero problema en Cuba radica en un bloqueo de las fuerzas productivas internas por el mantenimiento de un sistema disfuncional y un gobierno totalitario obsesionado en mantener su poder absoluto, que demuestra en los hechos su irrespeto y desconsideración a los cubanos. Los incrementados sufrimientos que padecerá el pueblo, en modo alguno son cuestión de guarachas, sino asuntos muy serios. |