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Carta abierta de Rolando Rodríguez Lobaina al General de Ejército Raúl Castro Ruz Ciudad de Guantánamo General de Ejército Le escribo con la urgencia que requieren los hechos que narro en esta misiva como única función, no de la súplica del derecho, ni de la mendicidad del proscrito, sino de la responsabilidad que usted como máximo director de la nación ha de asumir ante el pueblo cubano y ante la historia. El 6 de enero mi hermano Néstor Rodríguez Lobaina y yo incineramos un ejemplar de la Constitución en el parque principal de la ciudad de Baracoa nombrado Cacique Hatuey en Guantánamo y dimos por abierta la campaña “Por el derecho a los derechos” que ilegitima la carta magna cubana. Luego de estas acciones que a los cubanos por las ansias libertarias, caminamos por una de las arterias de la ciudad gritando consignas no estimables por usted ni sus cuerpos represores. Ha sido una política de años. Nadie de la población respondió en contra de nuestra espontánea acción civilista a pesar de haber transitado alrededor de dos kilómetros. A las 12:42 PM, fuimos detenidos por una numerosa fuerza combinada de la Seguridad del Estado y el MININT, conducidos a la unidad policial ubicada en el barrio de la Punta. Allí permanecimos tres días. En nuestra estancia de encierro nos obligaron a despojarnos de una de las vestimentas que llevábamos encima. Había que escoger entre la camisa y el abrigo. Nos quedamos con el abrigo como cosa lógica de los tiempos invernales que atraviesa la Isla. Los detenidos por causas comunes recibieron en esos días provisiones de sus familiares. A nosotros se nos negó esa posibilidad, mostrando de esa forma el desprecio y el odio de las autoridades del municipio. Añado además que dormimos en cama de hormigón muy fría y que los colchones se nos daban a las 10 de la noche y se nos retiraban a las 5 de la madrugada, aún cuando está contraindicado a la salud humana. Le aseguro que pasamos un frío horrible. Una vez en las calles, nos llegó la información de la amenaza de muerte de que somos objetos ambos, en todos los centros de trabajo, el Partido y la Seguridad del Estado dieron la orden de apedrearnos y agredirnos con palos, si otro incidente de esa índole se daba lugar.. Fue aún más directo la amenaza de muerte realizada contra mi hermano Néstor de manera verbal por los oficiales de la Seguridad del Estado Herneidys Romero Matos y Diesel Castro Peregrin , los dos del propio municipio de Baracoa. La intimidación recae también sobre mis compañeros que comparten nuestros ideales. No le agotaré con lo que ha vivido mi familia a raíz de la postura disidente de mi hermano Néstor quien fundó una organización juvenil hace mas de 18 años denominada Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia, pero sí hago énfasis en el atentado de que fue objeto en la prisión Combinado de Guantánamo en el año 2001, con pruebas irrefutables, que implican a funcionarios de ese centro penal. A pesar de los reclamos a instancias del poder judicial cubano, nunca fueron llevados a un tribunal los responsables de ese acto genocida. En el verano de 2008, las autoridades militares en Baracoa organizaron un acto agresivo contra nuestro hogar que duró cuatro días. El inmueble sufrió daños producto de las piedras lanzadas y la fiscalía amparó estos gravísimos hechos que el pueblo en general no aplaudió. El 29 de diciembre del año pasado, una fuerza brutal de militares allanó la vivienda de la joven Caridad Caballero Batista en la provincia de Holguín y la emprendieron a golpes y patadas contra los que allí protagonizaban una protesta pacífica en solidaridad con reos políticos que reclaman mejores condiciones de vida en la prisión Kilo 8 de Camaguey y que llevan más de un mes en huelga de hambre. No ha sido una sola vez que la vivienda de Idania Yánez Contreras en Villa Clara ha sido agredida y hasta su hijo de ocho años ha recibido golpes por las turbas organizadas por múltiples militares al servicio de usted. Las barbaridades son múltiples y los reparos ningunos. No reportaré de los datos de golpizas que ocurren en las prisiones de Cuba. La necesidad de hacer pública esta carta se ampara en el riguroso mecanismo establecido en nuestro país para hacer de las quejas de este tipo algo superfluo. Créame que mi naturaleza aborrece la ventaja política y el show mediático Sean cualesquieran los ideales que se defienden, la razón humana de preservar la justicia justifica el derecho que exigimos ante su régimen y el mundo por la integridad de nuestras vidas y por la de todos nuestros compatriotas, y también por nuestra condición de rebeldes abogamos por el noble ideal de Que Cuba sea mejor para los cubanos. Rolando Rodríguez Lobaina |