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Lista de precios Juan González Febles LA HABANA, Cuba, abril (www.cubaet.org) - Cuba permaneció gobernada por más de cuatro décadas por alguien que nunca ha dejado de proclamar que es revolucionario. Esto generó que desde ese momento todo lleve esa condición modificadora adicionada. La economía revolucionaria también participa de esta condición contra natura. Es la versión a capricho de una disciplina conocida y reconocida, que en el caso cubano fue recreada por alguien que nunca trabajó, el Comandante Fidel Castro. Devenido con el tiempo y el desgaste en compañero Fidel, Castro nunca tuvo experiencia laboral de ninguna índole. Como el mismo ha reconocido, es un revolucionario profesional. Los revolucionarios son capaces de destruirlo casi todo e incapaces de construir cosa útil alguna. Ellos sólo hacen la revolución y la revolución por naturaleza lo destruye todo. Los pobrecitos no tienen culpa de nada. Cuba sufre una condición económica insostenible. El pueblo no trabaja porque el gobierno no paga adecuadamente; el gobierno no puede pagar, porque el pueblo no trabaja como es debido. Nadie ve solución a este dilema. Por lo pronto y como consecuencia insoluble, los precios de todos los artículos y en esto se incluyen los productos de primera necesidad, son ridícula e irracionalmente altos. Nadie sabe cómo resolver esta situación. Por lo pronto, tiendas recaudadoras de divisas, se exhiben estos precios:
Para no hacer el listado interminable, concluyamos aquí. Señalemos que el salario promedio en el país asciende a 400 pesos, y que un peso cuc, al cambio equivale a 24 pesos. La pregunta que nos hacemos todos es: ¿Cómo alimentar a una familia en estas condiciones, sin incurrir en eso que los revolucionarios llaman “ilegalidades”? ¿Por qué trabajar para una banda de irresponsables capaz de dar lugar a que se creara esta situación? Alguien pudiera sugerir que la solución estaría en reducir los precios de los artículos. Pero esto tampoco es posible. Sería un remedio mucho peor que la actual situación. Estas verdades se abren paso y se corporizan a nivel de pueblo en un proceso lento pero indetenible. Se acerca el final y se impone que este sea lo menos cruento posible. Hay que cerrar el juego en paz. Ya se ha perdido bastante. Eso que dieron en llamar revolución, le costó demasiado al pueblo de Cuba y no sirvió. Ojalá que el presidente Raúl y su vice Machado lo tengan en cuenta. |