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La realidad, ¿qué es eso? José Hugo Fernández LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - De babosería y despropósito no pasa el debate que está ocasionando entre nosotros la puesta en pantalla de la telenovela de factura nacional “Aquí estamos”. Críticos de toda laya: psicólogos, periodistas, especialistas en audiovisuales, artistas, intelectuales varios, se fermentan el cacumen tratando de conciliar respuestas ante una única pregunta: ¿Refleja fielmente esta obra la actual realidad de la Isla? Pero es que en la propia interrogante está condicionado ya el equívoco. Donde los historiadores, salvo muy contadas excepciones, se han limitado lastimosamente a fragmentar la historia, sacando a la luz pública sólo lo conveniente para el que ordena y manda, ¿cómo esperar que la ficción haga historia? Si los maestros a todos los niveles del sistema de educación se ven precisados a manipular -quitando, poniendo o enrareciendo según le ordenan- el legado de la cultura universal. Y los economistas no se atreven a sacar las cuentas claras, o las sacan sólo para su consumo íntimo, ¿de qué realidad estamos hablando? Quizá lo más penoso que tiene este debate en torno a la telenovela “Aquí estamos” (por demás mediocre dentro de su género) no es la falta de tino desde el que se proyecta, sino el hecho de que algunos de los contendientes parecen haber asumido su participación seriamente, desde una ingenua honestidad. Por supuesto, esa obra no refleja cabalmente la realidad cubana de hoy. No por lo que señalan como defecto los voceros oficiales, o sea, su insistencia en recrear algunas fealdades morales y materiales de nuestro cotidiano. Tampoco por lo que defienden como virtud los críticos del régimen: su pretensión (encomiable pero muy limitada) de plasmar los problemas de cierto sector de la juventud habanera. Si en Cuba los discursos, los informes y las estadísticas oficiales no reflejan jamás la realidad. Si la gente común no puede –y ya ni siquiera desea- expresar francamente lo que piensa, lo que ve, lo que siente. Si la realidad que se palpa en las calles apenas constituye una cáscara de otra realidad mucho más cruda, que suele discurrir puertas adentro y piel adentro, entonces ¿cuál de nuestras irreales realidades es que la pretendemos ver expuesta en una simple telenovela? Nota: Los libros de este autor pueden ser adquiridos en la siguiente dirección: http://www.amazon.com/-/e/B003DYC1R0 |