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Educación para la libertad

LA HABANA, Cuba, 8 de diciembre (Gustavo Pardo Valdés, www.cubanet.org) -Desde poco después de que, en enero de 1959, se instaurara en Cuba el gobierno de la familia Castro, todos los centros de educación privados fueron intervenidos y quedó como única opción un muy politizado sistema de enseñanza pública, con un alto contenido ideológico.

A medida que, tanto personas individuales, como ciertos grupos de la emergente sociedad civil, han comprendido la necesidad de interactuar con su entorno social; se han implementado numerosos proyectos educacionales, destinados a dar a conocer elementos cuya difusión e interpretación, habían sido monopolizadas por el gobierno cubano; esto ha provocado la irritación de los órganos represivos del régimen.

La Academia “Nueva Esperanza” es uno de estos proyectos, surgidos como una alternativa al restrictivo y dogmatico sistema de enseñanza instituido en la Isla. En ella se imparten conocimientos de Historia de Cuba y Universal; de Derecho y Filosofía; sobre Informática; el arte y literatura cubana y universal; además, se ha programado un ciclo de seminarios sobre liderazgo y solución de conflictos.

Estas reuniones habían comenzado en Pàrraga; no obstante, debido a ciertas dificultades que se confrontaron en el lugar; fueron trasladadas a la vivienda del periodista independiente José Alberto Álvarez Bravo, sita en la calle J #104 apartamento 10 e/ Calzada y calle 9, en el Vedado. En esta sede, se han podido efectuar muy pocas actividades.

Según Álvarez relata, el pasado 26 de noviembre, varias personas que se identificaron como agentes del Departamento de la Seguridad del Estado, lo interceptaron en plena vía pública, conduciéndole a una unidad policial en la cual fue retenido en contra de su voluntad por espacio de cuatro horas. Durante su estancia en la misma, un oficial, que dijo nombrarse Tamayo, le advirtió que no serian permitidas las actividades que se desarrollaban en la Academia.

En horas de la mañana del miércoles 30, las personas que habitualmente concurren a estos encuentros, constataron el despliegue de numerosas fuerzas represivas en las inmediaciones del lugar, las cuales les impidiéndoles acudir al evento.

El día 1 de diciembre, para protestar por lo que considera una violación al derecho de reunión y asociación; Álvarez Bravo decidió comenzar una huelga de hambre en la sede de la Academia, hasta que cese el hostigamiento a que son sometidos los participantes en este proyecto.

Las características físicas de este activista, particularmente su notoria delgadez, hacen presagiar un rápido deterioro de su estado de salud; que puede conllevar a un trágico desenlace.