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Seré cartomántica

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - María Teresa sabe que en enero será parte de la  legión de 1,3 millones  de trabajadores, de una fuerza laboral de 4,9 millones, que quedarán sin empleo ni subsidio. Como a tantos la invade la preocupación de cómo va a subsistir.

Desde niña practicaba la adivinación por afición, leyendo la mano y el Tarot. Muchos la  buscaban para encontrar una puerta de escape a la ansiedad. Su labor en Correos de Cuba  no le dejaba tiempo para practicar sus dotes adivinatorias. La pasada semana encargó a su nieta, residente en los Estados Unidos, que le enviara un juego de barajas españolas y un Tarot. Ya se anuncia a sus posibles clientes.

A Julio el Gallero, empleado de una granja estatal, le comunicaron que en enero su puesto de trabajo desaparece. “Criaré y venderé gallos finos de pelea, si la policía no me descubre” -expresó Julio, desconcertado por la  próxima avalancha de desocupados. “También venderé huevos, y las gallinas viejas, ¡a la cazuela!”.

Alfredo piensa que será custodio en Miramar, “porque con tanta  gente sin trabajo aumentarán los robos y asaltos y los residentes me darán empleo”.

Facundo ya no pregonará su mercancía como hasta hoy. Llevará directamente los tamales a las casas de sus clientes. Salvador reparará motos y bicicletas: “Me  gusta la mecánica, pero nada de licencia, son abusivos los impuestos” -dice.

Zoila seguirá como trabajadora doméstica en las casas que rentan a extranjeros, mientras Raúl no dejará de arriesgarse recogiendo latas de refresco, cerveza y objetos de aluminio en los basureros, a escondidas de la policía, porque la licencia de “buzo” es obligatoria. Luego los venderá a los intermediarios.

Matilde, con setenta años, producirá y venderá caramelos. La costurera Juana seguirá remendando ropa y José, el marido (buen plomero) reparará tuberías y llaves, sin licencia. “El estado no nos chupará las ganancias” –afirma.

Silvino cree que ahora debe cuidarse más de policías e inspectores a la hora de utilizar su auto como taxi sin pagar impuestos, porque, dice, “aunque ya dan licencia, ¡qué caro mantenerla, compadre; uno se mata trabajando, para soltarle todo el billete al gobierno! Queremos estar dentro de la ley, pero es abusivo cobrar impuestos tan altos. También los  inspectores nos acribillan a multas. Hay taxistas que a los pocos días  han devuelto el permiso. Muchos preferimos arriesgarnos. Veremos qué pasa”.

Sin dudas, la cartomántica María Teresa tendrá clientes a granel. Escrutar el destino siempre tiene más demanda en tiempos de crisis. ¿Alcanzarán las cartománticas y espiritistas para tantos necesitados de averiguar el futuro?

cosanoalen@yahoo.com