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Declaración de principios de la Alianza Nacional de Agricultores Independientes de Cuba en el marco de su primer aniversario

La Alianza Nacional de Agricultores Independientes de Cuba (ANAIC), en un minucioso y profundo análisis del documento "La historia me absolverá", del cual fue único protagonista el presidente de Cuba, señor Fidel Castro Ruz, al tener que asumir su propia defensa después del asanto al Cuartel Moncada, y tomando en cuenta, al decir de sus propias palabras en aquel histórico alegato: "Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor. No hay razón, pues, para que exista miseria entre sus actuales habitantes. Los mercados debieran estar llenos, todos los brazos pudieran estar produciendo laboriosamente. No, eso no es inconcebible. Lo inconcebible es que halla hombres que se acuesten con hambre mientras quede una pulgada de tierra sin sembrar", hemos llegado a la conclusión de que este proyecto quedó en el olvido después de triunfada la revolución de 1959, en correspondencia a la realidad que vivimos en todos estos años, agravada aún más en los últimos tiempos.

Tomando en cuenta el programa de medidas tan necesario para acabar con el hambre y la pobreza, las cuales hasta ahora no se han cumplido consideramos que era un proyecto revolucionario y esperanzador para Cuba, en el cual veía el pueblo cubano un futuro mejor de acuerdo a las promesas que acompañaban dicha iniciativa.

Hay que destacar la valentía con que defendió sus ideas, desenmascarando todas las atrocidades que padecía nuestra sufrida patria por aquel entonces, dando a todos una verdadera lección de coraje digna de imitar, enseñando que la primera condición de la sinceridad y de la buena fe en un propósito es hacer precisamente lo que nadie hace, es decir, hablar con entera claridad y sin miedo, y que los demagogos y los políticos de profesión quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos, engañando necesariamente a todos, y que los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones, para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos.

Los campesinos independientes no quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos, engañando necesariamente a todos, y que los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones, para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos.

Los campesinos independientes cubanos, haciéndonos eco de su enseñanza e inspirados en su ejemplo e ideas, hemos entregado al gobierno un proyecto verdaderamente revolucionario, el cual persigue el noble y humanitario propósito de desarrollar la agricultura cubana, y con ello aliviar la grave crisis alimentaria que sufre nuestro pueblo.

Hemos invitado al gobierno a conversar, para presentar nuestra iniciativa, que lleva implícito también el beneficio social y económico de las familias campesinas, que están hoy en igual o peores condiciones que cuando él protagonizó aquel histórico suceso.

Hemos entregado al gobierno propuestas sanas, con el propósito de buscar soluciones a la crisis alimentaria. Hemos advertido al gobierno que Cuba está a las puertas de una hambruna, a la cual él no debe estar ajeno. Hemos llamado la atención que la agudización de esta crisis puede provocar un estallido social, porque la carencia de alimentos, unida a las grandes desigualdades que sufrimos, son factores que pueden propiciar un verdadero desastre.

A todas estas propuestas e iniciativas, que llevan la mejor de las intenciones, la única respuesta que hemos tenido es el silencio y bloqueo del gobierno, y persecución y hostigamiento de los órganos represivos, cosa ésta que no esperábamos nunca, porque fue al gobierno a quien invitamos a conversar, y lo hicimos con el mayor respeto, por lo que creemos no merecer esta respuesta.

Es innegable los privilegios que goza la clase dirigentes, inversionistas extranjeros, turistas y algunos que reciben remesas de dólares, que son la minoría, mientras que la mayoría nos encontramos atrapados entre la burocracia, el hambre y la pobreza, sin que el discurso oficial nos dé alguna esperanza para un futuro mejor.

La existencia de dos economías en el país acentúa más las diferencias de clases: la capitalista, que es para el que tiene acceso al dólar, que lo tiene todo sin faltarle nada, y la socialista, para nosotros que no tenemos nada y nos falta todo.

Es innegable la ineficiencia de la agricultura estatal, que con todos los recursos técnicos en equipos, materiales, buena semilla, sistemas de riego y personal calificado, no ha sido capaz de garantizar el sustento alimentario de los cubanos. La totalidad de las mejores tierras cultivadas pasaron de manos extranjerasécnicos en equipos, materiales, buena semilla, sistemas de riego y personal calificado, no ha sido capaz de garantizar el sustento alimentario de los cubanos. La totalidad de las mejores tierras cultivadas pasaron de manos extranjeras e intervenidas a propiedad estatal, las cuales dejaron de producir, y más de 80 mil caballerías están cubiertas de marabú.

No es un secreto para nadie la miseria, el hambre, la pobreza y carencias que padecemos la gran mayoría de los pequeños agricultores cubanos y obreros agrícolas. El salario que se les paga y el precio que pagan por los productos agrícolas que nos compran no se corresponden con el alto costo de la vida, viendo a las empresas acopiadoras estatales vender nuestras producciones a diez y quince veces más del precio que se nos paga, convirtiendo al campesino en un siervo feudal que tiene que entregar el 80 por ciento de su producción al estado sin tomar en cuenta que tenemos que enfrentar el dólar, que está a 21 pesos cubanos, teniendo además que pagarlo todo.

Nunca antes el campesino cubano y el obrero agrícola habían sufrido semejante explotación. El estado nos compra barato y nos vende caro; nos impone el precio al que tenemos que venderle, sin el campesino poder defender el valor de sus producciones.

La vida en los campos cubanos no puede ser peor. Las vías de acceso a estos lugares están en muy malas condiciones, y en algunos sectores no existe, por el estado de abandono en que se encuentran. No hay transporte, teniendo que caminar el campesino gran cantidad de kilómetros para llegar a las ciudades. La electrificación sólo responde a intereses estatales, y no hay preocupación porque el guajiro reciba este servicio, ni aunque las líneas les pasen cerca de su vivienda, o por encima de ella, excepto casos excepcionales, no garantizando tampoco el kerosene para alumbrarse.

No hay asistencia médica. La misma iba a ser garantizada por un gran número de consultorios distribuidos por las montañas, los cuales no cuentan con medicamentos ni para curar heridas. La permanencia de los médicos en la gran mayoría de ellos es casi nula.

A todo esto tenemos que agregar la falta de ropa, zapatos, insumos para trabajar, y las malas condiciones de la vivienda.

No existen diversiones para los jóvenes del campo. El campesino no tiene dónde pasar el tiempo libre, sólo en pensar su propia desgracia.

No podemos pasar por alto el robo y el alto índice de delincuencia que aumenta por día, mirando que contra estos males no se toman medidas por parte de las autoridades, mientras existen en las carreteras puntos de control donde se le confisca todo lo que el campesino lleva, o cualquier otro ciudadano de las ciudades que salga al campo a buscar productos agrícolas para dar de comer a sus familias. O sea, se toman medidas con el hombre honesto, correcto y humilde, mientras los ladrones y delincuentes operan con absoluta impunidad.

Ante toda esta problemática, y con todo el derecho que como cubanos tenemos de trabajar en favor de superar la actual crisis, que puede culminar en una gran tragedia para nuestro país, la Alianza Nacional de Agricultores Independientes de Cuba propone:

1 - Con todo el respeto que para nosotros merece, y tomando en cuenta sus pronunciamientos en el programa del Moncada, invitamos al comandante Fidel Castro Ruz, presidente de Cuba, a un diálogo con el propósito de dar a conocer nuestras propuestas e iniciativas, que entendemos son viables y pueden aportar soluciones.

2 - Consideramos necesario nuestro encuentro, donde los campesinos puedan exponer con entera claridad y sin miedo dónde están los problemas y sus recomendaciones de cómo superarlos.

3 - Esperamos que el señor presidente de Cuba no tome estos pasos que estamos dando como negativos ni mal intencionados, ya que el único objetivo que perseguimos es el desarrollo de nuestra agricultura, el mejoramiento social, económico y bienestar de las familias campesinas, así como garantizar la alimentación de nuestro pueblo.

4 - Nuestro proyecto es revolucionario y totalmente apolítico, y sólo responde al beneficio de nuestra nación.

5 - Demostrar que el diálogo en igualdad de condiciones, en un marco de respeto y entendimiento, y de forma pacífica, es la mejor forma de responder a las dificultades y un modo civilizado de buscar soluciones.

Dado en Bejuquera de Filipinas, municipio Niceto Pérez, provincia Guantánamo, a los 25 días del mes de octubre del año 1998.

Firmado: Ejecutivo Nacional de la ANAIC

Presidente, Reynaldo Hernández Pérez
Vicepresidente, Antonio Alonso Pérez
Organizadora, Raquel Rielo Ramírez
Coordinador, Lázaro Hernández Velázquez
Finanzas, Osmeide Hernández Rielo
Delegado provincial en Guantánamo, Joel Pérez Hernández
Delegado provincial en Las Tunas, Roger Curbelo Marrero



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