Un Llamado a la Unidad
A continuación el discurso que no pudo pronunciar por encontrarse detenido el Lic. Héctor Palacios Ruiz, durante el Encuentro de Organizaciones No Gubernamentales Cubanas celebrado el 12 de noviembre de 1999 y suministrada al Buró de Información de Derechos
Humanos para su divulgación
Queridos Compatriotas
Hermanos que no pueden estar presentes en esta reunón porque han sido objeto de represalia.
Los cubanos estamos inmerso en una gravísima y prolongada crisis económica, política y social, que no veo en el corto plazo la posibilidad de su superación total.
Por un lado está el propio gobierno que no cede en sus posiciones de mantener un esquema ideológico inflexible y abarcador, que nos prohíbe los derechos como seres humanos a participar activamente en la vida del país, negando nuestra propia existencia y autenticidad,
tratando de vincular nuestros sentimientos patrióticos y muy genuinamente cubanos con los intereses de otros países. A tal punto es así, que nos comparan con mercenarios pagos y asesorados por los Estados Unidos. Todos los presentes conocen la falsedad de esta afirmación
y por suerte ya una gran parte de este mundo.
Para poder subsistir y desarrollarnos en medio de esta escrabosa situación, me permito hacer un llamado a todos los cubanos, incluyendome en primer lugar.
No es posible avanzar en la consecución de nuestros objetivos que son pacíficos, absolutamente independiente, sin que logremos entre todos una unidad muy coherente.
No podemos seguir aislados entre nosotros mismos. Tenemos muchísimo decomún
en este empeño, y el propio aislamiento que nos han impuesto y que de cierta forma hemos asumido, nos daña, nos fracciona, y hace débiles.
En fin hermanos míos, rompamos con todo lo que nos separa y consolidémonos en la unidad para el bien del país. No pido renunciar a nuestras concepciones políticas, lo que pido es la unidad de cooperación y fraternidad.
Sin esa unidad será imposible llevar a buen puerto el barco que nos debe conducir a un mayor grado de libertad y de esperanza. Es el momento de la reconciliación entre todos los cubanos, y lo primero que cada uno de nosotros debe hacer, es reconciliarse consigo mismo, para
entonces poder tender nuestra mano amiga, sin que dentro de ella existan las espinas.
Gracias
Héctor Palacios Ruiz
A los presidentes de la Cumbre
Sub Centro de Formación para el Desarrollo Integral de la Mujer Cubana
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