DOCUMENTO
Mayo 23, 1999
Carta Abierta a
Intelectuales de la Asamblea Nacional del Poder Popular
Señores:
Miguel Barnet Abel Prieto Cintio Vitier Armando Hart Silvio
Rodríguez Roberto Fernández Retamar.
A ustedes, que representan parte de la intelectualidad de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, nos inspira escribirles con el ánimo de
reflexionar sobre algunos aspectos de la "Ley de Protección a la
Independencia Nacional y la Economía de Cuba". Sin duda tan alta
responsabilidad concedida por el pueblo merece ser dignamente ejercida en
beneficio de éste, a la vez que debe constituirse en una oportunidad para
defender los intereses populares, tomando en cuenta que pueblo es el conjunto de
los habitantes de un estado.
Los que suscribimos esta carta somos dos jóvenes autores de un
proyecto de bibliotecas independientes. A lo largo de la Isla se han creado 14
instituciones de este tipo. Consideramos que cumplimos un deber con nuestra
patria, al prestar un servicio que promueve cultura entre nuestros compatriotas.
No alimentamos la subversión, ofrecemos nuestros textos bibliográficos
sin censurarlos. Concebimos que cada persona debe llegar a sus propias
conclusiones, sin que medien fundamentos ideológicos o sectarios. Eso es
respeto a los demás, es participación. Es un modo de hacer libres
a los hombres para que conociendo más del mundo y de su país,
orienten un proyecto de vida basado en el bien común, y a la vez, le
permita a cada individuo identificarse como ser humano.
No somos hijos ilegítimos ni bastardos de Torricelli, ni de Helms, ni
de Burton. Obramos por convicciones patrióticas, no somos quinta columna
de nación extranjera ni de intereses nacionales mezquinos. Somos cubanos
que amamos a la patria como el que mayor sacrificio haría para servirla.
No nos acomodamos al sistema y lo decimos sin temor. No participamos porque
hemos llegado a considerar que sus fundamentos se basan en la exclusión,
que lleva a la deshumanización de la persona, de modo que el pensamiento
y el hombre mismo quedan reducidos, según Su Santidad Juan Pablo II, a
sufrir una concepción de la realidad impuesta por la fuerza. Esta
imposición limita las libertades básicas, de manera tal que deba
aceptarse lo que impone el sistema. Éste a su vez, para mantener un
absoluto control sobre el individuo, acude a métodos de represión
y castigo.
La nueva ley limita nuestra iniciativa con sanciones similares a las que
pudiera cumplir un criminal. ¿Acaso debe considerarse un delito promover la
cultura a través de la lectura y la comunicación? "Mientras
tanto/ yo tengo que hablar, cantar y gritar/ tengo que vivir, tengo que decir lo
que he de pensar". Precisamente estos versos de Silvio Rodríguez, en
su canción Mientras Tanto, es un credo que tenemos derecho a defender.
Nuestro proyecto es un espacio cultural que se sostiene de la buena voluntad de
las personas que dentro y fuera de Cuba desean aportar libros, revistas
folletos, etc., con el único fin de instruir al ciudadano común en
la cultura universal y de su propio país. Oportunidad y diversidad pueden
ampliar el horizonte del quehacer humano en el cubano de hoy. Fue precisamente
el presidente cubano Fidel Castro, quien en febrero de 1998, durante la Feria
Internacional del Libro en La Habana, dio lugar a que creáramos nuestro
proyecto de bibliotecas independientes. En esa ocasión dijo: "En
Cuba no hay libros prohibidos". Un año después aparece en el
texto de la nueva ley el término "materiales subversivos",
cuando este lenguaje se creía superado en los discursos políticos,
académicos, empresariales y culturales.
"Es la casa de un gran poeta, hay que salvar la biblioteca". Este
grito que nace de Ágata, personaje de la obra Oficio de Angel de Miguel
Barnet, nos estimula a seguir. Ustedes pueden, como Ágata, ayudar a
salvar nuestro proyecto de bibliotecas independientes. Cuando se margina a un
hombre por pensar diferente, y es castigado por hacer valer su verdad, la
soberbia de quien se impone se funde en un odio visceral y enfermizo que gravita
en un lamentable crimen. Este impúdico proceder cercena todo pensamiento
humano, y envilece la pureza de un país, pústula que para sanar
necesitaría de la virtud y eficacia conque la voluntad de un pueblo se
digne a emprender un modelo de vida donde participen todos los ciudadanos sin
distinción. "
"Perfidia mortal para toda nación civilizada es negar a sus
hijos el ser testigos y protagonistas del lugar que les pertenece en la
sociedad. Me parece que me matan un hijo cuando privan a un hombre de su derecho
a pensar". Estas conmovedoras palabras de Martí demuestran la
injusticia que, desde una posición política supuestamente fundada
en el pensamiento martiano, se cometería en Cuba con la aplicación
de tan desatinada ley. "La importancia de abrir la República a todas
las ideas [es] porque la República, al desconocer un partido cualquiera,
reprimiría en él, sin éxito, una expresión de la
naturaleza humana. La voluntad de todos, pacíficamente expresada, es el
germen generador de las Repúblicas". Estas palabras del Maestro se
ajustan a los propósitos de los que hoy buscamos participación con
oportunidad para todos, en un país que tiene la capacidad moral e histórica
de otorgar las libertades básicas a sus ciudadanos a partir del respeto
que en un espíritu de confianza, se debe favorecer entre todos los
cubanos.
"Urge promover el optimismo para salvar a Cuba del holocausto en que
caería por la incapacidad y el miedo a perder las prerrogativas en las
que muchos se acomodan distanciándose del pueblo. Nada hay que temer,
siempre que se procure preparar los ánimos no para una defensa quimérica,
sino para un cambio pacífico que ponga al pueblo en disposición de
darse la ley a sí mismo y no recibirla de nadie". El padre Félix
Varela, "el cubano que nos enseñó a pensar", ejemplifica
con estas palabras la necesidad de abrirle al pueblo la sociedad, de manera que
la relación entre el poder de la fuerza sobre la razón se invierta
en ejercicio propio de libertad auténtica y justicia. Es necesario
sostener este cambio ante la primacía de un control absoluto y rígido,
que reduce a la obediencia a los grandes sectores populares por la
intransigencia de un pensamiento político único.
Don Fernando Ortiz consideraba que "la política debe
interpretarse como voluntad colectiva, que al regular los intereses y
necesidades del pueblo no debe marginar". Ustedes, como intelectuales
sensibles y conocedores de nuestra historia, deben animarse a salir y vivir como
pueblo. Así podrían pulsar los pasos de sus compatriotas, mirándoles
a los ojos y tocándoles el corazón. Hablénle al cubano sin
identificar su autoridad, compartan en su mesa una cena, acompáñenle
durante su sueño, visiten junto a él un mercado, la escuela de su
hijo o la casa de un vecino. Dediquen unas horas a disfrutar de sus vacaciones,
vivan su realidad haciéndose pueblo. Si luego de esta experiencia sienten
un cambio en su interior y al tratar de compartir sus impresiones se sienten
marginados, sepan que su impotencia la comparten con nosotros.
Ustedes que son hombres de cultura, alienten a descubrir los que nos une
como cubanos y no se desgasten buscando lo que nos divide. Todos somos hijos de
Cuba, y el mayor desafío que tenemos es dejarle a las próximas
generaciones un país próspero, sin injusticias, para que la vida
en él sea un privilegio, un sentido de responsabilidad y un compromiso
con la libertad, la paz y el amor. Martí nos legó esta enseñanza:
"O la República tiene por base el carácter íntegro de
cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí
mismos, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como honor de
familia, al ejercicio íntegro de los demás, la pasión, en
fin, por el decoro del hombre, la República no vale una lágrima de
nuestras mujeres o una sola gota de sangre de nuestros esclavos".
Confiamos en que la fuerza de la razón y la voluntad de hacer lo
mejor por Cuba nos una a ustedes y a nosotros en el empeño de compartir,
en el escenario de la Patria, el derecho a ser verdaderamente libres.
Que Dios los bendiga.
Fraternalmente,
Berta Mexidor Vázquez Ramón Humberto Colás Castillo Autores
del Proyecto de Bibliotecas Independiente |