Odelín Alfonso Torna (PD)

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - A Roberto Tiel Ibarra, la idea de sacar los restos de su hijo, Asiel Tiel Soto, sepultados en Jagüey Grande, provincia de Matanzas, le martillaba día a día la cabeza. Pero de algo estaba seguro Roberto: una vez acometida la dolorosa limpieza y traslado de la osamenta, revelaría cada detalle sobre su muerte.

Asiel Tiel Soto era un joven de 18 años, recién graduado de profesor general integral en el Pre-Pedagógico Caballero Milián, curso 2006-2007. Vivía en la calle Pedro Arrieta #8, entre Ales y Maceo, municipio Perico, Matanzas.

Por decisión del plantel y su directora Danyari Sanabria, Asiel comenzó sus prácticas docentes en la propia escuela, sita en el reparto Torrientes, municipio Jagüey Grande. Pasados los primeros nueve meses de práctica, exactamente el 7 de mayo de 2008, como resultado de lo que parecía ser un triángulo amoroso, Asiel fue agredido por Ramón Pérez, esposo de la directora del pedagógico. Ramón había acordado una cita con Asiel en el salón de música, lugar aledaño a la escuela. Ahí le propició varios golpes en la cabeza, causándole un derrame cerebral. Al día siguiente, el 8 de mayo, después de una complicada intervención quirúrgica, el joven murió.

Enredos de la investigación

Dada la complicación que representaba que un estudiante graduado de profesor, con apenas 55 kilógramos de peso, muriera debido a una agresión propinada en la misma escuela por un sujeto que no tenía relación oficial con la institución, el caso se trató con la mayor discreción. La responsabilidad de la investigación estuvo en manos de un capitán de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Matanzas, nombrado Orelvis, y de los instructores del Departamento Técnico de Investigación (DTI), Osmel y Gustavo.

Según el testimonio de Roberto Tiel a este reportero, en reiterados interrogatorios a su familia, los agentes preguntaron si Asiel padecía de problemas neurológicos, a sabiendas de que el dictamen forense diagnosticó muerte encefálica por traumatismo craneal, como se pudo corroborar seis meses después en el juicio al agresor, Ramón Pérez.

Hay otros detalles curiosos sobre el caso. En el juicio, el acusado Pérez aparece como “jefe de mantenimiento y responsable de disciplina” en el pedagógico. Con antelación, el padre de la víctima había verificado en la dirección municipal de educación que este hombre no estaba en plantilla. La fiscal a cargo del proceso, licenciada Maena, del tribunal municipal de Cárdenas, en Matanzas, fue sustituida a última hora por otra licenciada del tribunal provincial.

Agrega Roberto Tiel que el tribunal decide seleccionar los testigos a consideración de la fiscalía, además de mover la vista oral desde el tribunal de Matanzas hasta su sede en Jagüey Grande.

Finalmente, el acusado fue condenado a 10 años de privación de libertad, en la causa 2-239 del año 2008.

Pormenores

¿Hasta dónde avanzó el caso de Asiel Tiel Soto? Es comprensible que los padres de la víctima, atormentados por el dolor y seguros de que prevalecería la justicia, no hubieran accedido desde el primer momento a medios de prensa independientes u organismos de derechos humanos.     

Según testifica Roberto Tiel Ibarra, el ex director de educación en Jagüey Grande, Pedro Santos Orta, le comunicó que se había reunido con la licenciada Kiresma, viceministra de escuelas pre-pedagógicas a nivel nacional, quien le informó que el caso del profesor Asiel Tiel Soto estaba en manos del Vicepresidente del Consejo de Ministros, José Ramón Fernández.

Siete meses después de la muerte de Asiel, se descubre que tales afirmaciones eran falsas. Sus padres recibieron una carta de reconocimiento de parte de José Ramón Fernández. En la misiva, con fecha 31 de diciembre de 2008, el ministro felicita a su hijo y al resto de los egresados del pre-pedagógico por su preparación con vistas al futuro magisterio.

El hijo compartido

Roberto Tiel Ibarra está consciente de que el caso no pasó de los organismos intermedios del poder. Se dice que Fidel Castro, promotor de los profesores generales integrales, maestros emergentes y trabajadores sociales, es un velador acérrimo del cuidado y los intereses de la nueva cantera.   

Debido a que Fidel Castro enfermó el 31 de julio de 2006, Roberto Tiel desvió su queja al entonces ministro Carlos Lage, destituido por Raúl Castro meses después. Nunca recibió respuesta.

Escalera arriba, no sabemos dónde la revolución prefiere soterrar casos como éstos. Uno de sus hijos, el hombre nuevo, el futuro alfabetizador integral, fue víctima de una violencia sin par. Es probable que su ejecutor en pocos meses salga en libertad condicional, porque así lo estipulan las leyes cubanas, las mismas que dieron curso a otro caso amañado.

odelinalfonso@yahoo.com