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Justo reclamo

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - La polémica en el periodismo nunca me ha gustado. Mucho menos entre colegas. La única que he preferido en doce años de ejercicio del periodismo independiente, ha sido la que mantengo con el régimen.

Pero resulta que al leer por segunda vez la crónica Reclamo injusto, de Alejandro Armengol, volví a sentir dolor en el alma.

Armengol desconoce por completo no sólo la dramática y trágica historia del Movimiento de Derechos Humanos en Cuba -MDHC- sino también el rol que ha representado dentro del totalitarismo castrista, los triunfos obtenidos y algo que llama la atención a muchos: el surgimiento de la prensa independiente como fenómeno original nuestro. No hubo un movimiento masivo de periodistas independientes en ninguno de los países socialistas del este europeo. Los éxitos obtenidos son tantos que mencionarlos requeriría de mayor espacio.

Debe leerse el colega Armengol el libro La fisura, de Reinaldo Bragado. Así podría enterarse de que el actual MDHC, activo en la isla desde1988, tuvo sus orígenes en 1976, cuando Ricardo Bofill fundó el primer comité de Derechos Humanos. Son 34 años de labor incansable frente al dictador más terco y aferrado al poder que se conozca.

La misma crónica de Armengol, contradictoria e incongruente, explica que la disidencia (repartida en decenas de organizaciones pertenecientes al MDHC) no ha dejado de existir pese a las escaladas de violencia del régimen. Y lo ha logrado, entre otras cosas, porque carece de “línea dura”, como aquellas que utilizaron Antonio Guiteras y luego Fidel Castro.

Pensar que el MDHC ha fracasado, según Armengol, porque no ha podido impulsar cambios democráticos en la isla, es desconocer la esencia del totalitarismo de izquierda. ¿Cómo lograrlo si ni siquiera un miembro del MDHC ha podido llegar al Parlamento castrista?

Es injusta la crónica de este colega que tanto hemos leído con admiración y respeto. Ni siquiera ha logrado apreciar el mérito de muchos cubanos del exilio que sacan la cara por los que quedan en Cuba, imposibilitados de concurrir a eventos internacionales para denunciar la dictadura. Según él, el MDHC debe ser una alternativa económica y no política. No importa si se enfrenta a diario a la represión de la policía política.

No es cierto que la población vincule a los opositores con los Estados Unidos. Los que llevan más años de enfrentamiento al régimen, los más conocidos, como Elizardo Sánchez,  Francisco Chaviano, Fernando Sánchez, Héctor Palacios, Osvaldo Payá, Manuel Cuesta Morúa, Vladimiro Roca, Marta B. Roque, Eloy Gutiérrez Menoyo y muchos otros, viven en Cuba y por cierto, de forma muy humilde.

Los pueblos, hay muchos ejemplos en la historia, no son opositores. Lenin dio el golpe de estado con las minorías rusas, y el Movimiento 26 de julio fracasó durante la huelga de abril de 1958, cuando se esperaba la caída de Batista.

No importa que Alejandro Armengol no tenga buenos lentes para mirar desde lejos la actividad de los opositores y los periodistas independientes en la Cuba de Fidel Castro. A pesar de lo que diga Armengol, en Cuba, la oposición cubana se mueve.



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