Adolfo Pablo Borrazá (PD)

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Muchos son los paisanos que piensan que “el bloqueo” es el culpable de nuestros males. A pesar de que “no están con esto” adoptan, sin darse cuenta, la misma postura del Máximo Líder, que culpa de sus errores a los demás.

Decir que en Cuba uno se puede abstener de la política es falso. Desde pequeño empiezas a repetir las consignas que dicta el gobierno, que luego te involucra en sus organizaciones. Acostumbrada, resignada o temerosa, la población hace mutis ante cada decisión del gobierno. La más reciente fue la creación de dos nuevas provincias. Muchos no están de acuerdo, pero nadie se atreve a decirlo en alta voz.

La mayoría prefiere votar por el delegado del Poder Popular antes que señalarse ante el Comité de Defensa, el partido, o como dicen: “los factores”. Incluso si se anula la boleta, la asistencia a las urnas es aprovechada por el régimen para cumplir sus metas de participación.

También es notoria la pasividad de algunos cuando la policía y las brigadas de respuesta rápida se ensañan con los opositores. La represión contra las Damas de Blanco la primavera pasada es un ejemplo. Conozco a algunos que las condenaron, argumentando que las Damas “pusieron malo el barrio”, porque atrajeron a chivatos y policías, y eso no convenía a sus “negocios”.

La desinformación que padecemos sobre temas vitales es un factor que beneficia al gobierno. Por eso mantiene a la ciudadanía en tinieblas, tanto, que cuando la población recibe información real sobre algún acontecimiento, a veces se niega a creer.

Si en vez de votar en las pantomimas de elecciones que se organizan cada cierto tiempo, la gente perdiera el miedo y exigiera unas elecciones verdaderamente democráticas, y alzara su voz junto a los opositores, dejando de lado la cantaleta de que la culpa de todo la tiene el bloqueo, otro gallo cantaría. Tampoco el éxodo soluciona el problema de la Nación.

Nos impusieron un socialismo irrevocable y, coaccionados por el miedo y la represión, lo aceptamos. Es hora de olvidarnos del famoso bloqueo y pensar en qué somos y hacia dónde vamos como Nación.