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Cinco prisioneros del castrismo (II parte)

Miguel Iturria Savon

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Aun permanecen en prisión cinco de los 11 jóvenes cubanos que el 3 de abril del 2003 intentaron desviar una lancha de pasajeros desde la bahía de La Habana hasta Florida. En un juicio sumarísimo, celebrado el 8 de abril, tres de ellos fueron condenados a muerte; sentencia ejecutada el 11 del mismo mes. Les impusieron cadena perpetua a Harold Alcalá Aramburu, Ramón Henry Grillo, Yoanis Tomás González y Maikel Delgado Aramburau, recluidos en el Combinado del Este. Mientras que a Wilmer Ledea Pérez, de 19 años, le reservaron tres décadas en la cárcel de Guanajay. 

Las condenas son desmedidas pues se trata de un hecho fallido, sin muertos ni heridos. Los fallos del Tribunal y la premura en la ejecución coincidieron con la denominada Primavera Negra de Cuba, que puso tras las rejas a 75 opositores pacíficos, 15 por cada uno de los espías de Castro condenados en los Estados Unidos, lo cual demuestra la supeditación del sistema jurídico cubano a los dictámenes del caudillo que rige los destinos la nación hace medio siglo. 

A los cinco espías cubanos los juzgaron dos años después de ser detenidos, con todas las garantías e independencia del sistema jurídico norteamericano, que accedió a varias revisiones de causas; mientras que a los cinco prisioneros de la lancha Baraguá se les niega aun la solicitud de revisión. Los espías son representados por abogados pagados por la dictadura y sus familiares viajan, hacen campañas y gozan de prebendas oficiales.  

¿Quiénes son los jóvenes que intentaron escapar de la isla? ¿En que condiciones permanecen tras las rejas? ¿Por qué se ensañan con ellos los carceleros Combinado del Este y Guanajay, donde permanecen desde la primavera de 2003? 

El mes pasado circuló en Internet una carta abierta dirigida a Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento Cubano, en la cual Julia Estrella Aramburu, madre de Harold Alcalá y tía de Maikel Delgado, describía las penurias que padecen los cinco condenados. El documento, firmado por el resto de los familiares, responsabiliza al gobierno de Cuba por la vida de estos chicos, quienes permanecen en celdas estrechas de dos personas habitadas por cuatro, sin higiene, agua potable ni acceso a la luz solar; además de comer en el piso el salcocho de arroz con maíz; aunque reciben visitas cada dos meses en un salón con candados y encadenados hasta la cintura. 

El caso de Maikel Delgado se agrava por la inapetencia que padece, la pérdida del cabello y la muerte de su madre, que “murió por destino de Dios”, según la doctora Ofelia, patóloga del hospital Fajardo, donde ingresó caminando para un chequeo de rutina y tres días después ya era cadáver, sin que les entreguen a la familia el resultado de la autopsia.  

De los cinco prisioneros solo Ramón Henry Grillo no era habanero. Emigró a la capital desde el municipio Mella, provincia Santiago de Cuba, y vivía con su hermana Maritza, quien asegura que se alistó a última hora en el asunto de la lancha, pues estaba vinculado a un negocio de petróleo y no quería trabajarle al Estado.

Yoanis Tomás González, de 32 años, es el único que tenía antecedentes penales, pero había cumplido, no es violento y se caracteriza por su cordialidad y alegría. Sólo recibe visitas de su esposa Yudaisi Guerra, aunque comparte espacio con Henry Grillo y es apoyado por la madre de Harold Alcalá.  

Harold, residente en el Vedado, trabajaba en un restaurante privado (paladar) ubicado en  Gloria y Águila, en el municipio Habana Vieja, junto a Wilmer Ledea, de Guanabacoa, y el difunto Enrique Lorenzo Copello, quien usó la pistola para desviar la lancha, aunque la entregó después sin herir a nadie. Harold ama la natación y es un lector voraz. Wilmer vivía en Barreras con su madre y hermanos y asistía a los bailables de fines de semana en los círculos sociales de Guanabacoa. 

Al repartir los trozos del pastel ordenado por Fidel Castro, el Tribunal le echó mano a supuestos delitos de terrorismo, lo cual no justifica las largas condenas que sufren los jóvenes que intentaron escapar de la isla. Los familiares de los cinco prisioneros del castrismo esperan justicia. Ojalá sea pronto. 
     

Pulse aquí para leer la primera parte: http://cubanet.org/CNews/year2010/sept2010/16_C_1.html  



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