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Little Big Man

Aleaga Pesant (PD)

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – “Ese hombre es correcto. En el albergue de la beca, era hombre y amigo. Tú siempre lo veías estudiando. Uno en el invento, ya tú sabes, y él siempre correcto” – dijo el Titi, una mañana de octubre del 2004 en la bodega de la esquina de 1ra. y C, en el Vedado, mientras veíamos alejarse a Pablo Silva rumbo a la calle Línea.

Pablito murió de cáncer a principios de agosto, sin que la enfermedad quebrara su entereza. A diferencia de otros, él conoció la nieve y prefirió venir a morir a Cuba, acompañado de palmas, familiares y amigos.

En su pequeño apartamento del pueblo de Baracoa, al oeste de La Habana, desarrolló Silva un arduo trabajo junto a otros patriotas. Las distancias que cubría en bicicleta hasta el centro de la ciudad fortalecieron su imagen de persona perseverante y laboriosa

Autodidacto de formación, sus conocimientos lo llevaron a la dirección del  Instituto Liberal Francisco Arango y Parreño, y animador de la Cátedra de Tecnologías Políticas Adolfo Fernández Sainz. 

El Instituto Liberal fue un foro de discusión académico que sesionó durante cuatro años (1999-2003), truncado por la represión desatada en la primavera de 2003. Participaban socialistas, social cristianos y liberales, dentro del marco de la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada, mientras la Cátedra trabajaba dos veces al mes en el “Palenque de Charli”, en la calle Zanja, durante 2003 y 2004. Lamentablemente fue abortada por ignorantes y oficiales de Seguridad del Estado.  

En su larga hoja de servicios a la patria, Pablo Silva participó activamente en la creación de Partido Solidaridad Democrática, del que fue Vicepresidente y miembro de su Comité Político, con amplio apoyo entre sus compañeros de partido. Cumplió  con entereza su prisión política, aunque los cargos acusatorios hablaban de “peligrosidad social pre delictiva”. 

Quizás su más controvertida acción fue participar del cisma que se produjo en el  Partido Solidaridad Democrática, contra su amigo Fernando Sánchez López.  Algo paradójico, por cuanto Silva era un defensor de la institucionalidad democrática, y en las últimas elecciones cedió el paso a su amigo en un gesto de desprendimiento y humildad, sólo permitido a los grandes.

Amante de los Beatles, Pablito fue  de los pioneros de la Unidad Liberal y de la Agenda para la Transición, junto a Héctor Palacios, Francisco Chaviano y otros patriotas.  Un pequeño gran hombre, como el personaje del filme de Arthur Penn.

aleagapesant@yahoo.es





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