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¿Unidad o concertación para el cambio? 

Gustavo Pardo Valdés

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Desde el triunfo de la revolución, sus líderes se preocuparon por despejar el camino de lo que sería la tiranía más larga de América.

La creación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), marcaron el fin de la diversidad dentro del movimiento revolucionario, que dio al traste con la dictadura del General Batista, estableciendo una dirección político-ideológica única.

Posteriormente, el Partido Comunista de Cuba (PCC), se atribuyó la representación del pueblo cubano, y así consta en la Constitución, vigente desde 1976.

La unidad del pueblo frente a las amenazas de agresión imperialista ha sido la consigna que desde entonces ha marcado el discurso oficial, para justificar la continuidad de la dirección histórica en el poder.

En la democracia prima la diversidad de pensamientos y de los métodos a emplear para obtener los fines que cada partido político, organización social o religiosa se ha propuesto llevar a efecto. Una de las características que distingue a los hispanos es el caudillismo. Cada líder se considera un iluminado, único capaz de encontrar la solución exacta en el momento preciso, que resolverá los problemas del país; lo cual provoca la formación de una gran cantidad y variedad de organizaciones, con disimiles intereses y programas. Cuba no es la excepción.

En 1976 se funda el Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH), integrado por un pequeño grupo de hombres y mujeres cuyo objetivo era luchar pacíficamente, porque el gobierno castro-socialista respetara los derechos humanos de los cubanos. Poco tiempo después, comenzaron a proliferar nuevas organizaciones con idénticos fines. En la actualidad, suman decenas estos pequeños grupos opositores.

En algunos momentos, se logró coordinar a estos grupos en un proyecto común: la democratización de Cuba. Uno de los más relevantes esfuerzos fue el Concilio Cubano, proyecto que el régimen se apresuro en descabezar con la detención de Leonel Morejón Almagro, Lázaro González, Sebastián Arcos, y los autores del documentos La Patria es de Todos.

A partir del surgimiento del movimiento Damas de Blanco, se produce una Concertación espontanea de mujeres que, sin tomar en cuenta sus diferencias políticas o religiosas, se organizaron para obtener un objetivo común: la libertad de sus familiares.

Actualmente se está produciendo una concertación espontanea e interactiva entre diferentes grupos de la oposición, sin que para ello medie una estructura definida. El objetivo de esta red es brindarse apoyo mutuo para la realización de actividades públicas; o cuando algún opositor es detenido.  

Esta nueva práctica, aunque todavía en embrión, ha posibilitado que se establezca una red social muy efectiva para alcanzar el fin común: la democratización de cuba.

La unidad en la unanimidad definen a la tiranía; la concertación en la diversidad, a la democracia.





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