Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Tal vez porque su nombre es de los Ángeles, los ángeles quisieron que nuestra María de los Ángeles Santana cumpliera 96 gloriosos años.

Estrella de la generación dorada de nuestro teatro, los inicios de la televisión, el cine y la música cubana de todos los tiempos.

María de los Ángeles Santana es amada por el público, que conquistó desde los ya lejanos inicios de su vida artística, en una tierra pródiga en grandes artistas. Dones naturales le han sobrado a la Santana, y ella los ha repartido por el mundo. La caracterizan su modestia artística, su naturalidad, su belleza deslumbrante, además de una exquisita y potente voz que podía escuchar hasta el último espectador en el fondo de cualquier teatro, y que conserva a pesar del tiempo. Hace pocos años, el público, de pie, la ovacionó cuando interpretó la romanza El cuidador y la rosa, en la sala García Lorca del Teatro Nacional.

María de los Ángeles, maestra de generaciones de actores y actrices, continúa siendo un hermoso ser humano. La misma que, libre de prejuicios, fue capaz de convertirse en la primera mujer que recorriera las calles de La Habana montada en una Harley Davidson; oportunidad en la que conoció a su esposo Julio Vega, ya fallecido.

Los funcionarios del Ministerio de Cultura no asistieron (aunque financiaron la actividad) a la celebración de su cumpleaños. Algunos, como Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas, al menos tuvieron la decencia de enviarle por escrito sus felicitaciones, pero nada más.

El actor José Corrales sí asistió, a pesar de su deteriorada salud; al igual que los pianistas Juan Espinosa, Olga Valiente y la cantante Gladis Puig. El director Hugo Oslé sorprendió a María con un grupo de jóvenes intérpretes, que le dedicaron varias canciones tradicionales cubanas.

Fue un día feliz para este ángel que, a pesar de los achaques que ocasiona el tiempo, desde su silla de ruedas, suele mantener una asombrosa lucidez, como en los años que iluminó con su arte las vidas de tantos cubanos.