Francisco Chaviano González

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - El jueves pasado, en horas de la noche estábamos expectantes; la votación del Parlamento Europeo sobre los tres candidatos finalistas al Premio Sajarov daba una clara ventaja a Guillermo Fariñas, pero aún no se le había otorgado oficialmente el galardón. En la mañana del viernes conocimos  la buena nueva, una victoria de todos, ¡a nuestro compatriota le concedieron el premio!

Conocí a Coco a mediados de 2003, cuando la policía política me ingresó en la sala de penados del hospital militar Carlos J. Finlay, con el propósito de tratarme una dolencia. Llevaba nueve años en prisión, y Fariñas nueve meses de ayuno. Me simpatizaron su firmeza y determinación.

Por entonces ya había perdido los pelos del cuerpo, estaba depauperado, en un sillón de ruedas, y sin embargo, no flaqueaba en lo más mínimo. Recuerdo que las autoridades, para obligarle a deponer su huelga, acudían a subterfugios como asegurarle que se había acabado el yogurt, único alimento que ingería. Coco se enfureció, comenzó a gritar improperios que secundamos algunos de los presos políticos allí presentes. Él comenzó a tirar cosas hacia el pasillo; algunas impactaban en la pared frente a la reja, donde estaba colgado un retrato de Celia Sánchez, la persona más cercana a Fidel Castro. Una enfermera gritó: ¡Ay, el retrato de Celia!

Desde aquel día me identifiqué con Fariñas. Luego de salir en libertad en 2007, emprendimos juntos grandes proyectos, como Unidad Liberal de la República de Cuba, que dirigí durante un tiempo; Agenda para la Transición Cubana, que creamos y echamos a andar, y  Alianza Democrática Cubana.

En Alianza Democrática Cubana se concibió la idea de promover su candidatura para el premio Sajarov, y  nos honra haber participado en la argumentación y difusión de tal solicitud. En Agenda para la Transición Cubana recogimos cientos de firmas de apoyo a su lucha, que envié para sustentar su candidatura.

El  premio otorgado al licenciado Guillermo Coco Fariñas, por su sacrificio personal, pertenece también a  Orlando Zapata, a las Damas de Blanco, a la prensa independiente, y  a todos lo que contribuimos con nuestra lucha diaria a la liberación de los presos políticos en Cuba.