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Un Sajarov merecido para Cuba en la persona de Guillermo Fariñas

Miguel Saludes

MIAMI, Florida, octubre, www.cubanet.org -El premio Sajarov  destinado a Guillermo Fariñas es un nuevo motivo de celebración para todos los que luchan por los derechos civiles y la democracia en cualquier parte del mundo, especialmente para los cubanos, que por tercera vez han visto reconocida la causa de su lucha.

La campaña emprendida por Fariñas con su última huelga de hambre, sumamente larga y riesgosa para su vida, influyó de manera decisiva en la excarcelación de decenas de presos políticos, que todavía continúa verificándose en Cuba. La acción del activista cívico no está desmarcada del esfuerzo común para lograr la liberación de los prisioneros de conciencia. El acto de resistencia pasiva del cubano se inscribe en el empeño de la agrupación Damas de Blanco y da continuidad a la ofrenda mortal de Orlando Zapata, cuyo sacrificio resultó clave para la consecución de la solución recientemente alcanzada con participación de la Iglesia católica cubana y el gobierno español.

Indudablemente el gesto de Fariñas significó el momento culmen de una gesta sin precedentes en los últimos años de gobierno castrista, y en modo alguno disminuye el valor de los episodios que le antecedieron.

Fariñas asumió la entrega sacrificada personal donde el mayor vínculo se circunscribe a la condición humana del opositor hermanado con aquellos que sufrían represión y encierro. En ese detalle radica el valor que le hace merecedor del premio Sajarov.

No es de extrañar la reacción de quienes desde el mismo Parlamento europeo trataron de quitar méritos a esta premiación, descalificando al laureado. Dos nombres resaltan en las noticias. Se trata de la eurodiputada socialista María Muñiz  y de Willy Meyer, representante de Izquierda Unida en la entidad parlamentaria.

Ambos coincidieron en sus expresiones en contra del  cubano. Sus argumentos, en los que tratan de ofrecer tintes de universalidad, están salpicados de tonos discriminatorios y una evidente muestra de complicidad con la dictadura castrista, hacia la que no pueden esconder sus simpatías. La ex militancia comunista de Fariñas, su postura acorde a sus ideas sobre el embargo estadounidense y otras cuestiones resaltadas en estos días, constituyen buenas razones para desarmar a los que asumen desde la izquierda la defensa de un régimen que condena a los que le contradicen en la conservación del poder absoluto.

La figura escuálida, que muestra el torso desnudo de Fariñas remite a la emblemática imagen de un abogado indio que a golpe de protestas pacíficas y huelgas incontables, arrancó la perla más preciada de la corona inglesa.

El ayuno que protagonizara Fariñas en pro de la Internet para todos los cubanos, tal vez pudiera verse como un acto fútil, que no meritaba tamaño sacrificio. Ahora hay quien asegura que aquella demanda carecía de importancia comparada con otras carestías vitales de la población cubana. A veces tejer la propia tela, limpiar un retrete, ir a la orilla del mar para hacer sal, sentarse en el lugar prohibido  o exigir acceso a la libre comunicación, se convierten en hechos de trascendental importancia, aún cuando no existe accesibilidad al agua potable, aqueja la falta de zapatos o leche para los niños y golpea la realidad de una vejez empobrecida, problemas no ausentes en una gran parte del mundo, incluso en naciones con alto nivel de desarrollo.

Una vez conseguida la independencia de la India,  los esfuerzos de Gandhi se multiplicaron tratando de conservar la unidad de un país dividido por razones culturales, étnicas y religiosas, herencia dejada como lastre por la dominación imperial. A Gandhi no lo mataron los colonialistas. El fanatismo, las ambiciones, la falta de perspectivas de los sectarios y cierta dosis de rencor por su  liderazgo, se confabularon para asesinar al Mahatma. Las comparaciones a veces no resultan exactas, buenas ni saludables, pero existen ciertas coincidencias en las similitudes, sobre las que conviene poner atención.

El triunfo de Fariñas, lo es también de aquellos que guardaron prisión silenciosa durante décadas; se extiende a un exilio que no termina y se refleja en los cubanos que entregaron lo mejor de sí para lograr una sociedad libre en Cuba, en cualquier época.  Este premio va dirigido a Boitel y Zapata por igual porque hay continuidad de camino de una lucha que tiene el mismo objetivo. El premio Sajarov 2010 incluye en la persona de Fariñas, a  todos los que desde un lado y otro de la isla, y fuera de ella,  luchan o se desvelan por su futuro democrático.




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