Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Cuando Fidel Castro realizó el ataque al Cuartel Moncada, uno de los actos terroristas más trágicos de toda la historia cubana, quizás no pensaba que un día sería el dueño de todos los periódicos y revistas del país.

Sus reflexiones, sus historias sobre escaramuzas guerrilleras en la Sierra Maestra, sus discursos y sus actividades, publicados a diario, son  prueba elocuente de que las páginas de toda la prensa de la nación le pertenecen. Esto se llama culto a la personalidad.  

Fue él quien ordenó, vaya ironía, que en la sede de la ONU, Cuba criticara recientemente el papel de la prensa en los países libres “por su divorcio con la realidad del mundo en desarrollo y su promoción del pensamiento único y uniformador”.

Sin reparar en que la inteligencia del  pueblo cubano es “cultivada” bajo la orientación de una sola cabeza; el representante cubano habló en la ONU sobre la necesidad de un periodismo ético y responsable, “que cultive la inteligencia”.
Los que escribimos en la prensa independiente de Cuba, muchos de los cuales hemos sufrido prisión y destierro, conocemos bien cómo se hace el periodismo oficialista, siempre de espaldas a la  tragedia que sufre el país hace más de medio siglo.

La prensa cubana refleja con lujo de detalles lo que ocurre en la guerra de Afganistán, sobre todo si algo les sale mal a los norteamericanos, pero nunca habló de las guerras que promovió y dirigió Fidel Castro en decenas de países, y mucho menos de ocupación soviética en Afganistán por más de una década.

Denuncia el impago de electrodomésticos por parte de los cubanos de a pie, sin mencionar la pésima calidad de dichos equipos chinos, la falta de piezas para su reparación y el excesivo pago que el gobierno nos exige por productos obsoletos, que no tiene salida en el mercado capitalista.

En la ONU, los discursos de Bruno Rodríguez aseguran que Cuba hará hasta lo imposible porque sobreviva la especie humana, pero nuestra prensa nunca habla de cómo sobreviven los cubanos, en una sociedad que se dice comunista y donde robar al Estado es una necesidad para sobrevivir.

La prensa cubana destaca cómo hay que mejorar la disciplina social y laboral, pero no habla sobre los extranjeros que se enriquecen en Cuba a través de tramposos negocios y el uso de mano de obra semi esclava, sin ningún tipo de derecho laboral.

Algo interesante en la prensa castrista es su sección  Hilo Directo, del periódico Granma, en la cual se trata casi a diario sobre los juicios a represores o corruptos ex dictadores, ex generales, ex presidentes, ex funcionarios, como Pinochet, Videla, Menem, Martínez de Hoz, Marcos Pérez, Bordaberry, Fujimori, Chirac, etc.