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No va lejos la mentira

Adolfo Pablo Borrazá (PD)

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Cuando en la década de los 80, los peloteros cubanos ganaban y ganaban juegos internacionales, sin cesar, el Comandante se vanagloriaba con las victorias del team Cuba y nos trataba de engañar, afirmando que el equipo cubano podía vencer fácilmente a cualquier elenco de las Grandes Ligas.

En los 90, los Orioles de Baltimore y un muy bien seleccionado equipo cubano se enfrentaron en dos ocasiones con victoria para ambos conjuntos. Entonces algunos le dieron la razón al entonces gobernante: el de Cuba era el mejor equipo de beisbol del mundo.

Sabemos de buena tinta que la novena nacional tiene más de un director técnico. Mucho se ha hablado de que a ese equipo lo dirigen “desde arriba”. Posiblemente es el equipo deportivo cubano más vigilado, debido a las múltiples “deserciones” de peloteros cubanos. No es casual que el médico principal del equipo sea Antonio Castro, hijo del Comandante.

Muchos cubanos, como no podían ver los juegos de las Grandes Ligas, ni los de la Serie Mundial, se mantenían ignorante, y acepaban lo que Fidel decía sobre la calidad superior del equipo nacional.  

Con el advenimiento y proliferación de las clandestinas antenas satelitales, muchos cubanos pudieron ver otra televisión, diferente a la oficial, y ver los juegos de las Grandes Ligas.  Luego se organizó el Primer Clásico Mundial de Béisbol, en el que por primera vez pudieron participar  peloteros profesionales.

Fue entonces que la superioridad de nuestro equipo nacional era otra mentira de nuestro Comandante. Desde que los profesionales pudieron jugar en ese torneo, representando a sus países, los cubanos no han ganado una medalla de oro. Antes ganaban, porque nuestros peloteros eran profesionales que competían en el béisbol amateur. La clásica pelea de león con mono amarrado.

En la primera edición del Clásico, Cuba alcanzó el segundo lugar, mientras que en la segunda apenas llegó a semifinales. Los dos torneos estuvieron dominados por Japón, que apaleó dos veces al invencible team nacional del Comandante en Jefe.

La derrota de Cuba frente a Corea en las Olimpiadas de Beijing demostró lo que el Primer Clásico puso en claro: Cuba ya no es una potencia beisbolera. Nuestra debacle total también alcanza al béisbol y se hace evidente ahora en el pre-mundial de béisbol en Puerto Rico.

Muchos se preguntan qué sucede que Cuba ya no le gana ni a jóvenes universitarios de Estados Unidos. Las continuas han hecho que el Comandante y los tontos que le creyeron que Cuba tenía el mejor equipo de pelota del mundo, ya ni hablen del asunto.

Se busca la solución y no aparece, ni aparecerá. Los buenos peloteros escapan en cuanto tienen una oportunidad; cambian los entrenadores, pero ninguno logra resultados.  El equipo Cuba desilusiona en cada competencia en que participa.
 
Lo que sucede no debe extrañar a nadie; en realidad nunca tuvimos el mejor equipo de pelota del mundo. Ese señor que nos prometió un paraíso y nos metió en el infierno; nos engañó, como en todas las cosas.

adolfo_pablo@yahoo.com




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