IMPRIMIR
Ravsberg y el debate del último jueves

Luis Cino (PD)

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Siempre aconsejo a los que quieran ilusionarse un poco con los cambios en Cuba que lean el blog del periodista Fernando Ravsberg. Sólo tienen que tener la precaución de tomar alguna píldora contra el mareo y no creerlo todo al pie de la letra.

El corresponsal uruguayo de BBC Mundo en La Habana, sin hacer demasiado caso a los voceros oficiales, y menos aun a los periodistas independientes, descubre matices insospechados en la situación nacional y ve lo que nadie ve: lo mismo una legión de cubanos ricos que desde la isla financian a toda leche a sus familiares en el exterior, que un debate donde le dan la voz al público y  “plantea sus críticas al gobierno con crudeza”.

Fue lo que creyó observar el sorprendido Ravsberg, tan acostumbrado a la unanimidad y el silencio de la pecera castrista, en la sala del centro cultural Fresa y Chocolate, en El Vedado, el último jueves de septiembre. El debate mensual de la revista Temas discutió en esta oportunidad la crisis económica de los años 90. Y Ravsberg se quedó impresionado por el debate tan libre, abierto y democrático –en fin, ¡el mar!- que allí se produjo.

Refiere el periodista en su blog que el panel lo integraban un ex-ministro de economía, un analista económico de la Universidad y una  socióloga, y que el público lo componían  un centenar de personas “de todo tipo y color”.

Ravsberg no aclara cuántos en la puerta y entre el público eran miembros de la policía política.  Parece que no le place hablar de los agentes de Seguridad del Estado, porque cuando, para ejemplificar cómo el nivel de debate en el último jueves de Temas “va en ascenso en los últimos tiempos”, se remite a la vez que hablaron de Internet y entró “una joven de extraña peluca” a la que dejaron entrar, llamaron por su nombre y le concedieron la palabra. 

No aclara Ravsberg que en aquella oportunidad, hace varios meses, la entrada fue gratuita  pero no libre: sólo dejaron entrar al salón a los que  estimaron conveniente. Incluso bloquearon la entrada a periodistas extranjeros. La bloguera de la peluca rubia se coló (¡oh milagrosa chapuza policial!) y la dejaron hablar porque no les quedó más remedio o vaya a saber por qué.  

Pero en el debate de septiembre sobre el período especial no hubo incidentes y Ravsberg pudo sorprenderse de las contradicciones de fondo entre los panelistas, y de que el público ripostara a los defensores a rajatabla del estatismo estilo socialismo real, que advertían del peligro de que las  aperturas económicas sean concesiones al capitalismo. Una pareja de comunistas críticos abogó por “crear el verdadero socialismo” y alguno demandó que el gobierno defina con claridad hacia dónde llevan el país. ¡Inocente, como si todos no supiéramos que derechito al abismo!

Eso bastó a Ravsberg para creer haber visto desfilar frente al micrófono  “a la mayor parte de la sociedad cubana con sus diferentes matices políticos”. No importa que no haya visto a un opositor por los alrededores.

Ravsberg se emocionó por los asistentes que no podían contenerse (pero así y todo se contenían, que el verraco sabe en el palo que se rasca) y aplaudían cuando creían que  los que hablaban decían lo que ellos no se atrevían a decir. O con los que guardaban un incómodo silencio ante lo que decía el ex-ministro de economía, en vez de gritarle la tonga de improperios que se merece él y todo lo que representa y defiende.
¿Qué diría Ravsberg si diera una vuelta por mi bodega cuando no viene el pan, o por la cola en la primera parada del P-6 y el P-8 en el reparto Eléctrico, ahora que el transporte público en la capital amenaza ponerse tan malo como en el período especial?

Si oyera lo que dice la gente en esos lugares sobre la actualización del modelo económico -los que piensan en los despidos y el hambre que se les viene encima, lo llaman de otro modo más feo-, entonces podrá decir que oyó la opinión del pueblo. La verdadera.  Lo que escuchó en Temas es trompeteo cirquero, con sordina, envuelto en algodón empapado en éter. Y lo que es peor, vigilado con lupa.

luicino2004@yahoo.com




http://www.cubanet.org/inicio_tienda.html
 
 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.