Juan Carlos Linares Balmaseda
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Antes de dar a luz, el 1ro. de octubre de 2008, ya la promesa estaba en pie. Incluso, desde antes de saber que le pondría Carlos Manuel a su hijo. Annabel había prometido que si el parto le salía bien iría con el pequeño al santuario de El Cobre en la provincia de Santiago de Cuba, a visitar la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba. Cumplió la promesa justo al cumplir el niño dos años. Annabel me pidió que la acompañara.
Entre Ciudad de la Habana y Santiago de Cuba median 900 kilómetros. Un pasaje de avión cuesta 220 pesos y la travesía se hace en menos de una hora veinticinco minutos. En ómnibus cuesta 169 pesos y 14 horas viajando. En tren con aire acondicionado, 62 pesos y 18 horas. En tren regular, sin climatización, 30 pesos, y puede demorarse más de un día. El confort en los trenes especiales no pasa de ser regular, mientras que los regulares son malos, y optamos por el avión.
Santiago de Cuba –dicen- es una de las ciudades donde el gobierno cuenta con más respaldo. Allí, los cambios económicos provocan nuevas contradicciones sociales. Un sector frustrado de la población, adherido al ineficiente esquema ideológico de “igualitarismos” y “subsidios”, impugna al sector emprendedor, que propugna el modelo capitalista para crear riquezas.
Para llegar a El Cobre desde Santiago hay que recorrer 17 kilómetros entre montañas y barrancos. En ómnibus estatal, que pasa de vez en cuando, el precio es sólo de solo veinte centavos. En camionetas privadas el precio máximo son cinco pesos por persona. Mientras que en autos privados o motocicletas el precio se negocia con el chofer.
Los residentes en El Cobre no temen quedar desempleados porque de hecho lo están. La mayoría sobrevive por cuenta propia, una buena parte vendiendo a los forasteros artesanía religiosa, imágenes de la virgen, piedra de El Cobre, etc.
La iglesia se levanta sobre una loma rodeada de cordilleras. En su interior resplandece el arte: arquitectónico, escultórico, pictórico y decorativo. Detrás está La Hospedería. Los peregrinos pueden alojarse previa reservación. La tarifa es relativamente módica, entre 30 a 60 pesos, de acuerdo al número de camas en las habitaciones, modestas, pero pulcras. También es módico el precio de la comida, buena y abundante. Una completa de carne, frijoles, vianda, ensalada, postre y jugo, no excede los 40 pesos, moneda nacional.
Visitar a la Patrona de Cuba puede ser un sacrificio reconfortante. La tranquilidad del templo, y el paisaje, pueden ser bálsamos para las almas estresadas. |
